Un año para olvidar. El sentir que se respira en el seno del Club Deportivo Arenal es el mismo que en el resto de clubes asturianos. En un año marcado por un sinfín de protocolos, parones y medidas de seguridad, el fútbol base ha sufrido más de lo que parece. Unos daños que, además, tendrán su repercusión en el futuro. Con la tristeza del que habla por algo que siente como suyo, Víctor Martínez, presidente del CD Arenal desde hace más de 16 años, valora una temporada que es «para pasar página cuanto antes y no hacer ni comentarios sobre ella».
Tristemente, no será fácil borrar esta temporada. Con los gastos incrementados y los ingresos cayendo en picado, las gestiones de estos clubes se hacen cada vez más complicadas. «Cada uno tuvo que tirar con sus recursos. Se dice que igual llega alguna ayuda al final, pero de momento no hubo nada«, explica Víctor. El apoyo de las empresas privadas, como Funeraria Gijonesa, que patrocinan el equipo, se convirtió en algo fundamental ya que la actividad en el club no se detuvo, a pesar de la ausencia de competición. «Hemos seguido con el mantenimiento de las instalaciones. A eso súmale la pintura para delimitar zonas, todo el protocolo covid, una limpieza más extrema… A pesar de todo, el molín sigue moliendo», cuenta el presidente del club del Tragamón.
Tres vías de ingresos, tres vías secas
Por si el aumento de los gastos fuera poco, las opciones de ingresar también se han visto delimitadas. Víctor Martínez explica las tres vías con las que cuenta el Arenal para recaudar dinero:
- Cuotas de los jugadores y socios: No se cumplió en su totalidad porque hay padres que, aunque los niños estuvieron entrenando de lunes a viernes, no pagaron la totalidad de las cuotas al no haber partidos. Consideraban que con eso estaba cubierto.
- Entradas a los partidos y rifas: Hasta este último mes, no llegaron los partidos. Por tanto, los ingresos en este punto son mínimos.
- Alquileres de cantina y instalaciones a otros equipos: Al no haber competición, las ligas de empresas y de peñas no estaban permitidas, por lo que no se pudieron alquilar los campos como en otros años.
Con estas vías atascadas, cuadrar el presupuesto resulta una ardua tarea para los gestores del club. «Vamos a arrancar el año que viene con un 35% menos del presupuesto. Eso no lo libras en una temporada ni en dos. Va a ser un déficit a largo plazo«, lamenta el presidente que, al menos, puede celebrar el regreso del fútbol para los más pequeños. «Eso no te va a arreglar el tema económico, pero te sirve para cargar las pilas. Le da sentido a lo que estás haciendo. Por los niños, el esfuerzo mereció la pena«, dice.
Gastos fijos desorbitados
Los añadidos de la pandemia se suman al tsunami de recibos que debe afrontar un club de fútbol base en Gijón. En nuestra ciudad, el Ayuntamiento cede a los clubes una gestión íntegra de las instalaciones, por lo que cada club debe correr con todos los gastos de las mismas. Unas cifras que, desde fuera, imponen. «Un club como el Arenal paga 18.000 euros al año de luz, 9.000 euros en agua, alcantarillado y basuras o 9.000 euros en gasoil para la caldera. Si el Ayuntamiento se hace cargo de los gastos de la instalación municipal, aplaudiremos con las orejas», bromea Víctor.
A pesar de los nuevos gastos ‘pandémicos’ a afrontar, las ayudas desde las instituciones no se han visto incrementadas. «Las subvenciones del Ayuntamiento son 125.000 euros anuales a todo el fútbol de Gijón. El club que más puede llevar son 7.500 euros. Divides eso entre los 330 niños que tenemos y ya ves lo que sale. Luego, el Principado da una partida de 1.500 euros por club y no hay más. Es una miseria”, lamenta el presidente del Arenal que entiende este problema como algo nacional.
«El fútbol base en España necesita una solución. En Inglaterra, del dinero que pagan las televisiones, van 111 millones para el fútbol base. Aquí, estamos con poco menos de 2 millones de euros. Luego salimos a competir fuera de España y es normal que nos pinten la cara”, cuenta Víctor Martínez. 32 años en el CD Arenal, 16 de ellos como presidente de la entidad. Ha sido un año para borrar, como él mismo decía, pero nada borrará la labor de los dirigentes del fútbol base durante la temporada más complicada de la historia.
Borja Fernández es colaborador en miGijón y periodista en Radio Marca Asturias