Por David Pérez
Un análisis de la alcaldesa youtuber, en forma, fondo e impacto: «Vuelve la máquina de reñir porque ayer por la tarde Gijón parecía agosto»
Ana González ha ocupado un espacio comunicativo inédito en Gijón, ¿continuará?
«Hola, soy Ana González Rodríguez, alcaldesa de Gijón, y hoy es…». Pronto se cumplirá un año desde que la regidora utilizase por primera vez esta fórmula tan Buenas noches y buena suerte para dirigirse a la ciudadanía desde su página de Facebook, iniciando una serie de más de 100 vídeos a través de los cuales la socialista ha ido glosando la actualidad municipal como una curtida youtuber, especialmente en relación a los asuntos de la pandemia, especialmente en los primeros meses de la crisis sanitaria, con una periodicidad diaria desde el 14 de marzo hasta el 26 de mayo, y, posteriormente, a partir de la Gran Desescalada, más de cuando en cuando.
En total, hasta la fecha ha publicado 102 vídeos, con una duración global de 448 minutos: 7,46 horas de vídeo directo a las Autopistas de la Información para narrar en primera persona, desde su despacho, los avatares del coronavirus y, más allá, de la ciudad y del concejo, en la versión más personal y personalista de la alcaldesa.
En el momento en que se escribe este artículo, hace un mes que Ana González no comparece en su muro virtual. La última vez, lo hizo para anunciar el cierre perimetral del concejo, el 21 de enero, con motivo de la activación del nivel de alerta 4Plus en Gijón.
Sin embargo, pese a la ampliación de la periodicidad de sus vídeos, lo cierto es que la alcaldesa ha abierto durante la pandemia, para bien o para mal, un canal de comunicación alternativo, eminentemente contemporáneo, basado en un estilo propio, nada más y nada menos que el suyo: la marca Ana González, alcaldesa de Gijón. Como los vídeos de Adrián Barbón a nivel autonómico, se trata de un formato inédito en la alcaldía gijonesa (Carmen Moriyón, primera regidora local de la era social media, usaba un blog como herramienta de comunicación complementaria en las redes) que, en el plano cuantitativo, ha generado un impacto significativo: más de 824.000 visualizaciones y 11.988 comentarios a lo largo de un año.
En lo cualitativo, la demoscopia y el tiempo dirán, si es que la serie de Ana González se mantiene hasta 2023, el año electoral. Tras las experiencias de los últimos años, ya nadie duda, en cualquier caso, de que las redes cobran un papel cada vez más central en la difusión de mensajes políticos.
En lo inmediato del análisis, ni la polarización del panorama político nacional, ni las prácticas habituales de las junglas virtuales, han sido ajenas a los vídeos de Ana González, que se ha expuesto públicamente tanto al templado sol del socialismo local, a los cibermasajes de su comunidad, las corrientes de opinión favorables, los apoyos y agradecimientos sinceros por presentarse a porta gayola en Facebook, como a las críticas más duras, las preguntas incómodas, las valoraciones negativas, los comentarios ásperos y también el troleo visceral, generando un cóctel de opiniones enfrentadas visible en la interfaz de comentarios de cada vídeo y en la gama de colores de las interacciones, desde el empático y pasional «Me Encanta» al iracundo y encendido «Me enfada».
Del mito al logos pandémico
Regresando a marzo de 2020, a través de la serie de la alcaldesa se puede releer la historia de la pandemia en clave gijonesa, pero también seguir la evolución del pulso social del municipio en los últimos meses. Se identifican, en general, tres etapas: «La Edad de la Empatía», «El verano covid» y «Se acerca el invierno».
Haciendo un símil con la historia de la Filosofía, el transcurso de estos períodos representa una especie de paso del mito al logos presocrático, es decir, de la interpretación fabulosa de la realidad a una percepción racional, que trasladado al imaginario pandémico significa la evolución de los aplausos a las ocho a las manifestaciones de la hostelería, del espíritu de comunidad a la fatiga popular, de la empatía a la apatía, del relato a los hechos, en medio de un profundo drama sanitario, económico y social.
La Edad de la Empatía
Fue el 14 de marzo de 2020 cuando Ana González publicó su primer vídeo, con un alcance cercano a 11 mil visualizaciones. Comenzaba así: «Hola, soy Ana González Rodríguez, alcaldesa de Gijón, y quería contaros las nuevas medidas que hemos adoptado, porque tenemos que parar el coronavirus. Lo primero es que se cierran los bares, sidrerías, restaurantes, todos los establecimientos de hostelería. También se cierran las grandes superficies…». Y terminaba: «La mejor medida es que nos quedemos en casa. Es que individualmente nos lo tomemos en serio, que seamos conscientes de que el coronavirus se contagia, se propaga y la mejor manera de pararlo es quedarnos en casa».
Eran los tiempos de la incertidumbre, el miedo y el asombro. Una etapa llena de sensaciones distópicas donde la alcaldesa tomó la iniciativa de conectar el ayuntamiento a la ciudadanía desde un plano humano, encarnando a la institución en las redes durante este período de desconexión física, donde la información se convirtió en un valor añadido. Desde el 14 de marzo al 28 de mayo, compareció diariamente en Facebook para dar cuenta de medidas, cambios, noticias, reflexiones o recomendaciones, con un crecimiento continuo de su audiencia, llegando al máximo de esta etapa (40,2 mil visualizaciones) el 12 de mayo.
Por aquel entonces, tras dos meses a pleno rendimiento, ya se desenvolvía en el formato con su característico desparpajo dialéctico. «Vuelve la máquina de reñir. Vuelve la máquina de reñir porque ayer por la tarde, que era 11 de mayo, Gijón parecía agosto, Semana Grande, y, de verdad, no estamos ahí todavía», dice en este vídeo. A estas alturas del confinamiento, la alcaldesa, que durante muchos años ejerció profesionalmente como profesora, también había desplegado en varias ocasiones una pizarra portátil, al estilo la Sexta Noche, para explicar las intrincadas fases de la desescalada o las franjas de edad de las salidas de la desescalada, en las semanas previas a la Nueva Normalidad.
El verano del covid
El 26 de mayo, González asumió que estaba saturando al personal. Y decidió aflojar el ritmo. Lo expresaba así, señalando a la cámara: «Este es el vídeo número 74. ¿Os acordáis? Empezamos el 14 de marzo, cuando nos tuvimos que confinar. Pensamos que teníamos que establecer algún canal de comunicación con nuestros vecinos y vecinas desde la alcaldía para contar las cosas que pasaban, para ir dando información, y también para acompañar, para que supierais que el ayuntamiento estaba con cada uno de los vecinos y vecinas […] Y mirad, como lo poco agrada, y lo mucho cansa, pues vamos a aplicarnos el refrán; vamos a quedarnos en la justa medida, que han sido estos 74 vídeos diarios […] Siempre que haya estas cuestiones o temas importantes que queramos comunicar desde el ayuntamiento, volveremos a hacer un vídeo, porque queremos seguir contándoos lo que pasa en Gijón, […] pero no queremos ser ese Pepito Grillo que entra cada día en las casas sin tener un objetivo concreto».
Pocos días después, reaparecía para informar sobre las normas de uso de las playas de Gijón en el verano inminente. Desde junio hasta agosto, Asturias llegaría a convertirse en un ejemplo mediático en la gestión de la pandemia, un oasis libre de covid, diagnóstico maximizado desde la comunicación política autonómica, con Barbón a menudo en prime time de los magazines informativos de las televisiones nacionales y, en general, el nombre de Asturias protagonizando titulares en influyentes cabeceras españolas e internacionales, desde El País a The Economist.
Gijón disfrutó del rebufo, favorable para el turismo, aunque la alcaldesa siempre mostró en sus vídeos una visión prudente. El 6 de julio, por ejemplo, expresaba: «En Asturias van muy bien las cosas. Ya se nos denomina comunidad libre de coronavirus, pero mucho cuidado, porque esto significa simplemente que las cosas van bien, no que hayamos superado esta situación». «Mirad, la situación empieza a preocuparme muchísimo, de verdad. Desde el 15 de mayo en España, se han identificado 30.000 nuevos contagios», comentaba el 20 de julio en otro vídeo, que alcanzó 38,3 mil visualizaciones, registrando 456 comentarios.
Sin embargo, la periodicidad de sus piezas se diluyó a lo largo del verano. La vida continuaba afuera. En junio, publicó 6 vídeos. En julio, 9. En agosto, tan solo uno. En septiembre, ninguno.
Se acerca el invierno
Tras un mes y medio de vacío, el 5 de octubre reapareció para anunciar la alerta naranja sanitaria en Gijón, en un vídeo que ostenta el récord de visualizaciones, hasta 57 mil, con más de 500 comentarios, una gran parte de usuarios del transporte público que alertaban a la alcaldesa de la masificación en algunas líneas de autobús, recibiendo el interés inmediato de Ana González. «Dime por favor líneas y horarios concretos. EMTUSA ha reforzado frecuencias varias veces, me lo confirman cada vez que les pregunto, y me aseguran que no existe hacinamiento. Necesito que me deis datos concretos para que puedan tomar medidas y resolver esos problemas», respondía la alcaldesa a una usuaria.
En ese sentido, desde el comienzo de la serie, la regidora ha interactuado activamente con la comunidad, respondiendo de forma habitual a los primeros comentarios, requiriendo más información y, a menudo, aportándola, e incluso dedicando piezas enteras durante el confinamiento, en ocasiones de más de diez minutos, a responder las cuestiones más recurrentes de la ciudadanía
Bien es cierto que, más allá del esfuerzo comunicativo, el ayuntamiento de Gijón no ha hecho apenas uso durante la pandemia de infografías digitales u otros formatos similares, más efectivos desde el punto de vista informativo, aún más en cuestiones relativas al coronavirus, con numerosas normas y estructuras de información complejas, aunque desde el punto de vista político no tan efectistas. Como ejemplo más ilustrativo de esta ineficiencia comunicativa, se encuentra el vídeo del 24 de octubre, donde Ana González muestra a la cámara un mapa de Gijón señalando con un bolígrafo los límites de la zona rural, tratando de explicar las fronteras del cierre perimetral decretado por el Principado, que inicialmente pretendía aislar únicamente el casco urbano, decisión de la que se retractó, tras generar un aluvión de críticas y también simpáticos memes a cuenta de la figura formada por la línea fronteriza entre lo rural y lo urbano.
Cierre perimetral de Gijón
— Oviedo Capital (@OviedoCapital) October 25, 2020
(Un poquito de guasa) pic.twitter.com/3Q5ClWcjIp
Cierre perimetral de Gijón pic.twitter.com/GO8nJi0N1n
— Asturias Memes (@asturiasmemes) October 25, 2020
Unos días después, el 4 de noviembre, Ana González emitía por primera vez desde su casa, guardando cuarentena tras haber manifestado síntomas compatibles, aunque su prueba PCR resultó finalmente negativa. En esta etapa, Asturias atravesaba un momento crítico de la segunda ola, con datos de incidencia entre los peores del país, en el extremo opuesto al verano, lejos de aquella etiqueta de comunidad libre de covid. Unos días antes, el 28 de octubre, el sector hostelero también se había manifestado en Gijón por primera vez de forma contundente, llegando a la plaza del consistorio, donde González bajó a escuchar sus reivindicaciones. «Creo sinceramente que el ayuntamiento de Gijón sí esta ayudando a la hostelería», dijo aquel día.
Tras su cuarentena, no publicó más vídeos hasta el 24 de diciembre, antes de Noche Buena, en una publicación políticamente correcta, emocionalmente contenida, donde la alcaldesa envió un mensaje en la línea de los buenos deseos para superar 2020 que inundaron el mundo en el tramo final del año, como si el cambio de dígito fuese a eliminar todos los problemas de la pandemia de un plumazo. «Cuidémonos para que 2021 sea el año en el que acabemos con el coronavirus y podamos recobrar todos nuestra vida».
En enero, dos nuevos vídeos, los días 18 y 21, nos conducen hasta el presente. El primero, para informar sobre el nuevo paquete de medidas del Principado. El siguiente, para confirmar su aplicación en Gijón, reactivando el cierre perimetral, entre otras medidas. Por primera vez desde el comienzo, en los últimos tres vídeos la alcaldesa no ha respondido a ninguno de los comentarios, en los que, tras casi un año de pandemia, es notorio el incremento de la crispación en relación a la gestión de la crisis sanitaria y, por extensión, a la situación económica, entre otros temas de la agenda local, donde no faltan continuas menciones críticas a la limpieza de la ciudad o actuaciones como el Cascayu, con habituales alusiones a las retribuciones económicas de la clase política.
Durante la pandemia, la comunidad virtual de Ana González ha dado un salto. La alcaldesa ha incrementado el alcance de sus mensajes, así como el de su propia marca política, redefiniéndola e, incluso, construyéndola. La ciudadanía no acostumbra a seguir los plenos del ayuntamiento, ni está pendiente de las ruedas de prensa, ni de las declaraciones en la radio, o de los canutazos para la TPA, pero una gran parte se conecta de vez en cuando a las redes, donde contrasta, confirma o amplifica su experiencia cotidiana de la realidad.
En un momento donde los principales medios regionales han implementado pasarelas de pago para leer la mayor parte de sus noticias, los canales oficiales y sus instrumentos asociados se han convertido en una herramienta cada vez más popular para acceder a determinada información sobre el entorno. Ana González ha ocupado un espacio comunicativo inédito en Gijón en un momento clave de un mandato político que quedará marcado, de principio a fin, por el coronavirus.
¿Continuará?
Qué reportaje más bochornoso. Desconozco quién es la persona que lo firma pero entiendo que periodista no debe ser. Menudo truñaco, una auténtica mierda totalmente adornada con opinión y memes, vaya huevos.