El presunto ladrón, de 33 años, no pudo huis antes de la llegada de la Policía Nacional y trató de pasar desapercibido agazapado entre unas máquinas del establecimiento hostelero
Definitivamente, en la vida real hay intentos de robo que, si no fuese por su carácter delictivo y por sus consecuencias físicas, bien podrían alimentar algún que otro sketch humorístico. Una categoría en la que bien podría entrar el asalto que, en la madrugada de este mismo lunes, ha protagonizado un hombre contra un establecimiento hostelero de La Calzada. Y es que el sujeto, de 33 años, logró forzar la entrada y acceder al local, cierto, pero sufrió cortes en una mano en el intento, y no pudo escapar antes de que llegase la Policía Nacional. Las autoridades le echaron el guante y, tras ser atendido en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en estos momentos se encuentra en la comisaría gijonesa, desde donde pasará a disposición judicial.
Según el informe facilitado por la Policía Nacional, la alarma saltó alrededor de las cuatro de la madrugada, a través de una llamada al 091 en la que se advertía de que podía estar teniendo lugar un intento de robo. Una patrulla que se hallaba en la zona respondió al aviso y puso rumbo al lugar; bastó que los agentes bajasen del coche para darse cuenta de que la verja del establecimiento estaba forzada y levantada, y que el suelo lucía tapizado de cristales rotos. Así que, con la prudencia por delante, los uniformados entraron en el local y, tras un rápido reconocimiento, localizaron al presunto asaltante; estaba oculto tras unas máquinas, tratando de pasar desapercibido. Eso sí, en cuanto se supo descubierto, y tras entregarse sin oponer resistencia, no dudó en pedir asistencia médica, a la vista del gran corte que presentaba en un dedo de su mano izquierda. La herida, de gravedad nada despreciable, exigió que fuese llevado al HUCA.