Aplicar la cooficialidad al asturiano supondría desplegar un haz de derechos y obligaciones para el conjunto de los asturianos, entre ellos, el deber de su aprendizaje
Asturias será la última región que recupere el PIB pre-pandemia; nuestro crecimiento económico previsto para 2024 será el peor de España; tenemos la peor tasa de actividad (51%) de toda España; el campo asturiano clama por la falta de apoyo y por la inexplicable sobreprotección del lobo, que supone una amenaza constante para la cabaña ganadera; el cierre de la división de Sekurit en Saint-Gobain amenaza 160 empleos; nuestra producción industrial decrece a un ritmo cinco veces superior que la media nacional, y tenemos la mayor tributación sobre riqueza y rentas de España.
Cualquier asturiano sabe que nuestra tierra tiene graves y profundos problemas, tanto económicos como sociales, que amenazan con dejarnos en el vagón de cola de una España que ya camina a dos velocidades.
Pese a todas estas graves circunstancias, el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha considerado que la necesidad más imperiosa, la única para reunir a todas las fuerzas políticas, es debatir una reforma de nuestro Estatuto de Autonomía en su artículo 4, con el fin de considerar la llingua asturiana como cooficial, así como al eonaviego en su ámbito territorial. De todo lo que nos pasa y nos sucede a los asturianos en nuestro día a día, considera Barbón que lo que requiere el mayor de los esfuerzos institucionales es modificar el estatus nuestras lenguas propias.
Evidentemente, se trata éste de un debate completamente artificial, que solo pretende enredar, que trata de dividir a los ciudadanos entre buenos y malos asturianos y lanzar una cortina de humo para intentar camuflar el fracaso en la gestión que recae sobre cuatro décadas socialistas de gobierno autonómico. Con el quinquenio de Adrián Barbón como el peor de nuestra historia reciente.
Es, por tanto, una huida hacia delante de un presidente que ya no sabe cómo tapar sus carencias políticas, ejemplificadas en la crisis social y económica que sufre Asturias, en los escándalos recurrentes sobre la gestión y en el agravio constante sobre nuestras infraestructuras clave por parte del gobierno de España.
El Partido Popular de Asturias, a través de su presidente, Álvaro Queipo, ha sido claro en nuestra posición sobre esta nueva treta política de Barbón: no apoyaremos la obligatoriedad e imposición. Nuestro partido, como impulsor que fue de la Ley de Uso y Promoción del Asturiano, alberga la mayor de las sensibilidades hacia nuestras lenguas propias, y cree que su preservación es no solo una necesidad cultural, sino un nexo ineludible para conservar nuestra tradición. Pero en libertad, sin imposiciones.
Su estatus actual es el encaje adecuado dentro de realidad de la sociedad asturiana, lo que convierte a la ya citada ley en la respuesta más eficaz a la situación lingüística de la Asturias real.
Recordemos que aplicar la cooficialidad al asturiano supondría desplegar un haz de derechos y obligaciones para el conjunto de los asturianos, entre ellos, el deber de su aprendizaje.
Pese al humo que trata de vendernos Barbón, no existe la mal llamada “cooficialidad amable”, que nadie, en ningún momento, empezando por el Presidente, ha podido explicar en qué consiste.
Porque no se pueden cercenar derechos y obligaciones de los ciudadanos ante una lengua considerada oficial, como no existe una desprotección de nuestras lenguas propias, amparadas por la ya citada ley de uso y promoción.
Por eso, el Partido Popular de Asturias acudió, por compromiso institucional, a la reunión con la que Barbón pretende echar una capa de olvido sobre los graves problemas de nuestra tierra utilizando para ello de manera irresponsable el asturiano.
El PP, en cambio, mantiene su coherencia: asturiano y eonaviego, sí; imposición y obligatoriedad, no.
Tenemos mucho que agradecer al PSOAlgo.
Cada vez se ve más claramente cual es su proyecto para España como país: alimentar al nacionalismo periférico para obligar a la derecha a reaccionar con nacionalismo español y aislarla gracias al sistema electoral de votos para gobernar y capacidad de influencia en Cataluña, Euskadi, Galicia, Valencia… y ahora en Asturias también.
Que la consecuencia de todo el proceso es crear un chiringuito propio controlado por una «nobleza nacionalista asturianista» alrededor de la cuál articular una masa social que controle las instituciones autonómicas y municipales, para repartirse el «negocio de la administración »
No importa.
Lo que importa es que no gobierna el PP.
Que creamos una masa social de funcionarios nacionalistas que cierren la puerta a todo aquel que no es parte de la secta dentro de la comunidad (y al resto de españoles de fuera de la comunidad autónoma) y se comporten como soldados a la voz de su amo cuando toque a corneta. Listos para acudir cualquier manifestación, tomar las calles y defender cualquier proyecto nacionalista, amedrentando y arrinconado al resto de la población que no comulgue con ellos en Asturias, y generando una dinámica de presión-victimismo-chantage con las administraciones centrales del gobierno de España para conseguir privilegios de «nobleza nacionalista».
Cómo en Catalunya y el País Vasco, Valencia…
Gracias por quitaros la careta PSOAlgo.
A partir de ahora defenderé con más ahinco si cabe la no oficialidad e incluso la desaparición total de ese engendro llamado astur-leones (que por si se nos olvida, todo este proceso pasaría por enfrentarnos con León y Zamora, así como Galicia también)
Y todo para que el PSOAlgo pueda seguir en el poder hasta la desaparición total de cualquier aspecto (idea nacional) común a todos los españoles y el ineludible y lógico desenlace final: la desaparicion de España.
Lo que si es una falsa dicotomía es la tesis de que, por ocuparse de una cosa, se abandona la otra.
De hecho, no es posible gobernar partiendo de esa base, pero a vosotros las incoherencias os dan igual, por eso el PP lleva sin comerse nada en Asturias años y años a pesar de la supuesta incompetencia de la oposición.
Y, por cierto, el lenguaje, pese a quien pese, es identidad, no es un instrumento neutral. Lo que os pasa a vosotros es que tenéis un complejo de madrileños que clama al cielo.
La incompetencia del PP nada tiene que ver con dicotomías.
Y por supuesto que se pueden hacer dos cosas.
Pero no a la vez.
Los datos económicos de Asturias son malos.
Y de estos datos se deduce que el problema no es que se pierda empleo o productividad (sería más lo ya de por sí) el problema es que se pierde futuro. No somos capaces de reindustrialitzar o asentar nuevas industrias que desarrollen las tecnologías.
Y en un contexto así, centrar a la sociedad en un proyecto divisorio para con el resto de españoles y entre los mismo asturianos es un error de bulto.
Por esto el PSOE se había negado hasta ahora en defender la oficialidad. Y aún ahora, sabedor de la división que genera, lo hace con la boca pequeña.
Claro que el lenguaje es identidad.
Por eso defiendo la mía.
La de Clarín, Ayala, Menéndez Pidal y Jovellanos.
La que me trasmitieron mis padres (que podría no asumirla en función del principio de libertad. Pero que la asumo ahora más que nunca por el proyecto loco de oficialidad)
No tengo complejo alguno.
Soy y me siento español.
Lo tendrá usted que se niega en la misma lengua que se expresa.
En primer parrafo ya son to mentires, el llobu que no amenaza nada y cuya proteccion ye estatal, el PIB nun ye una medida de nada, pero ya que vos gusta, el previsto está en la media española y Asturies ye de las comunidades onde más crece el empleo.
Pero gustavos inventaros situaciones ficticias porque sino nun teneis de donde rascar.
Ye lo que tien no haber cotizao en la vida
Sobre la incompetencia del PSOE poco tengo que decir, si bien el PSOE de Barbón está años luz (para mejor) del PSOE de esperpentos como Areces y Javier Fernández, que pasarán a la historia por destruir Asturies.
Pero lo que no entiendo es por qué un partido de índole estatal como el PP, defensor de la igualdad entre todos los ciudadanos, defiendo cosas distintas en Galiza y en Asturies. ¿En Galiza no hay problemas de obligatoriedad y en Asturies sí?
El PP tiene muchos problemas a mi entender.
Ideológicos y democráticos.
Pero el principal es el de jugar la carta del regionalismo tradicionalista de derechas, allá donde no hay regionalismo de derechas que se haya consolidado en partido nacionalista antiespañol. Cómo en Galicia, Valencia y Baleares. Por esto Vox crece en Valencia y Baleares. Porque el PP hace el juego al regionalismo asumiendo políticas identitarias propias de nacionalismos periféricos en estos territorios y los electores de estos territorios más españolistas o más liberales (aquí se encuentran, pese a ser ideológicamente opuestos) quieren políticas liberales o de defensa de españolidad. Y, concretamente, son electores contrarios a las políticas educativas nacionalistas (en el caso de los españolistas, contrarios a las políticas nacionalistas periféricas) Es de lo que hacen campaña Vox en Valencia y Baleares y es por lo que lo hace en Asturias.
Yo me opongo a la oficialidad desde la constancia que es una medida divisoria para Asturias. Los asturianos tenemos mayoritariamente una lengua que no son los bables. Es la lengua de cultura desde hace más de 7-8 siglos.
Es la lengua en la que la mayoría de los asturianos hacemos nuestra vida y consumimos cultura audiovisual y escrita. Es el castellano con nuestros regionalismo. Pero castellano al fin de al cabo.
Implantar el bable academizado es imponer una artificialidad agenda a la realidad de la mayoría de los asturianos.
Y todo ello para generar un chiringuito ideológico-economico.
Se crearía una suerte de «nobleza nacionalista» que controlaría la mayoría de los puestos de la administración pública y especialmente el sistema educativo. Cómo ya vemos que pasa en Euskadi y Catalunya.
No quiero que mis hijos tengan que saber un idioma que no forma parte de su identidad sólo para no perder la opción de opositar el día de mañana en Asturias.
Y pese a que se niegue, es lo que terminaría pasando.
Ahora es el momento de frenarlo.
Luego será tarde