La reforma del Gobierno permitirá compatibilizar trabajo y jubilación sin necesidad de haber alcanzado la pensión máxima

El pasado 23 de diciembre, el Gobierno dio luz verde al Real Decreto-ley 11/2024, una reforma que pone patas arriba las condiciones para compatibilizar trabajo y pensión de jubilación. El objetivo: facilitar que más personas puedan seguir activas laboralmente sin renunciar a cobrar su pensión, todo ello con una serie de cambios que buscan adaptarse a los nuevos tiempos y alargar, de forma voluntaria, la vida laboral.
Uno de los aspectos clave de esta nueva norma es que ya no es necesario haber cotizado el 100% para acceder a la jubilación activa. Hasta ahora, solo quienes habían alcanzado la pensión completa podían optar a trabajar mientras la cobraban. Con la nueva ley, basta con haber generado pensión, y en el caso de sólo quince años cotizados, esperar uno mas. El resultado: muchas más personas podrán seguir trabajando y cobrando a la vez.
“Es una medida muy positiva, sobre todo para quienes tienen carreras laborales más cortas o jubilaciones precarias”, explica Adrián Rivas, abogado laboralista en Servanda Abogados. “Les permite mejorar su situación económica sin verse obligados a dejar del todo el mercado laboral”.
Pero hay más: también cambian los porcentajes de pensión que se pueden percibir mientras se sigue trabajando. Hasta ahora, estaba limitado al 50%. Con la nueva norma, ese porcentaje sube en función del tiempo que se retrase la jubilación ordinaria. Puede ir desde el 45% hasta el 100%. Es decir, cuanto más tarde te jubiles, más cobras cada año que se trabaje. No se mejora en ningún caso la pensión futura.
“Este sistema de incentivos está diseñado para premiar a quienes decidan posponer su retiro”, añade Adrián Rivas. “Y puede ser una herramienta eficaz para combatir el envejecimiento del mercado laboral, dando protagonismo a los relevos y la continuidad de estos”.
Otro cambio relevante: se permite ahora cobrar el complemento de demora junto con la jubilación activa, algo antes incompatible. Esto suponía un freno para muchos trabajadores que, pese a querer seguir trabajando, se encontraban con una penalización económica. “Se corrige una incongruencia que desincentivaba el esfuerzo”, valora Adrián Rivas.
Además, la reforma también toca la jubilación parcial y el contrato de relevo, modificando el artículo 12 del Estatuto de los Trabajadores. El objetivo es que esa transición entre la actividad y la jubilación sea más suave, permitiendo reducir jornada e incorporar nuevos perfiles al mismo tiempo, garantizando la duración de estos relevistas. Permitiendo que incluse se compense la reducción de jornada del relevado para la incorporación a otros puestos en la empresa. Para Adrián Rivas, “esto facilita la transferencia de conocimiento entre generaciones y la continuidad operativa de muchas empresas, favoreciendo la contratación”.
Pero no todo el mundo aplaude la reforma. Hay voces que alertan de un posible efecto colateral: más personas cobrando pensión mientras trabajan puede tensar las cuentas de la Seguridad Social. Si bien esas personas siguen aportando, no siempre lo hacen en proporción al gasto que generan. “Es fundamental monitorizar el impacto de estas medidas en el sistema”, advierte Adrián Rivas. “La sostenibilidad debe estar siempre sobre la mesa para garantizar pensiones de los que venimos detrás”.