Todas las fuerzas políticas la elogiaron no solo como persona, sino reconociendo los méritos de su gestión. ¡Extraordinario!
A los que tuvieron la gentileza de leer mi anterior artículo (y los que no, pueden hacerlo en este enlace) me planteé y les planteé una pregunta: ¿Qué valoran más los que visitan Gijón? Hoy también quiero conocer su opinión: ¿Qué les ha parecido la gestión de Ángeles Fernández-Ahúja en el Ayuntamiento de Gijón? ¿Qué opinión tienen de ella? Como todos ustedes saben (y si no, para eso estoy), el Consistorio celebró el pasado 7 de noviembre un Pleno Extraordinario en el que se formalizó la renuncia de Fernández-Ahúja como concejala la concejala de Servicios Sociales y Vivienda. Bien, es una situación no infrecuente: los ediles dejan su cargo por diversas razones, y son sustituidos por otros compañeros.
Pero lo extraordinario del acto es que, en su despedida, los concejales de todos los partidos con representación en el Ayuntamiento tuvieron palabras no solo de cariño, sino de reconocimiento a su labor de estos años. Así, como ya informó miGijón, La portavoz de Vox, Sara Álvarez Rouco, mostró su agradecimiento a la ex edil, resaltando su dedicación a la gestión pública y su influencia en su propia carrera, y la consideró su “madrina política”. La representante de Podemos, Olaya Suárez, lamentó que con su despedida el Pleno perdería una empatía “que siempre estaba presente en las sesiones”, deseándole “mucha fuerza y mucho ánimo”, y la concejala socialista Marina Pineda elogió su “talante, respeto institucional y espíritu de colaboración”, señalando que su trabajo fue “un ejemplo de compromiso con la ciudad”.
Naturalmente sus compañeros de partido y de gobierno tampoco escatimaron en elogios. La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón (Foro), destacó su “trabajo riguroso y eficaz” al frente de los Servicios Sociales y Vivienda, resaltando su “compromiso inquebrantable” y su capacidad de ejercer su labor “siempre desde la responsabilidad”. Por su parte, la portavoz del PP, Ángela Pumariega, agradeció el trabajo conjunto durante los últimos cinco años, especialmente su disposición a colaborar y su dedicación a los proyectos del grupo. Y la concejala de Izquierda Unida, Noelia Ordieres, le dedicó unas sentidas palabras: “He podido compartir con ella, desde la diferencia ideológica, las distintas propuestas políticas que hemos presentado (…) Al otro lado del teléfono siempre se ha mostrado dialogante, comprensiva y combativa cuando ha sido necesario (…) Por aceptar la disputa y crítica política como lo que es, política y no personal”.
La gran noticia estaba en que sus rivales en el Ayuntamiento hablaron muy bien de su trabajo. “Espíritu de colaboración”; “perdida de “una ‘empatía’ que siempre estaba presente en las sesiones”; “ejemplo de compromiso con la ciudad”. Son frases que rescato del mismo Pleno pronunciadas por el PSOE, Podemos e IU.
¿Comprenden? Todas las fuerzas políticas la elogiaron no solo como persona, sino reconociendo los méritos de su gestión. Repito (porque no me lo acabo de creer): La oposición -PSOE, Podemos, Vox e IU- reconocieron su trabajo al frente de una concejalía contra la que noblemente combatieron, pero advirtiendo de sus logros y sus méritos al frente de ella. ¡Extraordinario!
No se ustedes, pero este humilde gacetillero no recuerda semejantes alabanzas a una persona viva en el medio siglo del Ayuntamiento democrático de Gijón. Recalco lo de “viva” pensando en el epitafio del gran Enrique Jardiel Poncela: “Sí buscáis los máximos elogios, moríos”. Lo que me lleva a dos conclusiones: la primera, que todas las formaciones políticas deben guardar y memorizar lo que hicieron en el Pleno del 7 de noviembre de 2024. Y, por supuesto, practicarlo; ese es el camino. La segunda reflexión es que -les doy mi palabra- no me sorprendió. Verán por qué.
Conocí a Ángeles hace algo más de 30 años. Como abogada tenía, junto a su marido Alejandro Loché, un bufete frente a la antigua Delegación de Hacienda, y complementaba su labor jurídica con clases particulares de Derecho. Como yo estaba haciendo la carrera, mis padres me apuntaron a sus lecciones.
Recuerdo los esfuerzos de la profesora Fernández-Ahúja para que entendiéramos los conceptos jurídicos básicos: la diferencia entre homicidio y asesinato en el Código Penal, qué es y cómo funciona el Tribunal de Justicia de La Haya o esa cosa tan rara llamada usucapión, por la que, si usted usa un coche que no es el suyo (con buena fe), el vehículo acabará siendo de su propiedad pasados unos años. En mi caso, el aprovechamiento de sus clases era relativo (ya tenía bien claro que mi camino profesional era el Periodismo) pero gracias a ellas, mal que bien iba aprobando asignaturas no sin esfuerzo (el suyo, claro está).
También me llamaba la atención la paciencia de Ángeles cuando nos tocaba “cantar” los temas (en mi caso, lo más adecuado sería decir “desafinar”). Con un estoicismo digno del Santo Job, nos escuchaba decir barbaridades jurídicas que ella corregía las veces que hiciera falta -y eran muchas- sin perder la sonrisa.
Si ustedes me permiten, quiero compartir con ella (y con ustedes) algo que pensé cuando conocí su vocación política:
Estimada Ángeles; desde el primer momento me llamó la atención tu enérgica determinación (por no decir cabezonería) de seguir con ejerciendo como letrada. Es verdad que tenías y tienes el apoyo de tu marido Alejandro. Pero no es menos verdad que nunca has dejado de ocuparte de los temas del despacho. Eso, en mi humilde opinión, tiene dos consecuencias admirables: En primer lugar, la relación con el abogado, como con el médico, se basa fundamentalmente en la confianza. Y eso, para cualquier persona que necesite de tus servicios supone una enorme garantía: saber que no le vas a dejar, que seguirás ocupándote de su problema. Ya te pueden decir que de tu caso se ocupará un extraordinario y competentísimo profesional; lo que quieres es seguir tratando con “tu” abogado, como con “tu” médico. (Me acuerdo, no sé por qué, del Dr. Joaquín Montes Noriega, jefe de servicio de ORL del Hospital de Cabueñes hasta su jubilación en 1999, que libró de una grave sordera a mi madre sin pasar por la mesa de operaciones. Seguro que ustedes han vivido experiencias similares, cuando no iguales, cuando “su” médico -o su abogado, o su quiosquero o su tendero- echó el cierre).
La segunda consecuencia es política: Cada vez que un cargo vuelve a su antiguo trabajo después de pasar por la “res pública”, es noticia de portada en los medios de comunicación. Porque, desgraciadamente, son muchos los que cuando dejan de ser concejales, miembros del parlamento asturiano, diputados, senadores… Se reenganchan a cualquier prebenda con tal de seguir cobrando sus buenos réditos, muchas veces a costa del erario público (vamos, de los contribuyentes en román paladino). Seguro que mis lectores tienen en mente algún caso: Son tan pocos que casi se pueden recitar de memoria. Ángeles: A partir de ahora, hay que incluirte en ese ilustre grupo.
Ahora les repito la pregunta: ¿Qué les ha parecido la gestión de Ángeles Fernández-Ahúja en el Ayuntamiento de Gijón?, ¿Qué opinión tienen de ella? No sé si en esta ocasión el tema da para más, pero -por supuesto- hablaremos de ella cuando ustedes quieran. Si me han leído hasta aquí, muchas gracias. Les espero.