«En ese año aparecían en Gijón las primeras noticias sobre el fútbol en Asturias y, con el nuevo siglo, se encuentran ya referencias de los primeros partidos del nuevo deporte en la playa de San Lorenzo»

A caballo entre el siglo XIX y el XX desembarca el fútbol en la costa asturiana. Procede de las Islas Británicas, y muy pronto cuaja entre la juventud de la burguesía local y se expande, en pocos años, de forma trasversal y general. Pasa de ser una distracción juvenil a algo más que un deporte -un fenómeno de masas- en muy poco tiempo. En las tres principales, y más pobladas, localidades asturianas se inicia el desarrollo del nuevo deporte, muy particularmente en las dos costeras: Gijón y Avilés.
En el año 1900, aparecían en Gijón las primeras noticias sobre el fútbol en Asturias y, con el nuevo siglo, se encuentran ya referencias de los primeros partidos del nuevo deporte en la playa de San Lorenzo. El primer club en dedicarse de modo organizado al fútbol, el Gijón Sport Club, fue una entidad fundada en 1902 por Luís Adaro Porcel y que empleaba camisa y pantalón blanco con detalles en rojo. Junto a Adaro, que había conocido el nuevo deporte durante su estancia como estudiante en Suiza, estaban otros gijoneses que ya habían conocido el fútbol, al cursar sus estudios en otros países europeos. Tal era el caso de Juan Alvargonzález Treacher y sus primos, los hermanos José Luis y Romualdo Alvargonzález Caso (hijos de Calixto Alvargonzález Landeau, escritor y primer director del diario El Comercio, y Pilar Caso Laviada). Este club era polideportivo y cultural y daba cobijo también a otras disciplinas como el ciclismo, el ajedrez o el teatro. Poco después apareció la Sportiva Gijonesa, fundada en el 1904.
En ese periodo, existieron, además, otros equipos como el Shooting de Gijón, la Recreativa o el Balón Club. Todos jugaban frecuentes partidos entre ellos y, en ocasiones, también contra las tripulaciones de los barcos británicos que atracaban en Gijón. Otra persona clave en la implantación del fútbol en Asturias fue el gijonés Ismael Figaredo Herrero. Había jugado al fútbol en su etapa de estudiante en Bélgica y fue clave en su figura de directivo, llegó a ser presidente del Sporting y también mecenas deportivo. Semejante situación se vivía en la otra ciudad costera de la región: Avilés. La Villa del Adelantado fue, además, cuna, en 1903, del Avilés Sport Club, decano hoy -con el nombre de Real Avilés S.A.D.- del futbol asturiano. La aparición del equipo avilesino va ligada al ámbito académico. En 1889, un corverano llamado Ramón Fernández-Arenas, abandonó su casa de Asturias para estudiar en Estados Unidos, país donde residía su hermano Manuel, adinerado hombre de negocios en la ciudad de Nueva York. Allí, pagó los estudios a su hermano pequeño, matriculándose primero en el célebre Saint John’s College y posteriormente en el Centenare College Insitute de Hackettstown, en New Jersey, donde decide formar parte del equipo de fútbol europeo (hoy conocido como soccer en los USA) formado, mayoritariamente, por jóvenes descendientes de irlandeses. Una vez concluida su formación norteamericana se instala definitivamente en Avilés, abriendo en el número 8 de la calle Llano Ponte la primera academia de inglés de Asturias, un centro de estudios donde, además, se impartían clases de contabilidad. Además de la docencia Fernández-Arenas enseña a los avilesinos el nuevo deporte, y ese año de 1903 crea, junto a un grupo de amigos, el club que hoy es decano del fútbol asturiano: el citado Avilés Sport Club (posteriormente llamado Stadium Avilesino y, hoy , Real Avilés).
Poco a poco el nuevo deporte del balompié fue calando en los asturianos y el primer encuentro de pago en Asturias se disputó el 29 de mayo del 1904 en el campo de El Bibio, un prado adyacente a la Plaza de Toros de Gijón, en la calle Ezcurdia. Lo disputaron el Gijón Sport Club y el Avilés Sport Club. La entrada se cobraba a 25 céntimos de peseta y asistieron decenas de aficionados y curiosos.
El nacimiento del Sporting
En el verano de 1905 nace el principal club de la ciudad, el Sporting. Lo hace por iniciativa de Anselmo López Sánchez y junto al principal fundador hay un grupo de amigos de ámbito casi interfamiliar. Así, los hermanos Loyola y Conrado Pineda Barbachano, Julio y Adolfo Bernaldo de Quirós Debrás, José y Julio Barroso Ablanedo, y Manuel, Óscar y Ramón Muñiz Álvarez-Valdés, junto a un grupo de jóvenes entre los que se encontraban Corsino de la Riera Acebal, Ángel Pardo Botella, Jacobo Argüelles Álvarez, Emilio Fernández Menéndez, Florentino García Sordo y Ángel Álvarez Fano fundan el Sporting Gijonés, hoy denominado Real Sporting de Gijón S.A.D.
Ángel Pardo, uno de los presentes en el momento de la creación del Sporting, relata así su fundación -que sitúa en el citado verano de 1905- en una entrevista publicada en La Hoja del Lunes de Gijón, en el año 1957:
“Pues verás, en el año 1905 había en Gijón varias sociedades futbolísticas. Una que yo había creado y que se llamaba La Recreativa; otra la de Anselmo López y otra la que formaban los hermanos Quirós, con Julio como presidente. De estas tres – lo recuerdo como si fuese hoy– nació el Sporting Club Gijonés. Nos reunimos un día en la playa, debajo de Las Carolinas, y acordamos fundir las tres en una sola, a la que se dio aquel nombre. Unimos los fondos de los tres equipos, pusimos cada uno de los miembros una pequeña cantidad e inmediatamente pedimos a Barcelona los jerséis”.
Lamentablemente no hay noticias de partidos disputados por el Sporting en su primer año y medio de existencia. Hay que tener en cuenta que los encuentros disputados entre equipos locales no despertaban entonces gran expectación así que no se reseñaban en la prensa, pese a que, sabido es, que ya se disputaron en ese mismo año fundacional. No era así cuando el equipo era de otra ciudad. Así, aparece una reseña de El Comercio en 1907, cuando el Sporting juega contra el Sport Ovetense en la capital asturiana. El encuentro se disputó el domingo 18 de agosto y finalizó con empate a uno. Por el Sporting se alinearon: Anselmo López; Óscar Muñiz, Manuel Muñiz, Constantino Palacio, Conrado Pineda, Félix Alonso, Loyola Pineda, José Morilla, Laureano Antuña, Ramón Muñiz y Eduardo García. El periódico ovetense El Independiente citaba al también futbolista del Sporting en esos primeros años Cesáreo Cadavieco en lugar de Eduardo García.
Casi en paralelo con la llegada del fútbol a la ciudad y con la aparición de los numerosos “campos de foot-balll” de la zona este de la misma, hay un auge de los establecimientos hosteleros de la zona, especialmente de los merenderos. En el verano de 1890, abren sus puertas dos establecimientos hosteleros en el barrio gijonés de La Guía, a las afueras de la ciudad. El viernes 1 de agosto se inaugura El Retiro de la Guía, que fue abierto por Feliciano García, aunque su propiedad pasó a los pocos años a manos de José Argüelles “el Roxu”, quien mantuvo la gerencia del negocio durante mucho tiempo. El día 20 del mismo mes lo hace también El Norte, cuyo propietario era el conocido cocinero Germán Valdés. Ambos establecimientos tienen bar-restaurante y merendero y revitalizan enormemente el barrio beneficiados por la llegada del tranvía hasta la periferia de a ciudad. Y, claro, a ello también va a ayudar, años más tarde, la cercanía con el principal campo de fútbol de la ciudad, El Molinón, y la fuerza con la que el nuevo deporte prende en Gijón. El primero de ellos, El Retiro de la Guía, ya en los tiempos de “el Roxu”, se convierte en el lugar de encuentro más popular entre los aficionados sportinguistas de los primeros tiempos del club. Allí se departía en las horas previas al encuentro, comían muchos aficionados y era lugar de referencia al acabar los partidos para conversar y discutir sobre lo acontecido en el terreno de juego.
Y es en ese lugar donde Ignacio Lavilla y Mario Orbón, primer y segundo secretario del Sporting (Orbón, además, fue un conocido árbitro de fútbol en los años veinte), organizan, a partir de 1910, las primeras comidas de club. A ellas asisten los jugadores que conforman la plantilla, algunos amigos y familiares y, por supuesto, cuantos aficionados deseen. Un menú en el que el plato principal siempre consistía en fabada y que, por ejemplo en 1912, costaba dos pesetas por cubierto. Posteriormente, ya en la segunda mitad de la década de los veinte, el merendero El Recreo del Piles, propiedad de Manuel Peña, es inaugurado en 1924. Estaba situado al final del Puente del Piles, cerca del fondo Norte de El Molinón, y coge el relevo como principal punto de encuentro del sportinguismo. Otro de los lugares de referencia de la afición gijonesa, a partir de la segunda mitad de la década de los 20, fue el Restaurante Las Delicias, en Somió, del que era propietario Florentino Villabona, que contaba además con merendero, juego de llave y baile. El fútbol, ya entonces, comenzaba a trascender a lo puramente deportivo y, poco a poco, pasaba a convertirse en un verdadero dinamizador económico de la ciudad.