Este martes ha sido el turno de los forenses, quienes han declarado que «sí se puede determinar que fueran conscientes de que se había producido un daño importante y grave»
Javier Ardines recibió un fuerte golpe en la cabeza que le hizo caer al suelo y luego fue estrangulado. Al menos, esa es la valoración de los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver del edil concejal de Llanes por Izquierda Unida, fallecido en agosto de 2018. Todos ellos han prestado declaración este martes en una nueva sesión del juicio. Los forenses han indicado que en su informe se recoge que el edil sufrió «una agresión estando de pie, cae de rodillas y luego viene el ataque contra el cuello, bien de rodillas o bien ya en el suelo». «Es la secuencia que parece verosímil«, han indicado los forenses, que han manifestado que «desde el punto de vista médico no se puede determinar» cuántas personas participaron en el ataque. «Con las lesiones no podemos determinar si hubo una o más personas», han añadido.
En el banquillo de los acusados se sientan cuatro hombres: Pedro Luis Nieva acusado de ser el inductor del crimen; Jesús Muguruza, acusado de ser el intermediario y los dos supuestos sicarios que acabaron materialmente con la vida de Ardines, Maamar Kelii y Djilali Benatia. Para todos ellos la Fiscalía solicita una pena de 25 años de prisión. Los forenses han manifestado que la causa de la muerte de Ardines fue «un shock del sistema cardiorespiratorio debido a la comprensión del cuello y fractura craneal producida por un golpe«. Respecto a la hora de la muerte han indicado que la autopsia conforma que la misma se dio en torno a las 6.30 horas de la mañana.
Lesiones por «causas diferentes»
A preguntas de las defensas los forenses han indicado que tampoco se puede determinar si la persona o personas que cometieron la agresión supiesen «si lo habían dejado vivo o muerto». «Sí se puede determinar que fueran conscientes de que se había producido un daño importante y grave«. Han explicado que el estrangulamiento «se produjo con el antebrazo, ejerciendo la presión desde atrás, comprimiendo la nuez con el hueco del codo». Pero además de los signos de estrangulamiento el cadáver presentaba «traumatismo cráneo encefálico, en la zona parieto-occipital derecha» lo que hace posible que un agresor diestro le golpease por detrás. «No sé si los efectos del golpe fueron suficientes para hacerle caer al suelo».
El golpe fue dado con un objeto «en el que no hay resortes, con una masa importante, sin aristas ni partes salientes porque la piel no tenía daños». Además el cadáver presentaba lesiones dispersas por «causas diferentes», como por ejemplo en el antebrazo donde presenta cuatro contusiones «de defensa». Además presentaba los labios rotos, quizás «por golpes directamente recibidos en esa zona».