Con sólo trece años, esta alumna de IES El Piles divide su tiempo entre Langreo y Gijón, entre los estudios y el deporte, decidida a seguir luchando para llegar a disputar las competiciones internacionales más prestigiosas del mundo

Carla Méndez Acebo (Gijón, 2012) tiene trece años. «¡Sólo trece!», dirán algunos, movidos, tal vez, por una mezcla de sorpresa y nostalgia. Es esa edad límite, como de frontera invisible, en la que las ilusiones de la niñez, aún vivas, comienzan a mezclarse con las primeras dosis de realismo que imprime la adolescencia. Por eso, en los ojos de esta joven, enamorada confesa del surf, aflora un brillo intenso cuando se posan en las olas del Cantábrico que bañan la playa de San Lorenzo… Al tiempo que de su boca, arqueada en una sonrisa límpida, mana una frase alimentada de sueños y bañada es una muy sólida determinación: «Voy a ir a los Juegos Olímpicos«. Cierto es que, por edad y logros, el camino hasta que se cumpla ese objetivo todavía será largo, pero Méndez ya apunta maneras. Seis años después de subirse en una tabla por primera vez, esta gijonesa con domicilio en Langreo y raíces francesas, que cursa primero de ESO en el IES El Piles, se alzaba Campeona de España Sub12 en 2024, y ya se ha proclamado Campeona de Asturias tres veces consecutivas; dos de ellas, en la categoría Sub12, y la última, este mismo 29 de marzo, en la Sub14. Un currículum nada desdeñable para una promesa que apunta alto, a los Mundiales y a las Olimpiadas, y para quien la receta del éxito está clara: esfuerzo, tesón y, más que cualquier otra cosa, ilusión.
«Este deporte es parte de mi vida… Lo es desde que lo probé la primera vez, y todos los días me digo que quiero llegar a lo más alto«, admite, tan risueña como convencida, echando la vista atrás y perdiéndose en los recuerdos de aquel bautismo de mar… En los que Francia, patria de su familia materna, jugó un papel clave. Los veranos en el departamento galo de Las Landas pusieron a Méndez en contacto con la comunidad surfer del lugar, de la que algunos de sus familiares forman parte, hasta que un buen día, ya en Gijón, se le presentó la oportunidad de probar. «Mis abuelos viven delante de SkoolSurf; me preguntaron si me animaba, dije que sí… Y me encantó«, relata. En aquel momento contaba siete años, y comenzó a recibir clases sueltas, que se volvieron más frecuentes al alcanzar los ocho y confirmar que ese gusto por cabalgar olas no tenía nada de pasajero. Por fin, viéndose lo bastante preparada, hace cinco años dio el salto a las competiciones… Cosa lógica a tenor de que, como ella misma reconoce, «soy muy competitiva. Es algo que aporta muchas cosas; por ejemplo, constancia, o ayuda a la hora de superar la frustración cuando algo te sale mal. Junta pasión con competición, y saldrá algo maravilloso«.

Claro, que nadie se hace con un palmarés como el suyo, y a tan pronta edad, sin echar horas y horas entrenando, perfeccionando su técnica y observando a los veteranos. En ese sentido, la propia Méndez cuenta que sus días normales comienzan en el instituto, prosiguen «surfeando en cuanto salgo de clase» (a menudo, en San Lorenzo, playa a la que le tiene «cariño, porque fue donde empecé», aunque prefiere Peñarrubia o Xagó, mejores por su dificultad para «perfeccionar la técnica»), continúan con un poco de estudio, y concluyen con «algo de ejercicio físico, como boxeo, o yendo a hablar con mi psicóloga deportiva, que es la que me ayuda a gestionar mis preocupaciones, mis nervios… A que no se hagan bola». Claro, que en ese rol de apoyo también ejercen un papel impagable sus padres, Marta María Acebo y Ángel Méndez, y su hermano, Ángel; los mismos que la animan, la consuelan, celebran con ella sus triunfos… Y le insisten en que, al margen de su evolución deportiva, estudie. «Siempre digo que me quiero dedicar al 100% al surf, pero es verdad que necesito algo para cuando llegue a esa edad en la que ya no pueda competir«, afirma, lúcida. Como les ocurre a la mayoría de adolescentes, las dudas sobre qué camino profesional concreto seguirá son muchas e intensas, aunque sí tiene claro el sector hacia el que se dirigirá: la medicina.
Claro, que hasta entonces es mucho lo que esta joven gijonesa puede conseguir… Y está decidida a conseguir. Orientada por sus entrenadores Manuel Ruiz, Daniel Aznar y, en sus temporadas en Francia, Nicolas Fernández, y con gigantes de las olas como Ethan Ewing y Erin Brooks erigidos en modelos a imitar, Méndez sigue a rajatabla las lecciones que le imparten, y presta mucha atención a sus compañeros más curtidos. «Casi todos son mayores que yo; eso me sirve para aprender más de lo que lo haría si me preparase con gente de mi edad», apunta. Cómo entrar en el agua, cómo sortear las rocas, cómo mantener el equilibrio, cómo localizar las mejores olas… Es mucha la información que asimilar, aunque el callo logrado lo facilita. «Cuando entro en el agua, estoy totalmente focalizada en el surf; no hay nada más«, detalla. Ni siquiera, el desempeño de sus rivales. Por eso cuando, en julio de 2024, se coronó campeona de España en el torneo disputado en Pantín, la primera reacción al salir de ese ensimismamiento y entender el alcance de su logro fue echarse a llorar. «Fue como una explosión dentro de mí. Mis amigos me cogieron en brazos, mi entrenador me felicitó, mi madre me dio un abrazo fortísimo y me dijo al oído que lo había conseguido… Fue maravilloso«.

Sin renunciar ni por un instante a esa gran meta que son los Juegos Olímpicos, los objetivos de Méndez a más corto plazo con un poco más asequibles. «De momento, este año voy a prepararme mental y físicamente, a corregir errores y a seguir acudiendo a pruebas, tanto oficiales como privadas; aquí y en Francia, que también surfeo allí», comparte. En el aire suenan ya el Campeonato por Comunidades y el Nacional; a partir de ahí, la más factible de sus grandes ambiciones sería ser seleccionada para representar a España en un Mundial, algo en absoluto descartable… Pero para lo que precisa la ayuda de patrocinadores que estén dispuestos a apostar por ella, tanto económicamente como en términos de visibilidad. «No es un deporte barato; los entrenamientos, los viajes, los neoprenos, las tablas a medida conforme cambia mi cuerpo… No es fácil costearlo; sobre todo, cuando se llega al nivel de un Campeonato del Mundo», analiza. Afortunadamente, son varias las marcas que ya se han fijado en ella, con Finstral, HR, Holaola, Paviplus, Pérez de Juan Ortodoncia, Aluprin y la mencionada SkoolSurf como sus principales caballos de batalla. Y si algo tiene claro Méndez es que ese detalle no va a frustrar su sueño… Y no hace concesiones al respecto. «Voy a seguir esforzándome. Todos los días. Es lo que me hace feliz… Y lo conseguiré«.
Increinle Carla ! Menudo ejemplo de esfuerzo a los 13 anos. Mucha suerte para el Futuro