Por Marcelino Llopis Pons
Si en algo es de vital importancia invertir es en los niños que son nuestro futuro, y que tengan una buena alimentación mientras se están desarrollando sus cuerpos
Cuenta la leyenda, que Alejandro Magno durante sus largas campañas, siempre comía sentado junto a sus soldados, comiendo lo mismo que ellos. Esto permitía a Alejandro, saber de primera mano el estado de ánimo de su ejército, también saber si la alimentación de sus soldados era adecuada para continuar las largas marchas o entablar una batalla. Pero tenía también otro efecto, al sentarse el rey a compartir hoguera con los soldados, aumentaba de forma considerable su moral, y se podría llegar a decir, que la comida fue un factor que contribuyó a la gran expansión del imperio de Alejandro Magno.
En la actualidad es muy difícil ver a nuestros líderes políticos comiendo junto con aquellos de los que son responsables, y casi seguro que el responsable de la comida que se sirve en los comedores escolares ni tan siquiera la habrá probado. La comida que comen los niños de esta ciudad, se cocina en Valladolid, se transporta hasta aquí un par de veces a la semana congelada y en el colegio simplemente se calienta en una bandeja de polipropileno.
Siendo este el sistema para elaborar la comida de nuestro hijos, no me parece que esta sea apetitosa y saludable, tampoco crea unos buenos hábitos alimentarios, y desde luego no potencia el consumo de proximidad.
Esto es intolerable, y no tiene justificación y menos económica. Si en algo es de vital importancia invertir es en los niños que son nuestro futuro, y que tengan una buena alimentación mientras se están desarrollando sus cuerpos y metabolismos, es fundamental para prevenir muchas enfermedades tanto en el futuro como en el presente, con el coste y sufrimiento que conlleva a las familias como a nuestras arcas públicas.
Pero es más, en la actualidad el coste del comedor en los colegios públicos es de 95,76 euros al mes, comiendo de lunes a viernes, para comer comida congelada posteriormente regenerada. Pues bien, en un colegio privado de esta ciudad el precio es de 105 euros al mes, también de lunes a viernes y sin embargo la comida es cocinada en el mismo colegio con productos frescos, por poco más de 9 euros al mes nuestros hijos pueden disfrutar de comida de calidad. ¿Cómo se explica esto?, ¿Dónde va nuestro dinero?, ¿Está gestionando de forma eficiente?.
Alejandro Magno con sus conquistas, también incrementó la riqueza gastronómica de Macedonia, importando de la India el arroz y nuevas especias, de Persia los dátiles y sus dulces. Solo espero con esta campaña, poder inculcar el gusto por la comida fresca y de proximidad. Por estos motivos y por los que se exponen en comedores.nuberu.org, animo a entrar en la web y firmar para adherirse, a la simple petición de que nuestro hijos coman bien.
Ni 48 horas han tardado las derechas extremas y la extrema derecha en cambiar los deliciosos nutritivos menús que les daba el PSOE a los niños gijoneses, y se lo han cambiado por basura congelada… ¡Venga ya! Cuatro años de Ana González y a ningún progre le importaban los menús escolares ni sus precios. Vuelve la derecha al Ayuntamiento y los del mal perder encienden el ventilador de mierda que estuvo apagado toda la legislatura del PSOE, mientras la izquierda en el Consistorio iba cagando sobre él… ¿Qué será lo siguiente, culpar al Ayuntamiento actual de lo que queda del «Cascayu»? ¿Los vertidos accidentales de carbón al mar desde El Musel, y que llegan a la orilla de la playa? ¿La inseguridad ciudadana en la periferia gijonesa? Ah, no, lo último no, que para la izquierda ciertos delincuentes tienen «bula» para delinquir sin que se les pueda reprochar nada.
No me parece que esté usted bien informado. Para nada. Antes de escribir, INFORMESE!!