El truco de la ‘llamada perdida’ regresa como una de las técnicas para sustraer cantidades variables de dinero a los usuarios incautos; las autoridades invitan a desconfiar de los prefijos extraños

«Cuando todo falla, a veces lo viejo es lo mejor». Con esa frase, síntesis del argumento de ‘Skyfall’, vigesimotercera película de la saga de James Bond, el personaje al que dio vida el glorioso Albert Finney dio en el clavo. Porque, como es bien sabido, todo vuelve, como también todo, de un modo u otro, bebe del pasado. Por eso, en este primer tercio de 2024 que está a punto de terminar los delincuentes parecen haber rescatado una forma de estafa con larga raigambre, desterrada durante un tiempo, pero que ha vuelto a estar de rabiosa actualidad: la ‘llamada perdida’. Un método tan sencillo como efectivo para sustraer su dinero a los incautos que caigan en la trampa, y que ha llevado a las autoridades a pedir máxima alerta ante llamadas que exhiban prefijos extraños.
El truco, se una simplicidad ofensiva, comienza con la recepción de una llamada… Que se corta tras dos o tres tonos. La curiosidad lleva a la persona a devolverla, sin caer en la cuenta de que el número en cuestión procede de países que aplican una tarifa extra. Los ciberdelincuentes se embolsan un porcentaje de la tarifa que cobran a la víctima, y hasta pueden ganarse un plus si el incauto permanece al teléfono durante cierto tiempo. A día de hoy, los prefijos desde los que más a menudo se perpetra este delito son los de Albania (355), Nigeria (234), Costa de Marfil (225) y Ghana (233), una lista a la que recientemente se han sumado Sierra Leona (231), Bosnia y Herzegovina (387), India (91) y Marruecos (212).
Ante una situación así, la recomendación común es siempre la misma: no devolver la llamada. Nunca. Bajo ningún concepto. Si se trata de un contacto verdaderamente honesto, éste se repetirá, de modo que los tonos duren lo suficiente y, al responder, una persona atienda la llamada. Además, se invita a dejar que la llamada suene durante más de dos o tres tonos, para confirmar que no hay trampa ni cartón de fondo.