A través de la start-up asturiana StockFink, un equipo de expertos especializados en inteligencia artificial, trading o informática, han creado una tecnología de ayuda a la toma de decisiones de las inversiones
Las bolsas son mercados donde se financian las empresas para desarrollar sus proyectos. Su nombre procede del apellido de una familia noble de Brujas, los Van Der Buërse, que poseían un edificio donde se realizaban encuentros comerciales y la bolsa más antigua del mundo fue fundada en 1602 por la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales para financiar sus viajes.
Desde entonces hasta hoy muchas cosas han cambiado. Con la llegada de internet y las nuevas tecnologías, el encuentro entre ofertante y comprador ha pasado a ser telemático y, por el momento, es necesario la intermediación de empresas que se denominan ‘brokers’ (corredores). Digo por el momento porque la tecnología avanza a tal velocidad que esa relación podrá realizarse algún día directamente sin necesidad de intermediarios.
En ese cambio continuo en el que vive la bolsa entra un nuevo elemento: la IA. A través de la start-up asturiana StockFink, un equipo de expertos especializados en inteligencia artificial, trading o informática, han creado una tecnología de ayuda a la toma de decisiones de las inversiones. Todo ello con el objetivo de maximizar el retorno de los clientes minimizando el riesgo que se asume en este tipo de operaciones.
En StockFink se envía al cierre del mercado aquellas empresas (acciones) que nuestros algoritmos señalan como las mejores oportunidades. Para cada una de ellas se predice el rango de variabilidad esperado en el plazo de una semana. A través de la matemática te decimos aquello que está caro y lo que está barato, cuando es el mejor momento para entrar y retirarse, en definitiva, una brújula, un apoyo en el proceso de selección.
La incertidumbre se cuantifica en un termómetro con cinco zonas: dos de fuerte compra y compra, una de mantenimiento, una de venta y otra de fuerte venta. La estrategia más sencilla consiste en intentar comprar barato o muy barato y en vender en la primera zona de ganancia. Al fin y al cabo, la bolsa es un problema de estar informado porque para encontrar una ganga un inversor tiene que estar convencido que compra barato lo que otro piensa en el mismo momento que está caro. Es, por lo tanto, una cadena que sirve para dinamizar la economía y la creación de empleo. ¿Más? La próxima semana.