Debemos reducir el tamaño del Estado, dejando en manos privadas todo aquello que el sector privado puede hacer de forma más eficiente, es decir, casi todo
«He oído que la noche
Es toda magia
Y que un duende te invita a soñar«
Maldito Duende – Héroes del Silencio
Como liberal, me llevé una alegría el domingo al abrir el principal periódico de la región, y ver un titular ensalzando la importancia del crecimiento económico. Reconozco, no obstante, que no pude evitar pensar: ¿se habrá metido un duende en la imprenta?
Comienza el texto diciendo que Asturias debe crecer a mayor velocidad, superando al resto de CC.AA., si desea acortar el “gap” de prosperidad con las regiones más punteras de España.
Se necesita impulso económico, sigue, para dinamizar las zonas rurales, y sostener el Estado del Bienestar: educación, sanidad y otros servicios. Pide incluso “una política que se vuelque en la iniciativa privada y en las empresas”. ¿Me habré equivocado de periódico? ¿Habrán fichado a Milei como editor?
Pero no, pasas la página y ya volvemos a lo de siempre. El Principado va a crear una oficina en Madrid para atraer empresas. ¿En serio? Porque claro, Madrid está “on fire” y hay que ir allí a pescar… Y hay que unificar y coordinar las políticas económicas regionales, y bla, bla, bla.
No me parece mal, que conste. Como estamos tan abajo, cualquier cosilla es subida. Y todo lo que sea simplificar mínimamente la maraña regulatoria astur es una buena noticia.
Pero no es suficiente, tenemos que ir más allá. Debemos reducir el tamaño del Estado, dejando en manos privadas todo aquello que el sector privado puede hacer de forma más eficiente, es decir, casi todo.
Y el empresariado debe encabezar esta lucha por la libertad económica. Nos jugamos el futuro, dejen de ser los Héroes del Silencio. No vale con comprar el esquema mental de la socialdemocracia y conformarse con un poquito menos de burocracia.
Y aunque el bienintencionado artículo menciona expresamente que no se trata de que esta oficina sea un chiringuito, no tengan dudas de que se convertirá exactamente en eso. En Asturias sobran chiringuitos, “fartones” y paguitas. No contribuyamos a que existan más.
Si Asturias quiere dejar de perder población, ya conocen la receta: libertad económica. La gente se mueve, atraída por regulaciones flexible y fiscalidades amables, a lugares mucho menos agradables que nuestra región.
Mención especial merece el cierre del artículo. Habla de “frenar la caída demográfica, repartir riqueza, estimular la prosperidad y sostener el Estado del Bienestar”. Error, no se trata de redistribuir la riqueza. Vuelve usted a comprar el relato de la izquierda. La riqueza se crea si se ponen las condiciones adecuadas, porque la economía no es un juego de suma cero.
El productor que crea valor no se enriquece quitándole a nadie lo suyo, sino generando nueva riqueza. Lean a Hazlitt, Mises, Hayek o Rothbard. Así que nada de pedir al gobierno de turno que nos solucione los problemas. Lo que debemos solicitar es menos intervencionismo y más libertad, y ya nos encargaremos nosotros. Como decía Albert J. Nock, más sociedad y menos Estado.
Fernando Sicilia es economista y miembro del Club de los Viernes