El restaurante de Diego Fernández, ubicado en la casona indiana de Tox (Navia), logra su primera estrella y eleva a once los locales distinguidos en el Principado

El firmamento gastronómico asturiano suma un nuevo destello. El restaurante Regueiro, en Tox (Navia), dirigido por el chef Diego Fernández, conseguía este lunes su primera estrella Michelin, un reconocimiento que confirma la evolución de un proyecto que combina raíces rurales, técnica contemporánea y un personal universo de sabores inspirado en viajes y cocinas del mundo. Instalado en una impresionante casona indiana, Regueiro lleva años consolidándose como una de las propuestas más singulares del Occidente asturiano. Su entrada en la guía roja eleva a once los restaurantes con estrella Michelin en el Principado.
La cocina de Fernández se articula en tres menús degustación que resumen la esencia del restaurante: producto, memoria y una mirada abierta a otras culturas. El Menú Corto (75 €) ofrece una selección concentrada de sus platos más representativos, desde el merengue de remolacha con queso manchego hasta la ternera cocinada durante 50 horas o la butter tikka masala servida con pan naan. El Menú Diego (85 €), equilibrado y narrativo, recorre la historia del chef a través de elaboraciones que van desde la berenjena laqueada con tamarindo hasta el lechazo asado a la estaca, pasando por un taco de mole de pipas de calabaza y un final dulce marcado por las texturas de leche.
La propuesta más completa llega con el Menú Hedonista (125 €), un viaje amplio y ambicioso que incluye platos como el bogavante macerado en fenogreco, un mole negro de 37 ingredientes, tempura de flor de calabacín, el icónico butter tikka masala o un mole caliente de café y chocolate para cerrar el recorrido. A la experiencia gastronómica se suma la posibilidad de alojarse en una de las seis habitaciones de la casona, entre ellas dos suites y varias estancias dobles cuidadosamente diseñadas para prolongar la visita en un entorno sereno y rural. Tras recibir la noticia, Regueiro se convierte en uno de los nombres del año en la gastronomía asturiana, un reconocimiento que llega en un momento de madurez para el proyecto.