Por las mujeres que sufrieron y sufren humillaciones y vejaciones tan solo por reivindicar su derecho a decidir. Por las mujeres que vieron su futuro limitado a los deseos de otros
Para que nadie juzgue mis ideas, solo por ser mujer.
Para que nadie cuestione mis metas, solo por ser mujer.
Para que nadie critique mis actos, solo por ser mujer.
Para que nadie limite mi mundo, solo por ser mujer.
Para que ningún dirigente político marque la forma en la que debo realizarme. No necesito falsos protectores, que para conservar su poder me nieguen el mío.
Para que ningún responsable de ninguna religión ni creencia me obligue a vivir según sus preceptos, no soy sumisa, ni quiero serlo.
Para que nadie restrinja mi espacio. Quiero volar, ayudada por el viento de las que volaron antes que yo, su fuerza me empuja.
Para que nadie apague mi voz con el pretexto absurdo de hablar en mi nombre.
Para que la sociedad se nutra del aporte de todas las mujeres.
Para todo ello, me declaro feminista.
Y para evitar equivocaciones y murmullos al leer mi declaración, copiaré su definición, recordando que las palabras son precisas y preciosas, “el feminismo es un movimiento social que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres”
Me declaro feminista por demasiadas razones.
Por las mujeres que sufrieron y sufren humillaciones y vejaciones tan solo por reivindicar su derecho a decidir.
Por las mujeres que vieron su futuro limitado a los deseos de otros, que se consideraban con poder para elegir su destino por ellas.
Por las mujeres a las que quiero, admiro y respeto. Su apoyo ha marcado mi existencia y seguirá haciéndolo.
Por mis hijas, ojalá disfruten de una sociedad más justa, en la que la condición de ser mujer no las obligue a un esfuerzo doble para conseguir sus sueños.
Por mi madre, para dar valor a su sacrificio al luchar para dejarme un mundo en el que pudiera elegir mí camino
Por todas ellas, feliz 8 de marzo.
Alicia G. García es escritora
