
Especializada en medicina estética y en flebología, esta profesional nacida en Oviedo, de raíces catalanas y con domicilio en Gijón diserta con miGijón sobre los secretos de su disciplina profesional, y sobre la actual tendencia a pasar por el quirófano

La médico asturiana, de origen catalán, Ana Hospido Masip se dedica a la rama de la medicina estética y a la flebología. Nacida en Oviedo «porque mis abuelos vivían allí», reside de siempre en Gijón, donde, además, dirige su propia clínica estética.
Da clases en las Universidades de Muchic y Lisboa, a través de la Universidad de Alcalá de Henares. De hecho, le gustaría, cuando llegue el momento, terminar su carrera formando, porque le encanta transmitir su visión de la medicina estética y la ayuda que proporciona que una persona pueda volver a mirarse a un espejo, que, a fin de cuentas, es el reflejo del alma.
Su profesión tiene un alto nivel e intrusismo, lo que resulta sumamente peligroso para los pacientes que miran antes el bolsillo que la seguridad de unas manos expertas y cualificadas.
Ella misma nos habla de ello, y de mucho más.
Confirma que su segundo apellido es de origen catalán.
Mire, mi abuelo no tenía ocho apellidos catalanes, tenía veintipico (risas), pero se enamoró de una cántabra. Mi madre, de hecho, nació en Barcelona, pero siendo ella muy joven la familia se vino a vivir a Oviedo.
¡Bueno, vale! No pasa nada porque haya nacido en Oviedo, ¡eh!
En la universidad siempre bromeaba con que cualquier día me iban a colgar en la autopista Y, cuando estaba en Gijón, defendía a los ovetenses… Cuando estaba en Oviedo, a los gijoneses.
Si, ya sé yo que siempre le gustó ser un poco polémica… En fin, ¿estudió medicina por vocación?
Me apasionó siempre, porque fui una niña con muchos problemas de salud. Los médicos decían a mis padres «Esta niña o nos odiará o se hará médico».
¿Podemos hablar de esos problemas de salud?
Tuve muchos problemas respiratorios, meningitis… Lo pillaba todo. Hasta tuve en cuarentena a mi clase del colegio.
Me chivaron algo sobre un traje de enfermera…
Me lo regaló una tía mía y no me gustó nada, porque las enfermeras pinchaban y los que curaban eran los médicos. Fíjese qué visión tenía ya de pequeña…
¿Hay algún médico en su familia?
Nadie. Yo quería cuidar a los niños que estaban como yo, malitos.
Estudió en Oviedo.
Y, luego, terminé en Madrid.
¿Nunca se planteó ser médico, por ejemplo, de familia?
¡Sí, claro! Mire, a mí lo que me encantaba era la psiquiatría y la ginecología pero, cuando yo acabé el MIR, era un momento muy difícil, porque había muy pocas plazas. Igual 5.000 plazas para 15.000 médicos. Y ese es el resultado del problema de no haber médicos ahora. No pensaron en el recambio generacional. A los de mi generación nos trataron bastante mal.
Sigamos.
Bien, a mí me gustaba también el tema vascular. Entonces empecé a formarme como flemóloga; de hecho, conseguí plaza en el MIR pero, por una serie de circunstancias personales, se truncó todo y tuve que renunciar a esa plaza.
¿Y eso?
Tuve un accidente de coche muy grave, del que ‘me morí’. Estuve atrapada entre los hierros del coche durante hora y media. Me dio una parada en el helicóptero que me rescató…
¡Qué me dice! ¿Fue aquí?
Iba camino de Madrid, donde seguía estudiando y ya empezaba a trabajar. Ese accidente me hizo aprender de nuevo a caminar, me dejó muchas cicatrices crónicas en la espalda y otra en la cara, que me atravesaba desde la cabeza hasta el ojo. Fui la novia de RoboCop durante muchos meses.
¡Madre!
Llevé un corset metálico durante mucho tiempo…
Se hizo una buena avería.
Por eso mi sentido del humor es un poco ácido… Por suerte, estoy aquí, dando guerra. Y de ahí decidirme a estudiar más a fondo el tema de la medicina estética; sobre todo, cuando me vi en el espejo.
Que es una rama de su importancia.
No solo es «Me quito cuatro arrugas», es devolver a la gente su imagen. A veces no hace falta hacerse una cirugía plástica y reconstructiva. El láser es un instrumento buenísimo para no pasar por el quirófano. Me pareció una especialidad muy interesante y novedosa, porque de esto, hace ya veinte años, pocos médicos sabían usarlo.
Explíquenos la diferencia que hay entre cirugía plástica y medicina estética.
Primero, decir que son complementarias. La cirugía plástica y reparadora es una cirugía que se hace vía MIR. Son médicos que se ocupan de los quemados, de una reconstrucción de pecho cuando acabas de sufrir un cáncer… Esas últimas operaciones ahora se hacen para mejorar. O, por ejemplo, cómo tratar un rostro para hacer un relleno, con una toxina… Todos estos tratamientos han aparecido para complementar la cirugía plástica en origen.
O sea…
Los médicos que podemos hacer este tipo de cosas somos licenciados en Medicina y Cirugía. Esto es muy importante recalcarlo. Yo me he especializado con dos posgrados y un master, pero me ocupo más del tema toxinas, rellenos y problemas vasculares.
Entendido. ¡A ver! Por un suponer… Yo quiero que me ponga esos labios que se llevan ahora… Que para mí, personalmente, me parecen ‘morcillas’…
Los ‘Russian lips‘.
¡Acabáramos! Y una pregunta: si yo, por un suponer solo, me los pongo. ¿Luego puedo quitarlos?
Todo el mundo piensa que se pueden quitar con una goma de borrar. Si te los han hecho con mesura, los han colocado en el plano anatómico adecuado se pueden quitar.
Pero…
Si los coloca una persona que no es médico, con productos que no son adecuados… Es muy difícil.
¿Qué productos se utilizan?
Se utiliza el ácido hialurónico. Pero… ¡Claro! Hay muchos tipos de ácidos hialurónicos.
Como todo, es como usar un champú bueno o malo.
Es que hay champús que hasta te pueden quemar el pelo…
Con eso ya me lo dijo todo.
Hay que buscar un buen profesional. A mí, cuando me vienen a preguntar por los ‘labios rusos’, digo que yo hago los ‘labios asturianos’, los ‘Asturian lips‘… Hago los que hay que hacer. Mire, la cara tiene que estar armonizada.
¡Ya! Y esos filtros que se utilizan en las redes sociales…
Estamos en la sociedad de la imagen, del quedar bien.
Esa sociedad irá a más, o desaparecerá…
No lo sé, pero lo que sí sé es que hay riesgos al hacerse estas cosas mal. Puedes quedarte sin mucosa, necrosas… Por eso tiene que realizar este tipo de tratamientos un médico que tenga una especialidad concreta.
Tengo otra pregunta. Las personas de mi edad… ¿Tienen pudor al acudir a una clínica?
Existe el tabú del silencio.
¡Pero, vamos a ver…!
Ya, porque igual que te tiñes el pelo, o que te cuidas la piel, la alimentación… Lo que pasa es que se ha aumentado la esperanza de vida…
Tema sol, ahora que en Asturias nos estamos achicharrando.
Esta es una pelea continua. Es importantísimo protegerse del sol todo el año. La gente que ‘se come’ todo ese depósito de protección que tenemos, con el tiempo esas pieles quedan envejecidas, adelgazadas.
Le pregunto ahora por la obesidad que hay tan enorme en la gente joven. En mi época, allá por el Pleistoceno, no se veía tanta gente gorda.
La comida rápida está haciendo mucho daño. Las prisas hacen que, en vez de hacerte una ensalada, te compres… Cualquier cosa preparada. Y otra cosa: la gente se ha vuelto muy sedentaria, todo el día delante de un ordenador, del móvil.
Y eso que cada vez se hace más deporte…
A mí lo que me preocupa es que cada vez hay más niños y niñas con obesidad. Antes, en España no los había. Es más cómodo tener al niño callado, jugando con el móvil o la tablet, que llevarlo a una actividad, aunque… ¡Claro! Ahora trabaja el padre y la madre. Eso también tiene mucho que ver. Antes, la gente se iba al pueblo los fines de semana. Los niños podían montar en bicicleta… Estar todo el día en la calle. Eso se acabó.