«En ese afán de cambio, bueno sería que el municipalismo ocupase un lugar destacado. Alcaldesas y alcaldes deberían comenzar a sentarse más a menudo en otros escaños además del que les corresponde en sus respectivos ayuntamientos»
Benigno Pendás García es un barcelonés muy vinculado a Asturias. Catedrático de Ciencia Política de la Universidad CEU San Pablo, donde ha dirigido su Instituto de Estudios de la Democracia, es letrado de las Cortes Generales, ha sido Jefe de la Asesoría Jurídica del Senado de España y Letrado de la Comisión de Defensa. Políticamente fue Director General de Bellas Artes (1996-2000) en el gobierno de José María Aznar y pertenece al consejo científico del Real Instituto Elcano. También ha sido jurado de los Premio Príncipe de Asturias. Desde enero de este año es presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y ahora asume la dirección de los cursos de verano de La Granda en sustitución del profesor Juan Velarde. Hoy lo traigo a esta columna, porque después de 45 años, una de las escuelas de verano más veteranas de España, pretende salir del cuarto oscuro y casi con contraseña en el que se fue metiendo durante las últimas décadas.
Pendás, al que hemos podido escuchar en varias ocasiones en Gijón y fue el ganador en 2015 del Premio de Ensayo Jovellanos con la obra «Democracias inquietas. Una defensa de la España constitucionals». Ahora pretende traer a La Granda a los mejores representantes de sectores como por ejemplo el sanitario. Tras dos años del inicio de los estragos de la COVID, el letrado considera que habría sido necesaria una ley específica. El nuevo director quiere pegar los cursos de la Granda a una actualidad en la que como presidente de la Academia de las Ciencias Morales echa de menos que el Rey emérito ofrezca explicaciones.
La edición de este año de La Granda, la 45, se desarrollará entre el 1 y el 31 de agosto. Entre las novedades, a partir de ahora se homenajeará todos los años a alguna de las personas premiadas en los Princesa de Asturias. El primero será el hispanista británico John Elliot, premio de Ciencias Sociales en 1996 que falleció el pasado mes de marzo a los 91 años.
La Granda forma parte del panorama intelectual de esta comunidad. Y al igual que sucedió con los entonces Premios Príncipe de Asturias, la renovación iniciada con la llegada de Teresa Sanjurjo debe ser similar a la que Benigno Pendás pretende llevar a la avilesina residencia de La Toba, que desde hace años más era un alojamiento vacacional que el foro de análisis y debate con el que nación hace más de cuatro décadas.
Y en ese afán de cambio, bueno sería que el municipalismo ocupase un lugar destacado. Alcaldesas y alcaldes deberían comenzar a sentarse más a menudo en otros escaños además del que les corresponde en sus respectivos ayuntamientos. El nuevo director de La Granda llega con la intención de quitar el moho a los cursos y abrir la cita para que vuelva a convertirse en un foro en el que se hable y debata sobre lo que sucede e interesa a un mundo que nada tiene que ver con el de hace cuarenta años -si me apuran, ni con el de hace cinco- y que reclama respuestas.
Benigno Pendás ha manifestado en numerosas ocasiones su preocupación por la desafección política de la ciudadanía. La nueva etapa que pretende inaugurar en La Granda es una buena oportunidad para que los foros de debate dejen de ser reductos para expertos que solo saben hablar para ellos y entre ellos y se conviertan en espacios diáfanos para hablar de los problemas reales del mundo y no solo de los que se escribieron hace años en un reino lejano. Una nueva Granda para una nueva era, señor Pendás.