Pese al sol de justicia que dominó la llegada, casi cuatrocientas personas se han dado cita en el Recinto Ferial ‘Luis Adaro’ para asistir al bautizo de la 66ª Feria Internacional de Muestras
POR BORJA PINO Y SARA BECERRO

Para decenas de miles de personas, en Gijón como en el resto de la región, el de hoy ha sido, y aún lo es, un viernes como tantos otros de este verano marcado por las altas temperaturas, tan inusuales en este nórdico territorio. Un amanecer lluvioso que ha dado paso a horas soleadas, una agradable mañana de playa, quizá alguna ruta en los montes del Principado, unas sidras o cervezas para celebrar la llegada del ansiado fin de semana… Sin embargo, quienes mediada esta tarde se concentraron en el Recinto Ferial ‘Luis Adaro’ para asistir al acto de inauguración de la 66ª Feria de Muestras de Asturias (FIDMA) han vivido esta jornada de una forma totalmente distinta; probablemente, inolvidable. Así, pese a la amenaza de lluvia y al calor imperante, casi cuatrocientos hombres y mujeres, representantes no sólo de las administraciones local, autonómica y nacional, sino también de lo más granado de la sociedad asturiana, ataviados con sus mejores galas y en un ambiente a la par solemne y festivo, se concentraron en el vasto complejo gijonés decididos a aportar su grano de arena a un acontecimiento histórico.
El reloj se aproximaba a las cinco y media de la tarde, casi treinta minutos antes de lo previsto, cuando los primeros invitados comenzaron a converger en el lugar, tanto frente a su entrada principal, a orillas del río Piles y de la calle Doctor Fleming, como desde los accesos de los flancos. Un orden de los factores que, como dicta la inamovible regla matemática, no alteró el producto, pues en todos los casos el objetivo fue el mismo: el Pabellón Central del recinto, escenario del acto. Al pie de sus escaleras, y envuelta por los acordes interpretados por la Banda de Gaitas ‘Villa de Gijón’, una sonriente Carmen Moriyón, alcaldesa de la ciudad, estrechó cordialmente la mano de cada recién llegado, fielmente acompañada por la Delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa; por el presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño, y por Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón.
Así, ante ellos pasaron algunos de los rostros más icónicos del día a día de la urbe. Fue el caso de Sara Álvarez Rouco, edil de Festejos, y de Oliver Suárez, responsable de Divertia, ambos de Vox, al igual que el grupo local del PP al completo, y que los concejales Javier Suárez Llana y Noelia Ordieres, principales integrantes del grupo municipal de Izquierda Unida. No obstante, en el plano político una de las asistencias más comentadas fue la del candidato del PSOE a la alcaldía, Luis Manuel Flórez, ‘Floro’, alejado de los focos desde que se consumase la formación del ejecutivo local compuesto por Foro, PP y Vox, y que llegó al ‘Luis Adaro’ en compañía del también socialista Constantino Vaquero. Tampoco faltaron los máximos responsables de los principales diarios de la región: Marcelino Gutiérrez por parte de El Comercio, Eloy Méndez por la de La Nueva España, y Agustín Palacio en calidad de director de MIGIJÓN. Y, desde luego, no se ausentaron los oficiales que pusieron uniforme y rostro a los Ejércitos de Tierra y Aire y a la Armada, al igual que los mandos de la Policía Local, de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de Protección Civil. Pero, sin duda, la arribada más aplaudida fue la del presidente del Principado, Adrián Barbón, cuya recepción marcó el traslado al salón de actos del pabellón.

El propio Barbón asumió la responsabilidad de explicar a Moriyón, Cofiño, Losa y a las autoridades presentes la significación del cuadro ‘Oro negro’, obra del artista gijonés Mariano Moré, que decora el vestíbulo del Pabellón Central, por primera vez fuera de los fondos de la familia de su autor. Un remanso de serenidad, didactismo e, incluso, humor, este último exhibido en las divertidas gesticulaciones del presidente para mostrar el comportamiento de tan icónico animal, y que sirvieron de antesala a la solemnidad de los discursos que estaban por venir. Por fin, reunida en el salón de actos, las personas asistentes tomaron asiento y se dispusieron a disfrutar de la ceremonia, que Bolaños se encargó de comenzar enfatizando el valor del empresariado como creador de riqueza no sólo en la región, sino en toda España. Su testigo lo recogió Moriyón, quien centró su intervención en los proyectos que Gijón afronta, al tiempo que Losa hizo lo propio recalcando el importante papel que Asturias juega en la estrategia de gobierno del presidente de la nación, Pedro Sánchez.
Finalmente, Barbón puso el colofón dedicando sendos sentidos homenajes al ex-presidente autonómico Vicente ‘Tini’ Álvarez Areces, «que hoy habría cumplido ochenta años», y a los accidentados en el siniestro del autobús en Lagos de Covadonga, antes de hacer un llamamiento a abrazar la estabilidad, el diálogo, el reformismo, el fomento del talento y la la ‘revolución verde’ como claves para mantenerse en la senda del progreso, y concluyó invitando a todos los asturianos a «subirse a bordo y a acompañarnos en esta aventura». Entre aplausos y las notas del himno de Asturias, todos los asistentes derivaron hacia el cercano Museo del Pueblo de Asturias para participar en el convite. De ese modo, entre buena comida, mejor bebida y grandes cantidades de risas y esperanzas, quedaba oficialmente inaugurada la FIDMA de este 2023.