Gala Internacional de Ballet: «La gente de Gijón podrá ‘picotear’ entre lo mejor que se puede ver en el mundo»
«Tras 15 años de experiencia sé mejor lo que el público tiene que ver y cómo lo tiene que ver»
Danzando de aquí para allá durante una larga carrera de prestigio europeo, el gijonés Álvaro Rodríguez Piñera se vuelve a encontrar con el público de la ciudad que le vio nacer este viernes, en el Teatro Jovellanos, tras tres años de ausencia. Director artístico, productor y bailarín de la Gala Internacional de Ballet, un «sueño» que se convirtió en realidad en 2016 y que ya va por su quinta edición, Rodríguez Piñera ofrece de nuevo a Gijón un espectáculo con estrellas de la danza y un nivel a la altura de los grandes teatros del mundo.
¿Qué significa esta Gala Internacional de Ballet para Gijón?
Es la oportunidad de ver una muestra del mejor ballet que se hace en el mundo. Los artistas que van a bailar hacen sus carreras en las grandes capitales, en compañías de primerísimo nivel. El público del Teatro Jovellanos no se tendrá que mover de su ‘casa’ para ver piezas que se interpretan en Nápoles, Burdeos o Madrid. Es algo increíble. Cada artista va a traer un extracto de su repertorio, por el que la gente paga muchísimo dinero para ver en directo, que es donde realmente se debe ver el ballet, en los templos de la danza de Europa. La gente de Gijón podrá ‘picotear’ entre lo mejor que se puede ver. En el norte de España, no se hacen galas de este nivel.
Estamos en la quinta edición de la Gala, ¿cómo ha evolucionado desde 2016?
Me lancé a hacer la primera gala porque siempre había sido mi sueño. Ahora, tengo una experiencia de 15 años en el mundo profesional y sé mejor lo que el público tiene que ver y cómo lo tiene que ver. He trabajado en mejorar, en calidad y experiencia. Para mí, la primera vez fue lanzarse a la piscina. La Gala no es algo fácil de coordinar. El espectáculo se monta en los días anteriores y esos bailarines se encuentran el día antes o el mismo día. A pesar de que mi criterio sigue siendo el mismo, se ha mejorado la gestión y la logística de todo.
¿Qué puede esperar el público que esta tarde vaya al Teatro Jovellanos?
Se trata de un viaje muy variado, de muchos colores. Busco algo dinámico, que en cada coreografía cambie el vestuario, las luces, la ambientación, las historias… Me encanta hacer galas porque adoro contar historias. La gente disfrutará de extractos de amor, pérdida, de relaciones de amistad y mucho más. Todo en una hora y cuarenta y cinco minutos. A nivel musical, habrá también contrastes en cada baile.
A raíz de la pandemia, la Gala Internacional de Ballet experimentó un parón de tres años ¿Cómo los viviste?
La pandemia fue un golpe muy duro para el arte. Un teatro cuando está cerrado es lo peor que puede pasar a un artista. Sin público no existe el espectáculo ‘viviente’. Fue decepcionante y muy duro, pero sabíamos que en algún momento iba a volver. Me dio mucha pena que el público asturiano no pudiera disfrutar de la gala. Al final, mejor tarde que nunca.
«Cuando ves las caras de tu familia en el teatro, es un momento indescriptible»
Eres solista del Ballet de la Ópera Nacional de Burdeos, donde los bailarines gozan de mucho prestigio, pero, ¿te sientes reconocido en tu tierra?
He tenido visibilidad aquí, pero el reconocimiento es algo diferente. Creo que es importante reconocer lo que uno ha sacrificado. En mi caso, toda mi vida. En general en España no se nos reconoce tanto. Como gijonés y asturiano puedo decir orgulloso que soy embajador de esta tierra. Cuando me llaman para trabajar en Italia o Suiza me preguntan sobre mis raíces, de dónde soy. En varios países europeos estamos considerados como deportistas de élite, con todo el reconocimiento que supone. Aquí no hemos llegado a ese punto de prestigio social que sí tienen los deportistas.
¿Qué le dirías a un niño o a una niña de Asturias que quiera seguir tus pasos?
Que se lance y que nunca tire la toalla. En el proceso abres tu mente, vives tantas experiencias que nunca pensaste poder disfrutar. Claro que hay momentos difíciles, de lesiones y complicaciones, y la gente nunca te va a regalar nada. Muchos no te quieren ver brillar y tienes que luchar hasta el final.
¿Qué ha significado el apoyo que te ha dado tu familia?
Es algo indispensable. No sé cómo podría haber llegado a este punto sin ellos. La vida del bailarín es, per sé, muy solitaria. Siempre que he dudado, he llamado a mis padres para pedir consejo. Les estaré eternamente agradecido. Conozco a otras personas que no tienen ese apoyo y se nota. Mi familia, sin conocer lo que suponía el camino profesional de un bailarín, se tiró a la piscina conmigo. Juntos, hemos descubierto un montón de cosas. Cuando ves sus caras en el teatro, es un momento indescriptible. Los he llevado siempre conmigo en esta aventura y es increíble el hecho de poder compartirlo.
¿Será Asturias una nueva escala profesional para ti en los próximos años?
Nunca romperé mi vínculo con Gijón y con Asturias. Trabajar aquí y tener a la familia cerca sería increíble, pero dependo de las oportunidades que vayan surgiendo. Tengo muchas ideas que me encantaría llevar a cabo en Asturias y en el resto de España. Son sueños que espero que se puedan realizar. He impartido formaciones en Asturias y siempre estaré disponible para la gente de mi tierra.
Test de danza… ¿qué te inspiran estos sitios de Gijón?
- Elogio del Horizonte. Pienso en el aire, en movimientos aéreos, en una gaviota saliendo hacia el mar. En volar.
- La Laboral. Algo imperial, elegante, sobrio. Es un edificio que impone tanto solo con su presencia…
- Parque Isabel La Católica. Esas estatuas… Me evocan a La Siesta de un Fauno, a criaturas, medio animales, medio humanas, en estatuas que cobran vida.
- Campa Torres. Su historia antigua me lleva a pensar en mitología, algo muy habitual en las representaciones de danza. Pienso en ‘Diana y Acteón’ y en ‘Dafnis y Cloe’.
- Muro de San Lorenzo. El mar delante de tus ojos. Viene a mi mente enseguida el ballet del ‘Corsario’. Pienso en piratas y odaliscas, en la gente que vive en las costas… El Muro ha sido mi mar desde la infancia.