Resulta muy difícil de explicar a cualquier vecino de la ciudad, y más aun de La Calzada, del Lauredal o de Jove, que después de años de retrasos, cuando el asunto parece que va a arrancar, pues que no
Andamos en Gijón, una vez más, enzarzados a cuenta del Vial de Jove. El Vial de Jove sería una especie de carretera/calle de nueva construcción, que permitiría sacar el tráfico pesado del Musel directamente a las vías de alta capacidad sin tener que atravesar La Calzada. Se pretende construir una calzada incrustada dentro de un túnel artificial, para no generar molestias en superficie. En definitiva, sacar los camiones de la Avenida Príncipe de Asturias para, de esta manera, pacificar el tráfico en el entorno urbano de la zona afectada. Esta idea, que puede sonar a novedosa y muy del estilo de las políticas de movilidad sostenibles de nuestra época (aunque en el caso del Gijón de 2024 esto daría para un largo debate, dadas las posturas sobre movilidad del actual gobierno) nace hace cuarenta años, cuando se pensaba en la ciudad del futuro y han ido pasando décadas para que vaya cogiendo forma. Vamos, algo parecido a lo que estamos viviendo con la estación de trenes, con la estación de autobuses y con todo el conjunto del plan de vías. Por no hablar de lo que iba a ser el mayor polo logístico del norte de España, la ZALIA, que sigue sin tener conexión eléctrica. En fin, que estamos en Gijón tristemente acostumbrados a que todas las obras que dependen de la administración autonómica, o la central, o no se hagan o tarden décadas. Además de los anteriores ejemplos podemos pensar en la Estación de Depuración de Aguas Residuales del Este, que ha tardado más de 30 años en ponerse en marcha de forma efectiva y legal.
No parece que desde las instituciones locales se esté dando con la clave para hacer ver al gobierno central las necesidades de nuestra ciudad frente a las de otras, que sí han logrado que la inversión nacional o autonómica sea más generosa y más inmediata.
Parece, y volviendo al vial de Jove (y dejando de lado mis quejas gijonesas) que lo que hace un par de años se anunció como la mayor inversión de estas características del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del controvertido e influencer Oscar Puente, va a requerir algo más de tiempo para que comience. Se acaba de anunciar el aumento del tiempo que el Ministerio se va a tomar para estudiar las ofertas presentadas a la licitación.
Sin duda es una obra compleja, tanto en la ejecución técnica, como en las particularidades que conllevan ejecutar una vía soterrada por un entorno con numerosas singularidades. Estamos hablando de una obra, en inicio, de más de 285 millones de euros, para un recorrido de 2,5 kilómetros. Pero, sin obviar esto, resulta muy difícil de explicar a cualquier vecino de la ciudad, y más aun de La Calzada, del Lauredal o de Jove, que después de años de retrasos, cuando el asunto parece que va a arrancar, pues que no. Que hay que tomarse más tiempo para analizar las cosas…no sé muy bien cuántos de los que leéis estas líneas pasáis con cierta frecuencia por el entorno del que estamos hablando. Cuántos de vosotros camináis por las aceras que rodean o pasan por el entorno de la Avenida Príncipe de Asturias. Los que lo hacéis, poco os puedo contar respecto a lo que significa compartir el día a día en la ciudad con el paso constante de camiones. A los que no sabéis de lo que hablo en detalle os invito a dar un pasein por la zona e intentar, por ejemplo, mantener una conversación con alguien en ese entorno. Labor casi imposible. Qué decir de lo que implica para la calidad del aire de toda esa área urbana… Estas cuestiones que, repito, desde hace lustros, décadas, se conocen, no parecen ser elementos que al gobierno central le importen mucho, puesto que tiene a una parte de esta ciudad sufriendo las consecuencias de una movilidad insostenible y de unas condiciones de habitabilidad propias de otras épocas. De otro siglo. Necesitamos soluciones e inversiones para mejorar las vidas de muchas personas y nos sobran kilos de palabras que justifican lo injustificable. El vial de Jove no puede, ni debe, esperar más.