Broncas políticas

Si el Ayuntamiento ha dado dinero a una empresa a dedo, que es lo que parece que deja entrever el texto publicado por la alcaldesa en sus redes, supongo que ya habrá denunciado en el juzgado a dicha empresa, y a su propio Ayuntamiento. Es todo absurdo, y la supuesta acusación se cae por su propio pie

Esta semana hemos tenido en Gijón una buena bronca política. Una más. Esta vez a cuenta de las declaraciones de Carmen Moriyón en el juicio que se está celebrando en honor al señor Francisco Álvarez Cascos, donde hace referencia a unas supuestas cantidades que ella percibía de su partido. El PSOE gijonés ha visto oportunidad para forzar a la alcaldesa, vía moción de urgencia, a debatir en el Pleno Municipal de este mismo miércoles, poniendo esas cantidades en negro sobre blanco. Esta propuesta de moción de urgencia ha tenido respuesta política por parte de la alcaldesa de Gijón, acusando al actual Secretario de PSOE gijonés, Monchu García, “de crear empresas para aumentar su patrimonio” y denunciando que ha facturado algo más de 40.000 euros al Ayuntamiento de Gijón.

Contextualizado todo esto, me gustaría reflexionar en voz alta junto a vosotros sobre lo mucho que se nos va la pinza a veces en política, y lo muy alejados que se sitúan nuestros políticos -corrijo, algunos de nuestros políticos, no todos- del día a día y de las preocupaciones reales de las personas que les han votado para que gestionen la cosa pública. Y me temo que en Gijón no nos libramos de este mal, a tenor de lo que hemos visto en los dos últimos días en nuestra villa.

Comencemos por los socialistas gijoneses. El PSOE aprovecha unas declaraciones judiciales de la alcaldesa para preguntarle por los dineros que ingresa que, si bien es un tema con cierta relevancia, no deja de ser discutible que sea motivo para debatir en una moción de urgencia y no esperar a tratarlo en el pleno de febrero. Dadas las numerosas prioridades que tenemos en la ciudad, es un asunto un tanto espinoso, sí, pero más allá de eso… en este caso el PSOE ha hecho lo esperable como grupo de la oposición.

Pero lo que resulta muy sorprendente, al menos para mí, es la gestión que hace de todo esto la alcaldesa y su núcleo más cercano, que entiendo que es el que la está asesorando para tomar las decisiones que hemos ido leyendo.

Salir acusando al Secretario General del PSOE de Gijón es un error descomunal. Por tres motivos, el primero y más importante es porque rozar (por ser suave, y seguramente me quedo corto) la calumnia, debería estar fuera del hacer político. Y sí, ya sé que, por desgracia, todos los días uno lee barbaridades que salen de la boca de algunos de nuestros políticos. Pero eso está mal y no debería ser la forma de actuar. Pero sigamos. Segundo, porque hace ya tiempo que fue público que el secretario gijonés no forma parte de esa empresa, y tercero, pero más importante, ¿y qué? Es decir, que una persona trabaje fuera de la nómina pública ¿qué tiene de malo? ¿es acaso algo ilegal? y la cosa es aún peor, si la alcaldesa acusa a alguien de facturar a la administración pública ¿está queriendo decir que la administración pública (incluida la que está bajo su mandato, pues la facturación de dicha empresa llega hasta 2024) ha pagado dinero sin cumplir todos los requerimientos legales? Porque ese sería el único motivo para acusar a alguien de algo, ya que acusar a una empresa de cobrar por su trabajo es absurdo, no solo es absurdo, sino que es ridículo. Pero si esto no es así, y la situación no es ridícula, el asunto es peor, ya que si el Ayuntamiento ha dado dinero a una empresa a dedo, que es lo que parece que deja entrever el texto publicado por la alcaldesa en sus redes, supongo que ya habrá denunciado en el juzgado a dicha empresa, y a su propio Ayuntamiento. Es todo absurdo, y la supuesta acusación se cae por su propio pie.

Pero lo que a mí me deja claro todo esto es que los consejeros que susurran a la señora alcaldesa, o quien haya tomado esta decisión, no parece que hayan acertado, en ningún caso. Han hecho descender a la alcaldesa de la posición de poder que tiene por el hecho de serlo, y de poder marcar la agenda política de la ciudad, para igualarse con un partido de la oposición en horas bajas. Y lo han hecho de la peor manera. Se han olvidado de que tiene un gobierno de mayoría, y el apoyo de una parte de los mecanismos de información gijoneses que dicen que sí a todo lo que ella diga, para ir a enfrentarse con el PSOE en un asunto en el que, para más inri, el PSOE no tiene nada que perder, y parece que nada que ocultar. Mientras, de la alcaldesa hemos conocido hace nada que cobra un dinero de su partido (lícito, claro está, nadie lo duda) pero que emborrona la transparencia de todas estas cosas de las declaraciones de bienes.

El error político de la alcaldesa – seguramente la política mejor valorada de la ciudad- es gordo, y no es el primero, algo que era poco habitual en su día a día. Siempre ha destacado por no meterse en jardines de los que no obtuviese beneficio político, pero en este mandato esto no está siendo así. Su liderazgo parece más en tela de juicio que nunca, cuando nunca tuvo un gobierno tan sólido como el actual, y su táctica política de confrontación resulta poco entendible, salvo que lo que se quiera es destacar por un liderazgo muy visible y de grandes titulares, cosas, ambas, que nunca han sido el punto fuerte de Foro, ni tampoco su mejor arma electoral. Está por ver si este giro en la dirección de Foro les trae algún resultado que no sea la pérdida del liderazgo político de la ciudad, ese que el PP aspira a tener, al menos en la parte derecha del tablero. Lo veremos.