«Uno de sus mayores logros fue subir al primer equipo a un joven futbolista de dieciséis años que destacaba en el conjunto reserva rojiblanco. Era Manolo Meana, que llegaría a ser todo un mito del fútbol nacional y el primer internacional español que dio el Sporting»

A Carlos Fernández Díaz le cabe el honor de haber sido el primer entrenador de la historia del Sporting.
Es cierto que con anterioridad a él ejercieron el cargo Anselmo López y Ángel Álvarez Fano, pero no se les debería considerar como tales, sino más bien como meros ‘hacedores de alineaciones’. Fernández nació en Gijón en 1893, y había jugado como interior y extremo derecha del primer equipo rojiblanco en los años 1914 y 1915, hasta que en agosto de ese último año colgó las botas y pasó a ejercer como directivo de la entidad, con el cargo de contador. Fue incorporado a la directiva sportinguista el 4 de agosto de 1915, en una Junta que estaba formada por Fernando Quirós como presidente, Bernardo de la Puente como vicepresidente, Francisco Alonso en calidad de secretario, Luis Bascarán como vicesecretario, Manuel Argüelles ejerciendo de tesorero, el citado Carlos Fernández como contador y Anselmo López, Indalecio Bernardo de Quirós y Edmundo Morán como vocales.
En octubre de 1915 el Sporting realizó una gira por Madrid, y tres directivos (además de algunos aficionados gijoneses) acompañaron a los futbolistas rojiblancos: el vicepresidente Bernardo de la Puente, el recién nombrado vocal José González y el propio Carlos Fernández, que fue el encargado de decidir las alineaciones y posiciones de los futbolistas en los encuentros que les enfrentaron al Atlético de Madrid (con victoria gijonesa por 3 a 4) y al Madrid (con derrota asturiana ante el equipo merengue por 4 a 2). Pero no fue hasta 1917 que Carlos Fernández pasó a ser entrenador rojiblanco («director de entrenamientos», según la propia denominación usada por el club en esa época). Su nombramiento vino derivado de la primera participación del Sporting en la Copa de España, en el citado 1917. Fernández aceptó el cargo y añadió la preparación física a la táctica. Además de los partidillos de entrenamiento, incorporó a éste las carreras continuas, los saltos y la, entonces muy de moda, gimnasia sueca. Uno de sus mayores logros fue subir al primer equipo a un joven futbolista de dieciséis años que destacaba en el conjunto reserva rojiblanco. Era Manolo Meana, que llegaría a ser todo un mito del fútbol nacional y el primer internacional español que dio el Sporting.
Carlos Fernández ejerció, como ya habíamos dicho, como directivo sportinguista durante cuatro años, dos como contador y otros dos como vocal (tanto de la Junta Directiva del club como de la sección de natación de la entidad). Hasta que, por razones profesionales, se desvinculó de la sociedad deportiva rojiblanca en 1919. Poco tiempo después emigraría a América; primero a Cuba y, posteriormente, a México, En este último país se instaló en la ciudad de Veracruz, donde contrajo matrimonio y se estableció para siempre, falleciendo en esa localidad a principios de los años cincuenta del pasado siglo.