Ilusionista, humorista, escritor y cineasta, este polifacético artista recala este sábado en el teatro Jovellanos para clausurar, por partida doble, la X Semana Mágica de Gijón, con la firme promesa de que «el público saldrá más feliz de lo que entre»

Hacer reír es un arte. También lo es despertar la ilusión de los demás, por supuesto. Pero no interpretemos esas dos afirmaciones a la ligera, como dos simples frases hechas, repetitivas y trilladas. Porque, realmente, hacen falta dosis hercúleas de ‘arte’, o de ‘talento’, o de ese ‘algo’ a menudo indefinible que convierte lo soñado en real, para contagiar el humor y la fantasía de la magia a una sociedad tan hiperconectada, tan marcada por las tensiones del presente, tan aparentemente inmunizada frente a trucos y sorpresas. Alejandro López García (Valencia, 1977), el ‘Mago Jandro’ para sus legiones de seguidores, afirma no tener una receta para ello… Y, sin embargo, lleva años alcanzado una y otra vez ambos objetivos. Humorista, ilusionista, escritor y, desde hace relativamente poco, también cineasta, este polifacético artista, reconocible para el grueso del público por su participación pasada en el programa televisivo ‘El Hormiguero’, protagonizará este sábado en el Teatro Jovellanos la velada de clausura de la X Semana Mágica de Gijón… Y por partida doble, además. El que las entradas para el pase inicial de las 19 horas se agotasen «en tiempo récord», como él mismo celebra, ha motivado la organización de una segunda sesión, matutina en este caso, que comenzará a las 12.30. Un sobresfuerzo pero, por encima de todo, una alegría para este virtuoso de lo aparentemente imposible, que realiza su primera recala en la ciudad asturiana recién llegado de Los Ángeles, donde se alzó con su quinto Premio ‘Fool Us’. Y no son, ni de lejos, sus únicos galardones…
Sobre usted ha recaído la responsabilidad de cerrar el programa de la X Semana Mágica de la ciudad. ¿Qué debe esperar el público? O, dicho de otro modo… ¿Qué puede prometer a su audiencia?
Prometo que saldrán más felices de lo que han entrado.
Y eso será su primera recala en esta ciudad…
Sí. Y, de momento, se han agotado todas las entradas del teatro en tiempo récord; de ahí que hayamos abierto una nueva sesión el sábado, a las 12.30. Así que, sin haber pisado todavía las tablas del Jovellanos, estoy inmensamente feliz del cariño recibido.
No sólo llega a Gijón, sino que lo hace tras haber cosechado un éxito rotundo en Las Vegas, alzándose con el premio ‘Fool Us’… Que, de hecho, es sólo uno de los múltiples galardones que atesora…
¡Fue una experiencia increíble! Ver a mil personas volverse locas riendo y alucinando en Las Vegas es algo que no olvidas. Eso sí, nunca pensé que me fuera a pasar y no es algo que buscase… Simplemente, quería conocer a los legendarios magos americanos Penn & Teller, y por eso fui para allí. Y, luego, cada año se me ocurrió una nueva idea, y la quise probar otra vez. En fin… Por eso gané las cinco veces.
También ha sido nombrado Campeón de España de Magia Cómica, le han impuesto la Medalla de Mérito en el Ron Macmillan Day of Magic londinense, ha obtenido en Portugal el Premio Internacional de Magia de Cerca… Sin ánimo de menospreciar el valor tales reconocimientos… ¿Realmente se debe medir el talento de un artista en base a los premios que se le conceden?
Nunca. Los premios para mí son un estímulo para seguir probando ideas, pero ganar no te hace mejor, ni peor, que nadie. Los premios no son un fin en sí mismos. Hay magos excelentes que no tienen ningún premio por el simple hecho de que nunca se han presentado a concursos. Y los concursos son subjetivos, con lo cual no hay que darles más importancia de la que tienen. Llaman la atención, hace feliz a la gente que te quiere… Pero, a la hora de la verdad, cuando te enfrentas a un público, sólo te vale el esfuerzo y trabajo que hay detrás.
«No tengo un método. Intento que haya algo más que el truco en sí. Que haya una idea, una imagen… Algo que te atrape, más allá del efecto»
Mago, humorista, presentador, escritor… Es difícil encasillarle en una única categoría artística. ¿Quién es realmente ‘Jandro’?
No me gustan las etiquetas. Hoy en día se ha de ser multidisciplinar. De hecho, todo lo que hago va ligado y, al final, es lo mismo. A decir verdad, yo me dedico a pensar ideas y ponerlas en funcionamiento para crear una emoción en el espectador.
A lo largo de los años, ha desarrollado un estilo muy personal de ejercer la magia; su paso por espacios como ‘El Hormiguero’ dan fe de ello. ¿Cómo describiría su método?
No tengo un método. Intento que haya algo más que el truco en sí. Que haya una idea, una imagen… Algo que te atrape, más allá del efecto.
Su talento y sus éxitos le avalan, y no sería exagerado decir que sirve de inspiración a otras personas interesadas en esta disciplina. ¿Qué consejos podría darles? Incluso, a un nivel técnico… Porque no olvidemos que el público parece estar cada vez más pendiente de dónde está el truco…
Les diría que lo dejen. No vale la pena sufrir tanto, emplear tanto tiempo y dinero en algo que casi seguro que no va a salir bien. Por cada truco que sale bien, hay cientos que no. Y si, aun así, quieren intentarlo… Eso es que tienen la pasión que se necesita.
En una época en la que parece que todo está inventado, que las redes sociales ofrecen las respuestas a cualquier pregunta, que no hay hueco para trucos, la magia y el ilusionismo, en cambio, ganan adeptos sin cesar. ¿A qué cree que se debe? ¿Dónde está el secreto de ese éxito aparentemente contra corriente?
Olvidamos que, al final, por mucha tecnología que haya, somos seres emocionales, y la magia va directa al cerebro y corazón. Eso no se puede sustituir; de ahí que vivir eventos en directo sea tan demandado para sentirnos vivos.
Son también tiempos de cierta crispación, de tensión sociopolítica, de malestar creciente… ¿Es de los que opinan que, precisamente por ello, vivimos una buena época para esta clase de artes? ¿Que, quizá, hay una mayor predisposición social a abrazarlas para abstraerse de esa realidad?
No creo que tenga nada que ver.
«Siempre hay un motivo para sonreír. Hemos venido a esta vida a pasarlo bien. Incluso en tiempos complicados, una sonrisa ayuda mucho»
Una de las señas de identidad de su desempeño es el humor. ¿Todavía, en pleno siglo XXI y viendo el escenario ante el que nos encontramos, a todas las escalas, quedan motivos para sonreír, reír y explotar ese humor con éxito?
Siempre hay un motivo para sonreír. Hemos venido a esta vida a pasarlo bien. Incluso en tiempos complicados, una sonrisa ayuda mucho. La Humanidad se extinguirá cuando dejemos de reír.
No es posible zanjar esta entrevista sin preguntarle por su relativamente reciente zambullida en el mundo cinematográfico. Con ‘Cava’ se está granjeando el aprecio de la crítica y del público. ¿Qué le llevó a dar ese salto? En verdad, parece un tanto alejado de lo que ha venido desarrollando hasta la fecha…
Soy un culo inquieto. Empecé a estudiar cine porque me fascina y, al final, ves que el cine y la magia son artes muy parecidas. Se trata de crear una ficción que no es real, pero el espectador la vive como tal cuando la está sintiendo.
Dentro de esa faceta cinematográfica, ¿puede desvelarnos con qué nuevos proyectos nos sorprenderá en el futuro?
Acabo de grabar mi segundo cortometraje, llamado ‘El revisor’, protagonizado por Pablo Puyol y Mamen García, que son dos auténticas bestias de la interpretación. He escrito dos películas y hay un proyecto para dirigir otra. Pero no hay prisa. Yo, de momento, voy aprendiendo y disfrutando.
Por último… Curiosidad morbosa… Aparte de como director, ¿llegaremos a verle como actor?
¡Soy muy mal actor! Lo he demostrado en cientos de sketches a lo largo de mi carrera…