El avilesino, docente de profesión, lideró el Gobierno de 1993 a 1995, sustituyendo a Juan Luis Rodríguez-Vigil tras la dimisión de éste por el escándalo del ‘Petromocho’; en enero de este año anunció que padecía cáncer de páncreas

Asturias vuelve a verse en la triste tesitura de tener que despedir a uno de sus referentes políticos. Antonio Trevín Lombán, quien ejerciese como presidente del Principado en la turbulenta horquilla entre 1993 y 1995, ha fallecido este miércoles a los 69 años en Llanes, tras una dura batalla contra el cáncer de páncreas que, según anunció el pasado mes de enero, padecía. Su muerte deja parcialmente huérfano no sólo al socialismo asturiano, sino también a la historia viva de unos años en los que la región hubo de enfrentar crisis como el escándalo del ‘Petromocho’; el mismo que, de hecho, dio a Trevín acceso al ejecutivo regional, en sustitución del dimitido Juan Luis Rodríguez-Vigil. Y sobra decir que, desde que se supiese su defunción, las muestras de pésame se han sucedido, emitidas tanto por aliados como por rivales; en el plano institucional, se han decretado tres días de luto oficial en Asturias, tiempo durante el cual las banderas en los exteriores de los edificios públicos ondearán a media asta.
Nacido en Avilés en 1956, Trevín se formó como docente de Educación General Básica (EGB), con diplomatura en Historia, y, como tal, ejerció en las escuelas llaniscas de Hontoria y Purón. Tal fue su conexión con Llanes, que allí estableció su domicilio, todo un hito en la biografía de un hombre que inició su relación con el PSOE al afiliarse en 1982. Candidato a la alcaldía de ese municipio en 1983, fue elegido concejal, y de 1985 a 1987 se desempeñó como director provincial de Educación, antes de convertirse, por fin, en regidor de Llanes en ese último año, por mayoría absoluta. Su labor al frente del Ayuntamiento le valió la reelección en 1991, dando inicio a una segunda legislatura en la que compaginó la actividad local con la autonómica, al convertirse en diputado en la Junta General. En ese momento, poco podía imaginarse Trevín lo que la historia le deparaba…
‘Petromocho’, el fraude que le encumbró a la presidencia
En 1993, en uno de los acontecimientos más esperpénticos de cuantos han poblado el devenir político reciente de Asturias, estalló el escándalo del ‘Petromocho’, el fraude por el cual el supuesto empresario francés Maurice Jean Lauze engañó al Ejecutivo con el falso proyecto para la construcción de una planta petroquímica en Gijón. El entonces presidente, Juan Luis Rodríguez-Vigil, presentó su dimisión, al igual que su consejero de Industria, Víctor Zapico. Automáticamente, Trevín se vio elevado a la condición de capitán de un Gobierno desconcertado y severamente tocado por el suceso, renunciando por ello a su rol de alcalde de Llanes, y dedicando esos dos años a tratar de taponar las vías de agua de un barco, el socialista, que, sin embargo, en las elecciones de 1995 acabó zozobrando, permitiendo que el PP, representado por Sergio Marqués, tomase el control del Principado.
Desde ese momento Trevín, ya en la oposición, centró sus esfuerzos en devolver el poder a los socialista, lo que se consiguió en 1999, con la elección como presidente de Vicente Álvarez-Areces. Ese mismo año volvió a ser investido alcalde de Llanes, cargo que revalidó en 2003. Sin embargo, apenas un año más tarde fue investido delegado del Gobierno en Asturias, papel que desempeñó hasta 2011, cuando renunció para tratar de representar a la región en la elecciones generales; obtuvo un escaño. Su último coletazo político tuvo lugar hace tres años, en 2022, cuando logró el control de la entonces descabezada Agrupación Socialista de Llanes y, en las municipales de 2023, con ocho concejales y a uno de la mayoría absoluta, se vio derrotado por el pacto que alcanzaron el PP y Vecinos por Llanes. Entregó su acta poco después, aunque continuó en su papel de secretario general del PSOE llanisco.
Recuerdos y pesares para «una figura decisiva en el avance y la modernización de Asturias»
El actual presidente del Principado, Adrián Barbón, fue ayer de los primeros en manifestar su pesar, por medio de un mensaje en el que reconoció que la vida de Trevín «va ligada a la misma historia de Asturias». Por su parte, la Federación Socialista Asturiana (FSA) lo describe como «una figura decisiva en el avance y la modernización de Asturias«, y «un ejemplo de compromiso político, de trabajo duro y de impulso de políticas progresistas orientadas a la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos y ciudadanas, y al avance y desarrollo de su municipio, y de su comunidad». En las filas de Izquierda Unida (IU) le han deseado un «descanso en paz«, y Álvaro Queipo, presidente del PP autonómico, ha «lamento profundamente» la tragedia, descartando toda diferencia política y poniendo en valor que «no ha sido fácil el final de su vida, pero ha sido ejemplo de lucha«.
También en Foro Asturias se mostraron sinceramente conmocionados, tanto su presidenta y alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, que ayer enfatizó que «todavía le quedaba mucha vida por delante«, como su diputado Adrián Pumares, triste ante el hecho de que «se va demasiado pronto, cuando todavía le quedaba tanto por aportar a la política asturiana«. E incluso en Iniciativa p’ol Asturianu lloran hoy la defunción de Trevín, rememorándome como «ún de los diputaos nes Cortes qu’acoyó con más ilusión la propuesta pa incluyir una partida nos Presupuestos Xenerales del Estáu (PXE) pa l’Academia de la Llingua Asturiana (ALLA)«. Por ahora, sólo Podemos y Vox han guardado silencio.