Una Carmen Moriyón «más fuerte que nunca» anuncia que se dirigirá «con carácter inmediato» al presidente del Principado y al Ministerio de Transportes, mientras los vecinos se concentran ante el Consistorio y en San Lorenzo
La crisis, dicen los expertos en sociología y política, no separar. Por el contrario, unen, estrechan lazos, propician alianzas inesperadas y convierten a tradicionales oponentes en compañeros de fatigas. Eso es lo que la supresión del soterramiento en el futuro vial de Jove, anunciada la pasada semana, está provocando en Gijón. Después del respaldo político a la indignación colectiva mostrado el jueves, esta mañana el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinal (FAV), Manuel Cañete, se ha reunido con la alcaldesa, Carmen Moriyón, para trazar un plan conjunto de respuesta a lo que se entiende como «un agravio más» por parte del Gobierno nacional, y que ha servido a la regidora para mostrar su apoyo incondicional a los gijoneses.
«Hay un límite de hartazgo que es difícil de contener, y las instituciones responsables de buscar estos accesos, y Adrián Barbón como interlocutor de máximo nivel con Madrid, lo tienen que entender… Y lo van a entender», a declarado Moriyón, después de confirmar que se dirigirá «con carácter inmediato» al presidente del Principado y al Secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, para exigirles que «a la mayor brevedad estudien las soluciones al acceso del tráfico pesado al Musel. No nos vale trasladar los camiones de Príncipe de Asturias al Lauredal; le corresponde a Transportes estudiar las opciones y debatirlas con el Ayuntamiento, entendiendo que representa a los vecinos». Eso sí, se ha confesado optimista en la adversidad. «Si la alcaldesa creyera que no tiene forma de dar vuelta a esta situación, me iría para casa, y no lo voy a hacer. Tengo más fuerza que nunca».
Al mismo tiempo, en la Plaza Mayor, primero, y en la playa de San Lorenzo, después, más de un centenar de gijoneses se ha manifestado para visibilizar su descontento con lo ocurrido, y para pedir soluciones. «Mantenemos el mismo discurso que en las protestas de 1995, incluso acrecentado, porque ha cambiado la realidad política y social en Gijón», ha confirmado Cañete. Él mimo recordaba que, cuando se planteó el vial de Jove por primera vez, «no había ni viviendas en esa zona; hoy hay miles de personas residiendo allí, soportando un nivel de contaminación que no existía entonces». Un problema «muy serio», e inadmisible para él en un contexto, el del siglo XXI, en el que «los modelos que se demandan desde Europa no coinciden con lo que estamos planteando. Eso se tiene que entender aquí, en el Principado y en Transportes».
Para Cañete, la posición de Moriyón ha sido una alegría. «Es balance es que somos una piña, una sola voz, y eso es importantísimos; lo palpamos el jueves, en esa pseudoconcentración que hicimos en el Arbeyal, y hoy leemos que estamos en el mismo lenguaje», ha confesado. Ahora la tarea pendiente más inmediata es la definición de las acciones de protesta a ejecutar, algo para lo que ni la FAV, ni las asociaciones que la integran tiene prisa. «Nadie tiene que decirnos cómo movilizarnos, y en la ‘zona cero’, que es Jove, El Lauredal y todo lo que entronca con el Arbeyal, van a generar su propio calendario, y la Federación estará ahí apoyándoles. No nos vamos a agobiar, pero vamos a dar una respuesta contundente. Lo que hagamos tiene que hacer daño«.