La asturiana, gastrónoma y autora del libro ‘Los productos light son para gordos (y las modelos tienen celulitis)’, cuestiona los mitos de la industria alimentaria y defiende una alimentación consciente y equilibrada
Carmen Ordiz (@gdegastronomia), gastrónoma y autora del libro ‘Los productos light son para gordos (y las modelos tienen celulitis)’, cuestiona los mitos de la industria alimentaria y defiende una alimentación consciente y equilibrada. Con un enfoque innovador, mezcla humor y reflexión sobre la nutrición, la gastronomía y los hábitos de consumo. En esta entrevista comparte su visión sobre los productos procesados, la importancia de saber cocinar y cómo la educación alimentaria debería ser una prioridad.
‘Los productos light son para gordos (y las modelos tienen celulitis)’ tiene un título provocador. ¿Por qué eligió un nombre tan directo?
Es una declaración de intenciones clara, buscaba llamar la atención. Los productos light están muy interiorizados y hay un gran negocio de por medio. “Los productos light son para gordos” es una frase que le atribuyo a Paris Hilton, pero que tiene mucho sentido. Y “las modelos tienen celulitis” es la parte de mi padre, el Dr. Ignacio Ordiz, médico de estética e investigador, que lleva muchos años estudiando el tema. Este título, con un tono gracioso, une los dos mundos: la industria agroalimentaria y la estética.
¿Por qué este libro? ¿Fue más un proyecto personal o una necesidad de abrir los ojos a los demás?
Empezó como una responsabilidad adquirida frente a mi padre. A mí siempre me gustó mucho escribir y comunicar, y él siempre insistía en que lo recogiera en un libro. Acabé Gastronomía en Italia, y empecé con el blog GdeGastronomia. En 2019 empecé a recoger y a elaborar mi teoría, pero fui haciendo otras cosas (Máster en Nutrición y Salud, trabajo, un poco de vagancia) y en los últimos años todo confluyó muy bien, hasta poder acabar el libro.
Tiene una estructura curiosa.
Sí, tiene una parte personal, está hecho como si yo estuviera comiendo con unos amigos y les explicara todo lo que he ido aprendiendo.
Su padre, el Dr. Ignacio Ordiz, colabora.
Fue divertida y compleja. Siempre tuve claro que había que comunicar, contar la gastronomía, sin corsés, de un modo ameno y que llegue a la gente. Y mi padre es todo lo contrario, viene de un ambiente académico, con un tono completamente científico. Pero conseguí, aunque costó, que usase un lenguaje más coloquial y se ha dado cuenta de que así llega a más lectores.
¿Cuál es el mayor error que cometemos al comprar comida “saludable”?
El problema está en qué definimos como “saludable”. La industria alimentaria se empeñó en hacernos entender que lo light era saludable y que ciertas grasas no lo eran. Debemos aprender a distinguir con claridad qué es saludable y qué no.
¿Cómo ve la relación actual de las personas con los alimentos procesados, ultra procesados o cocinados, ese no cocinar en casa?
Un problema de base es alejarnos de los fogones. Si uno no cocina, es difícil que sepa comprar. Asusta ver que las grandes superficies dedican cada vez más espacio a la parte de elaborados. Quieren que creamos que no tenemos tiempo para algo tan importante como cocinar, que es algo que nos lleva a comer.
No sabemos lo que comemos.
Hoy en día sabemos mucho de comer como acto de llevarnos la comida a la boca, pero no de lo que estamos comiendo. Hay una parte fundamental de todo esto, que es conocer el origen de los alimentos. La gastronomía tiene que ir de la mano de la nutrición, y con nutrición entiendo un acto que hacemos de forma inconsciente, que es el de nutrirnos.
“Sabemos mucho de comer como acto de llevarnos la comida a la boca, pero no de lo que estamos comiendo”
Tampoco los principios básicos de la nutrición.
Es fundamental saber de nutrición a la hora de disfrutar de la gastronomía.
Es importante un equilibrio entre disfrutar de la comida y mantener hábitos saludables.
No están reñidos. Un error que se ha cometido durante mucho tiempo es relacionar el alimentarse de forma saludable con algo aburrido. La gastronomía no tiene que estar reñida con alimentarse bien.
Defina su filosofía alimentaria.
La filosofía ‘Slow Food’, que defiende una alimentación buena, limpia y justa. Lo que comemos tiene un impacto socioeconómico muy grande, entonces lo que comes y lo que compras te define.
“Es un error relacionar el alimentarse de forma saludable con algo aburrido”
En redes sociales triunfa todo el contenido que tiene que ver con comer. ¿Hay cierto peligro en los mensajes que se transmiten?
Hay que diferenciar entre creadores de contenido y gastrónomos, aunque haya casos que se den las dos circunstancias. En el primer caso, la clave está en que debemos darnos cuenta de que no son personas con un criterio avalado por sus conocimientos. El problema radica en meter en el mismo saco a un crítico, que tiene un conocimiento gastronómico infinito, y a una persona que apenas ha ido a restaurantes o que no ha leído, no se ha formado.
¿El humor es una herramienta para la educación y concienciación alimentaria?
Yo creo que con el humor se va a todos los sitios. Al bajar a la tierra ciertos temas complejos, sin restarles rigor, conseguimos que el fondo llegue a más público.
Dígame su placer culpable con la comida.
El “queso” Philadelphia. Si me dieran a escoger una cosa con la que quedarme para comer el resto de mi vida sería un sándwich mixto con jamón cocido y “queso” Philadelphia (Carmen insiste, mientras se ríe, en que entrecomille la palabra queso, porque teme represalias).
Está en un supermercado con carta blanca. ¿Qué producto eliminaría para siempre de las estanterías?
Todo producto que se venda por una cosa que no es. En la industria alimentaria hay un problema serio con la regulación del etiquetado.
Una Coca-Cola Light junto con una hamburguesa doble con extra de queso. Las contradicciones de la vida actual.
Tomarte una Coca-Cola y una hamburguesa un día no es malo, el problema es la frecuencia con la que la gente lo hace.
¿Quién es “Pepe” en su libro?
“Entre Pepín y Pepón, está Pepe”. El término medio en alimentación es volver a tener cabeza y razón, priorizar productos de temporada, productos de cercanía, cocinar más y saber comer a lo largo del día.
“La cocina es cultura, nos conecta con nuestra historia y sociedad”
¿Qué cambios le gustaría ver en la educación alimentaria de la sociedad?
La educación alimentaria no existe en las escuelas. Existen ciertos colegios o ciertas escuelas donde sí se estudia alimentación, pero la alimentación como algo holístico, desde la cultura gastronómica hasta la historia, no es algo extendido. Así que me gustaría ver un plan nacional que abordase el tema de una forma seria, formada y que se implantase de forma rápida y duradera.
¿Es la cocina cultura?
Por supuesto. Toda esa tradición oral de las recetas, la historia de la gastronomía que nos ayude a entender el pasado o la cultura en torno a una mesa, que forja a las sociedades y les confiere sus costumbres