El Patronato Deportivo Municipal, apoyándose en su Centro de Medicina Deportiva, lanza esta iniciativa dirigida a personas mayores de cincuenta años, con niveles de intensidad adaptados y que pretende fomentar un estilo de vida activo y saludable
Es bien sabida la predilección, por no emplear directamente el término ‘obsesión’, del ser humano por encontrar la meta, el referente, el principal ejemplo de algo. Y así es como, en los casi veinticinco años transcurridos desde el inicio de de esta centuria, millones de personas han propuesto miles de candidatas para alcanzar el dudoso honor de alzarse como ‘la gran epidemia del siglo XXI‘. La obesidad, la salud mental, las dependencia de las redes sociales… Son tantas las opciones que no hay suficientes esquinas en el cuadrilátero de este combate para dar cobijo a todas. Sin embargo, una en particular parece estar ganando cada vez más visibilidad, y ya desde finales del XX: el sedentarismo. Un mal de efectos nocivos a menudo ignorados, cuyas consecuencias se pagan más y más conforme se suman años… Pero que tiene un tratamiento muy simple para contrarrestar su precio: desarrollar una vida activa y saludable. A esa misión se ha consagrado ‘Aqua-Receta Deportiva‘, uno de los más recientes programas desarrollados por el Patronato Deportivo Municipal (PDM) de Gijón, y que pretende fomentar esa existencia dinámica y sana por medio de un elemento común y primordial: el agua.
Una definición de manual de esta iniciativa resumiría lo que es ‘Aqua-Receta Deportiva’ afirmando que trata de promover el bienestar físico y mental de la ciudadanía mediante la práctica regular de actividades acuáticas. Sin embargo, hay mucho más detrás del proyecto, nacido como una propuesta de la empresa adjudicataria del contrato de actividades acuáticas y socorrismo, Sedema, SL. Al fin y al cabo, «muchas enfermedades están ligadas al sedentarismo; la mayoría de las personas pasamos siete u ocho horas delante de un ordenador, y muchas formas de ocio se llevan a cabo estando sentado, pero el ser humano está hecho para la actividad física». Así lo detalla la doctora Esther Álvarez Cueto, jefa del Centro de Medicina Deportiva del PDM, desde el cual se coordina la parte médica del programa. Ella, como el resto de su equipo, es plenamente consciente de que «para contrarrestar esas horas de inmovilidad no basta con pegarse una caminata de veinte minutos; hace falta algo más«. Y es en el agua, en el líquido elemento por antonomasia, donde se ha hallado la respuesta a esa compleja ecuación.
Tres niveles, múltiples posibilidades
Llegados a este punto, y con la explicación simple ya conocida, la gran pregunta que surge es… ¿Qué es exactamente ‘Aqua-Receta Deportiva’? Bien, en la práctica el proyecto, ya presentado y que echará a andar en enero, ofrece diversas actividades acuáticas para personas mayores de cincuenta años que, un punto clave, no presenten ninguna patología o circunstancia limitante. Una vez inscritos, los candidatos son sometidos a un primer examen por parte de los profesionales del Centro de Medicina Deportiva; en caso de superarlo, se les distribuye en uno de los tres niveles de actividad contemplados, cada uno de ellos diseñado en función de su aptitud. El primero de esos niveles lo ocupan quienes ya tienen algunas nociones de natación; a esos participantes se les pautan un trabajo y ejercicios para hacer de forma autónoma e independiente, si bien bajo la supervisión de un gestos cualificado. En un escalón inmediatamente inferior están aquellas personas sin la suficiente soltura para operar solas en el agua, si bien no totalmente dependientes; en su caso, se les integra en una actividad física dirigida. Por último, el tercer nivel está reservado para sujetos con muy poca autonomía acuática; de ahí que, por funcionalidad y seguridad, el gestos los integre en un grupo muy reducido, fácil de coordinar y adaptable a dinámicas personalizadas.
La previsión actual del PDM es que el curso, a un precio de veinte euros por persona, se prolongue por espacio de tres meses desde el momento de su puesta en marcha, aunque siempre con un matiz capital: que la progresión en cada nivel sirva para dar el salto al siguiente, y que quienes accedan al primero de ellos entiendan la experiencia como un puente hacia otras de las iniciativas desarrolladas por el Patronato. Porque en esto, como en cualquier otra práctica deportiva, no basta con una ejecución temporal, y un abandono posterior. Hay que seguir, evolucionar y no tirar la toalla. Máxime cuando la recompensa no es otra que la conservación y mejora de la propia salud… «Cualquier minuto de actividad física es bueno para evitar el síndrome plurimetabólico, la osteoporosis, la sarcopenia… Todo aquello que asociamos a hábitos sedentarios», insiste Álvarez. Frente a todo eso, el medio acuático se alza como la gran solución; no milagrosa, pero sí sumamente eficiente, pues «permite activarlo todo, con la ventaja de que disminuye la carga sobre las articulaciones; si no estás acostumbrado a hacer actividad física, es perfecto».
Ahora, sólo queda la prueba más dura de todas… Reunir la fuerza de voluntad necesaria para comprometerse, contactar con el PDM para obtener más información, y lanzarse a cualquiera de las seis piscinas municipales de Gijón donde este programa tendrá lugar. Un breve chapuzón en las aguas de la determinación que puede aportar unos efectos beneficiosos impagables…