«Parecía imperativo arrinconar la eterna queja inane, y pasar de una vez a la acción. Y ese era el reto que asumía Ciudadanos al concurrir a las elecciones locales aquel 2015…»

El 16 de junio fue mi último día como representante de la ciudadanía en el Consistorio gijonés durante la legislatura 2019-2023. Se trataba del segundo mandato que asumía, ya que cuatro años antes mi candidatura en la lista electoral de Ciudadanos Partido de la Ciudadanía también había obtenido el respaldo de los gijoneses, permitiéndome representarlos en el Ayuntamiento de nuestra ciudad.
Tenía entonces claro que la situación de Gijón era nefasta. Se acababa de superar a duras penas una profunda crisis económica, y el margen de maniobra del que disponían los municipios era escaso, por lo que resultaba imprescindible abordar profundos cambios estructurales que el gobierno local de Foro, con el cheque en blanco del PP de Pilar Pardo, no había podido, o no había sabido, implementar por falta de ideas, de impulso o de ganas.
Parecía imperativo arrinconar la eterna queja inane, y pasar de una vez a la acción. Y ese era el reto que asumía Ciudadanos al concurrir a las elecciones locales aquel 2015. La andadura del partido en Gijón se había gestado el año previo, cuando varias personas con inquietudes sobre política municipal y con ideales de centro liberal decidimos formar la agrupación de Ciudadanos en Gijón. Supuso un trabajo discreto, pero sin duda muy gratificante; una etapa en la que intentamos forjar, con enorme ilusión por nuestra parte, un proyecto destinado a afrontar el cambio que necesitaba nuestra ciudad, y que considero que todavía hoy sigue requiriendo. Fueron momentos de reuniones en cafeterías y centros municipales (carecíamos de sede), a fin de abordar en común aquellos problemas que nos preocupaban, y de diseñar con ilusión las políticas de futuro para superarlos. De aquel trabajo surgió la incorporación de nuestro partido a la institución gijonesa.
Para mí, ese 2015 resultó un año de aprendizaje. Recién aterrizado de mi trabajo en Telefónica, el proceloso ‘mundo’ de la ‘res pública’ me resultaba absolutamente diferente en casi todos los aspectos. Sin embargo, el orgullo de representar a los gijoneses, y las ganas de cambio y de mejora de la calidad de vida de mis conciudadanos, me aportó (nos aportó a todo el equipo) fuerzas para trabajar con denuedo. Y ello a pesar de que yo era el único concejal de Ciudadanos, y de tener que enfrentarme en el gobierno municipal al rodillo que ejercía FORO con el apoyo de los concejales de Xixón Sí Puede, o sea de la versión local de Podemos. Unos años a la postre perdidos para Gijón, sumidos en la inactividad y que acabó de la peor forma posible, con la intervención en las cuentas municipales por haberse roto el techo de gasto. Un mandato, además, con nula ejecución en las inversiones, sin una gestión coherente; en definitiva, una legislatura para olvidar. Y así también los vieron los gijoneses en las elecciones de 2019, cuando FORO pasó de disponer ocho concejales a quedarse en el consistorio con tres. Pronto se olvidan estas cosas.
Las elecciones de 2019 nos brindaron la oportunidad de ser partícipes de un cambio, al obtener nuestra formación política cuatro concejales, lo que nos situó como líderes de la oposición. Sin embargo, sufrimos un nuevo rodillo, en esta ocasión de PSOE+IU+Podemos-Equo. A pesar de ofrecer nuestra colaboración para un gobierno centrado, sensato, eficaz, dialogante y transparente, todo ello resultó sistemáticamente rechazado por el sectarismo de Ana González, que prefirió otros socios y otras formas más totalitarias de gestionar la política local. Tal contratiempo no nos desanimó y seguimos siendo propositivos y ofreciendo posibilidades de negociación en temas clave para Gijón. Aunque siempre con el mismo resultado: la negativa sistemática a nuestras propuestas. El resultado fue el de otros cuatro años perdidos –o, incluso, de retroceso–, acompañados en esta ocasión de conflictos con entidades sociales, vecinales y económicas, así como de unos modos de hacer política municipal caracterizados por el sectarismo, la imposición y la falta de diálogo.
Demasiados años perdidos en una ciudad que ha ido dejando por el camino el brillo que tuvo antaño. De ser un referente en muchos ámbitos a ser irrelevantes en todos.
Este 2023 se han celebrado nuevos comicios y los gijoneses, en ejercicio de su soberanía, han decidido que el centro no tenga representación en el Ayuntamiento. Sólo hay izquierda y extrema izquierda, por un lado, y derecha y extrema derecha, por otro. Es un momento complicado para el centro liberal, al haberse instalado en la política nacional el conflicto y la tensión política, lo que a la postre ha tenido reflejo en el ámbito local.
Ciudadanos seguirá presente en Gijón, y en toda España, pese a quien le pese. El espacio de centro liberal resulta más necesario que nunca en este panorama de extremismos, y para corroborarlo basta mirar lo que está sucediendo en el resto de Europa. Volveremos a empezar e intentaremos ganarnos de nuevo la confianza de los gijoneses que un día tuvieron a bien otorgarnos. Los que hoy anuncian nuestra muerte tendrán que rectificar, e incluso puede que tengan que asistir al sepelio de otras formaciones que se presumían enraizadas.
Ver cómo el mismo gobierno que me decidió a incorporarme a la política se vuelve a reeditar, incluso con un mayor extremismo merced al pacto con VOX, sólo da fuerzas para seguir adelante. Por parte de los partidos que asumen hoy el gobierno municipal, pero también de los que afrontan el rol de oposición, la campaña electoral que precedió a esta nueva legislatura ha estado teñida de promesas fútiles, fantasiosas e inasumibles. Guárdense los programas políticos y recortes de prensa para comprobar cuántas de ellas se cumplen y a quiénes se culpa cuando, como a la postre sucederá, no se lleven a cabo.
Quedan menos días para que Ciudadanos vuelva a estar en el Ayuntamiento, y por ello seguiremos trabajando por los gijoneses, aunque sea desde fuera de la institución.
«Alios ego vidi ventos; alias prospexi animo procellas» (“He visto otros vientos y he hecho frente a otras tempestades”). Marco Tulio Cicerón.