«La inteligencia artificial liberará tiempo para prestar una mejor atención a los clientes»

Caja Rural de Asturias cerró 2024 con un beneficio neto de más de 96 millones de euros, un 53% más que el año anterior, y con una morosidad que apenas alcanza el 1,97%. En un momento en el que la banca tradicional reduce oficinas, la entidad asturiana sigue apostando por la cercanía, con nuevas aperturas dentro y fuera del Principado, y un modelo mixto que combina la atención presencial con canales digitales. Su director general, Antonio Romero, desgrana las claves de este crecimiento, el compromiso social que les lleva a destinar más de 10 millones de euros a iniciativas en toda la región y los retos de una expansión que busca mantener intacto el ADN cooperativo.
Caja Rural de Asturias ha cerrado 2024 con un beneficio neto de más de 96 millones de euros, un 53% más que el año anterior. ¿A qué factores concretos atribuyen este crecimiento tan notable?
Básicamente a la combinación de 3 factores, dos de gestión interna y un condicionante externo. Por un lado, y de gran relevancia, ha sido el crecimiento del volumen de nuestra entidad en los últimos años debido a un intenso incremento de la actividad comercial, generando un aumento del volumen de negocio en el periodo 2023-2024 que ascendió a 1.359 millones de euros.
En segundo lugar, muy importante ha sido también la excelente gestión de la liquidez disponible que ha realizado nuestra área de tesorería.
Y por último, la situación de tipos de interés ha influido en este incremento. Las tasas negativas de interés en el 2021 fueron incrementándose durante 2022 hasta alcanzar máximos en el tercer trimestre de 2023. Hasta junio de este año, estamos en la fase de aterrizaje suave
¿Cómo se logra mantener una morosidad tan baja (1,97%) en un contexto económico aún incierto para muchas familias y empresas?
Pues sin duda con rigor en los criterios de admisión, análisis y posterior seguimiento del riesgo crediticio. Siempre hemos tenido claro que el área comercial tiene que ejercer como primera línea de defensa para mitigar la posible morosidad, a la que se une una segunda línea integrada por un cualificado equipo de analistas de riesgos.
Mientras otras entidades cierran oficinas, Caja Rural de Asturias sigue abriendo nuevas. ¿Qué les hace apostar por la presencia física en un momento de digitalización bancaria?
Entendemos que el mayor valor añadido que tiene Caja Rural de Asturias es el conocimiento de nuestros clientes y la confianza que depositan en nosotros, Este binomio se consigue en se consigue en mayor medida a través del trato personal.
Sin duda, estamos potenciando la actividad a través de canales digitales, incluso tenemos una oficina digital que opera íntegramente a través de la red y que cuenta ya con un volumen importante de clientes y negocio. La apuesta de Caja Rural de Asturias es por un modelo mixto de relación con nuestros clientes en el que ellos eligen el canal en cada momento el canal para comunicarse.
Nuevo Roces, Salinas, Castro Urdiales… ¿Cómo eligen las ubicaciones para sus nuevas sucursales? ¿Qué detectan en estos territorios para considerar que necesitan una oficina bancaria?
Las elecciones de nuevas ubicaciones se fundamentan principalmente en:
- Datos poblacionales
- Factores socioeconómicos
- Densidad de entidades financieras en el ámbito de influencia
- Potencial de desarrollo
Respecto a las 3 nuevas ubicaciones, comentar que en Nuevo Roces hemos visto la necesidad de acompañar al crecimiento y desarrollo de un barrio de Gijón en el que vemos potencial a futuro. Castro Urdiales es la tercera población de Cantabria después de Santander y Torrelavega, lo cual es un argumento de peso, y con referencia a Salinas hemos visto una oportunidad de negocio al acercarnos presencialmente a una población donde ya teníamos un importante número de clientes distribuido en otras sucursales de localidades cercanas.
¿Qué papel juegan las oficinas de fuera de Asturias —como las de Cantabria o Madrid— en la estrategia general de la entidad?
La apertura a nuevos mercados como Cantabria y Madrid está suponiendo un hito de gran relevancia en nuestro plan estratégico. Seguimos creciendo en Asturias como es palpable con la apertura de nuevas sucursales, pero para nosotros nuestra comunidad supone ya un mercado maduro. Esta ha sido la principal motivación para afrontar estos nuevos retos, por una parte, Madrid por las oportunidades que ofrece y por otra Cantabria, comunidad vecina con importantes sinergias con Asturias y donde la presencia de entidades financieras de carácter cooperativo es muy reducida.
Usted ha dicho: “Queremos estar donde se nos necesita”. ¿Qué significa eso para ustedes a nivel práctico? ¿Qué tipo de necesidades detectan que otros bancos no están atendiendo?
A nivel práctico significa que queremos acompañar a nuestros clientes y potenciales clientes en todas sus etapas, cubriendo sus necesidades y expectativas financieras con un equipo de profesionales cualificados y de una manera tanto presencial como a través de canales digitales.
Bajo mi punto de vista otras entidades financieras quizás están prestando menos relevancia a la atención presencial, la cual nosotros consideramos esencial en el conocimiento y vínculo con el cliente.
¿Cómo se trabaja esa “cercanía” que definen como uno de sus valores diferenciales? ¿Cómo se forma a los empleados para mantener ese modelo de atención personalizada?
La cercanía se trabaja en el día a día en la relación con nuestros clientes, aunque previamente hemos establecido una reflexión estratégica relativa a nuestros principios, valores a desarrollar y orientación de nuestra misión y visión.
La formación a nuestros empleados es uno de nuestros mayores focos de atención actualmente, sobre todo en unas circunstancias en las que estamos incrementando la plantilla considerablemente con perfiles diversos. Esta orientación hacia la atención personalizada presente tanto en las fases de captación y acogida de nuevos empleados como en las recurrentes sesiones que se llevan a cabo en la que los conocimientos técnicos sobre procesos y productos tienen una total orientación al cliente.
Van a destinar más de 10 millones de euros a iniciativas sociales. ¿En qué áreas se va a centrar esa inversión? ¿Hay proyectos concretos en Gijón, Oviedo o en zonas rurales que destaquen especialmente?
Nuestro compromiso social como Banca Cooperativa lo desplegamos en varias áreas: Asistencia Social, Educación, Cultura, Deporte, Cooperativismo y Emprendimiento, Sostenibilidad, Innovación y Talento, Ciencia e Inversión de Impacto; desarrollando programas desde la propia Caja Rural, así como desde nuestra Fundación.
Los proyectos se realizan en toda la región y buscan poner en valor y dan a conocer todo lo que se realizan en las distintas localidades y pueblos. De hecho, en muchas ocasiones, nuestra labor es mostrar esos proyectos especiales y de gran valor, que, por desarrollarse en entornos más alejados del área central, son menos conocidos.
Por compartir algún proyecto concreto, destacaría nuestra colaboración con el COPAE y Campoastur en el desarrollo de la Red de Huertos Escolares Ecológicos que desde 2012 ha enseñado a más de 6.000 alumnos el compromiso que requiere el cuidado de un huerto.
También nuestra actividad cultural “Neños al teatro” que nos ha permitido llevar a los colegios distintas obras, ofreciendo una verdadera experiencia escénica a profesores y alumnos. No me gustaría olvidar nuestro programa de Educación Financiera en las Aulas todo un éxito en este curso que hemos finalizado.
Como apoyo al talento asturiano, cada año convocamos nuestras Becas de Excelencia que llegarán este año a más de 200 estudiantes de Universidad, Formación Profesional, y Enseñanzas de Régimen Especial, con dotaciones de hasta 10.000€ para hacer masters en el extranjero.
Lógicamente, también estamos muy presentes en Gijón Avilés y Oviedo, ciudades tractoras en la región. Como ejemplo de colaboraciones en estas zonas podríamos citar: en apoyo al mundo empresarial, los Premios Industria 4.0 o Talento en la Ingeniería,
la estrecha colaboración con la Universidad de Oviedo a través de tres Cátedras y numerosos proyectos, entre los que se encuentra el programa formativo para mayores PUMUO y por supuesto, el apoyo al sector primario, con Agropec en Gijón o San Agustin en Avilés, al deporte e inclusión social en “escuela de valores”, junto a la Fundación Real Sporting de Gijón, libros, publicaciones, artes plásticas y así muchos más.
En total, hemos gestionado en 2024 en torno a 1.800 colaboraciones.

¿Cómo se articulan las acciones de la Fundación Caja Rural y el Fondo de Educación y Promoción? ¿Podría darnos ejemplos de proyectos transformadores que estén impulsando actualmente?
Nuestra cercanía al territorio a través de una extensa red de oficinas facilita que podamos apoyar miles de acciones sociales a través del Fondo de Educación y Promoción, siendo éstas oficinas el canal de solicitud para todas aquellas entidades y ciudadanos que buscan nuestra colaboración. En paralelo y de manera complementaria desde la Fundación Caja Rural desarrollamos nuestros propios proyectos.
Como proyectos transformadores, destacar Reduce Tu Huella, a través del cual ayudamos a empresas a calcular y registrar su huella de carbono, a diseñar un plan de reducción de emisiones, y finalmente a compensar con un fondo de derechos de emisión obtenido a través de proyectos de absorción que fijan población en el medio rural ayudando a los ganaderos en su día a día.
También estamos trabajando en un proyecto de Relevo Generacional en los Municipios de Cangas de Narcea, Degaña e Ibias, identificando aquellos profesionales y negocios que cerrarán en los próximos años por jubilación y buscándoles emprendedores que los releven.
En nuestra entidad consideramos que no hay inversión más que transformadora que la que se hace en Ciencia, es por ello que apoyamos varios grupos de investigación en diferentes áreas de la salud, como el cáncer, la diabetes, el Parkinson o la oftalmología, apoyos que permiten la entrada de jóvenes investigadores a la carrera investigadora, permitiendo a ese talento joven quedarse en Asturias o retornar a nuestra tierra.
Y por supuesto, nuestra entidad también apoya a 50 Entidades Sociales, destacando la colaboración con Banco de Alimentos, AMICOS, Asociación Gijonesa de la Caridad, Cocina Económica de Oviedo, Caritas, Fundación EDES y Cruz Roja, con proyectos de alto impacto como es el caso de “Animación Hospitalaria”, el de “Itinerarios Integrales con personas de difícil inserción”, o el de “Formación en procesado y comercialización de productos ecológicos para personas con discapacidad intelectual y psicosocial”.
Hablan de apoyar el emprendimiento, la innovación y el reto demográfico. ¿Cómo puede una entidad financiera ser parte activa en la lucha contra la despoblación?
Nuestra entidad está muy presente en el tejido empresarial, en el comercio, en la sociedad en general, en muchos lugares somos la única entidad financiera.
El reto demográfico es un desafío en nuestro territorio, un problema complejo que tiene múltiples facetas, desde nuestra Fundación nos marcamos como propósito “dar vida al territorio”, con el fin de fijar y atraer población, especialmente a las zonas rurales. Nuestras líneas de acción están enfocadas a favorecer la actividad económica, la existencia de servicios, entre ellos el bancario, la vivienda, y promover también la cultura y el ocio, con el fin de que las personas que apuestan por vivir fuera de los núcleos urbanos no sientan que se estén perdiendo nada. En estos momentos estamos desarrollando nueve proyectos de impacto que tienen todos ellos el objetivo de impulsar la demografía rural en Asturias.
En nuestro ADN está generar valor con valores. Estamos convencidos que ese es el camino para contribuir al desarrollo económico y social de la región donde desarrollamos nuestras vidas y nos gusta ver crecer a los nuestros.
¿Cómo se imaginan Caja Rural de Asturias dentro de cinco años? ¿Qué retos tienen por delante como banca de proximidad en un entorno cada vez más digital?
Vemos a Caja Rural de Asturias dentro de 5 años como una entidad con una imagen más moderna, ágil en servicios, muy profesionalizada tanto en recursos materiales como humanos y con una claras vocación de servicio para toda Asturias y el resto de territorios en los que operamos.
Como ya comentaba anteriormente optamos por un modelo mixto de actividad, pero siempre respaldado por una operativa digital de primer nivel, para lo cual debemos de ser muy exigentes en la incorporación de tecnología, procesos y capacidades de alta calidad, para lo que contamos con Rural Servicios Informáticos, empresa tecnológica propiedad del Grupo Caja Rural, que se ha consolidado a nivel nacional como referente en desarrollos tecnológicos en el ámbito financiero.
¿Qué papel jugará la inteligencia artificial o la digitalización en su modelo de negocio, sin perder esa cercanía de la que hacen bandera?
Los desarrollos de inteligencia artificial en el ámbito financiero están contribuyendo a paliar e ir eliminando paulatinamente muchos procesos que actualmente requieren una elevada carga administrativa en distintos ámbitos, liberando capacidades para poder prestar una mejor atención de acompañamiento y asesoramiento profesional a nuestros clientes. Paralelamente estos desarrollos van a ser un complemento esencial en el conocimiento certero de las necesidades y hábitos financieros de la clientela.
¿Temen que el crecimiento les haga perder parte de esa identidad que les diferencia de la gran banca? ¿Cómo se preserva el ADN cooperativo en un escenario de expansión?
No perder nuestra identidad es un importante reto que ya estamos afrontando. Desde la dirección de la Caja llevamos tiempo potenciando el desarrollo de políticas de comunicación interna y orientación a todos los niveles organizativos con objeto de que siga calando esa esencia e identidad que nos ha consolidado en una posición de liderazgo en Asturias. Con ese mismo objetivo de mantener nuestra identidad estamos trabajando en las zonas de expansión para mantener una unidad de criterio a nivel global.