Los rojiblancos, que suman el tercer partido seguido sin perder, no pasan del empate frente al Burgos ante 3.000 aficionados visitantes
El Sporting frenó su racha en El Plantío. Los rojiblancos, que firmaron un partido gris, no lograron pasar del empate ante un Burgos que se confirma como uno de los mejores locales de la categoría. Ni siquiera el apoyo de los 3.000 aficionados gijoneses que se desplazaron hasta tierras burgalesas logró que los de Martí encadenaran dos victorias consecutivas. Eso sí, los rojiblancos suman ya tres partidos seguidos sin perder, logran la primera portería a cero desde que llegó el balear al banquillo y se alejan un punto más del descenso. El entrenador rojiblanco fue expulsado por protestar y Djuka y Babin forzaron la quinta tarjeta amarilla, con lo que no estarán en Alcorcón pero se aseguran su presencia en el derbi asturiano frente al Oviedo.
Caían los primeros copos de nieve sobre el césped de El Plantío cuando el colegiado dictaminó el inicio del encuentro. Un frío en el verde que se compensaba con el calor de la grada, fruto del aliento de los casi 3.000 sportinguistas desplazados a tierras burgalesas. Unos ánimos que ayudaron a que los rojiblancos comenzaran mandando. A los dos minutos, Gaspar soltó un zapatazo desde la frontal que se marchó lamiendo el palo derecho de la portería local. También Pedro lo intentó desde fuera del área, con un zapatazo que murió en las manos de Caro.
Tuvieron que pasar casi diez minutos para que el conjunto local pisara por primera vez el área de Cuéllar (que se mantuvo en la portería pese a la vuelta de Mariño a la convocatoria), con un centro defectuoso de Valcarce. El Sporting era quien dominaba y asustaba, como volvió a hacer con una contra comandada por Pedro que terminó con un peligroso disparo de Villalba, que se fue por poco.
Pero la más clara de la primera mitad fue para el Burgos. Andy botó un córner desde el perfil izquierdo que encontró la cabeza de Rubio. Su testarazo a punto estuvo de convertirse en el primer gol del encuentro, pero se fue rozando el palo. Para entonces, cerca de la media hora de juego, los locales ya eran claros dominadores del juego y las ocasiones, gracias a la endémica endeblez defensiva rojiblanca. Intentó desquitarse el Sporting con un buen balón filtrado por Gaspar a Djuka, pero Caro rechazó su disparo cruzado.
El susto para la Mareona llegó a los 35 minutos de juego, cuando Navarro recogió un rechace tras un córner y, desde fuera del área, ensayó un fuerte disparo que Cuéllar despejó. El rechace fue a parar a los pies de Juanma, que lo embocó en la portería visitante. Pero el linier levantó el banderín y la jugada quedó anulada por claro fuera de juego. Así se llegó al descanso, sin goles en el marcador pero con un Sporting cada vez más dominado.
La segunda parte comenzó como terminó la primera, con el Burgos llevando la batuta. Y cerca estuvo que obtener su premio a los cinco minutos, con un zapatazo de Valcarce teledirigido a la escuadra que solo la manopla de Cuéllar evitó que se convirtiera en uno de los goles de la jornada cuando las gargantas locales ya comenzaban a cantar el gol.
A los diez minutos del segundo acto intentó agitar el avispero Martí dando entrada a Aitor por un cansado “Puma” Rodríguez tras los compromisos internacionales. El Sporting, amarrado a las botas del onubense, parecía querer despertar. En sus botas tuvo Villalba, pasada la hora de juego, la más clara. Gaspar rebañó un balón en el área para dejar al valenciano solo frente a Caro, escorado. Su disparo con la zurda, defectuoso, se marchó desviado. Minuto a minuto, los rojiblancos inclinaban cada vez más el campo sobre la portería local, donde se encontraba el grueso de la afición gijonesa.
A veinte minutos del final, Martí fue expulsado por roja directa. El entrenador rojiblanco protestó con vehemencia un posible penalti sobre Djuka y el colegiado no se lo pensó. La jugada, en una contra entre Villalba y el balcánico, terminó con Córdoba chocando con Djuka. La falta, de serlo, se había cometido fuera del área. La expulsión, eso sí, pareció excesiva. El burgalés Valcarce también vio la tarjeta amarilla por enfrentarse con el banquillo gijonés.
El Burgos quiso aprovecharse de la situación y, en la siguiente jugada, Guillermo se internó en el área y su remate, al palo corto, terminó en córner tras tocar en un defensa. La réplica la dio Aitor García, tras una buena jugada personal, pero su remate se fue desviado.
A menos de diez minutos del final Martí dio entrada a Gragera y a Pablo Pérez para jugar con dos puntas, apurando los últimos cartuchos. La ocasión cayó sin embargo para el conjunto local, en un córner cuyo rechace empaló Ernesto por encima de la portería. Los siete minutos de añadido únicamente sirvieron para que Djuka y Babin (que volvió a su mejor nivel defensivo, sobre todo en el juego aéreo) forzaran su quinta tarjeta amarilla, con lo que no estarán la próxima jornada en Alcorcón y se aseguran su presencia en el derbi frente al Oviedo. Alarcón tuvo el gol de la victoria en un centro de Andy que remató defectuosamente de cabeza, desviado. No hubo tiempo para más y el marcador se apagó sin haberse movido.
Los sufridores del Sporting que se desplazaron hasta Burgos merecen que el club, al menos, les pague los gastos…!