«‘Gijón es mundial’, pero de otra manera, nada que ver con los numerosos mupis pagados con el dinero de todos»
La polémica campaña realizada por el Ayuntamiento para limpiar las vergüenzas del Gobierno municipal ha desatado toda clase de críticas desde diferentes lugares e ideologías de la ciudad. Unos carteles hechos y concebidos para gloria de la alcaldesa, y sus compañeros y compañeras de partido; para el PP, que también gobierna. ‘Gijón es mundial’, pero de otra manera, nada que ver con los numerosos mupis pagados con el dinero de todos. La metedura de pata con la publicidad que invade la ciudad es de tal calibre, que nadie del Consistorio ha salido a defender la desfachatez del uso indebido de fondos públicos para refrendar una decisión política partidista. Es lógico que se queden escondidos bajo las sábanas hasta que escampe, que, para eso, por fin, llegó el invierno.
Son muchos, en poco tiempo, los errores que está cometiendo este Gobierno municipal, pero debemos reconocer que tienen un departamento de comunicación extraordinario. Su capacidad de convertir el agua en vino es maravillosa y camufla, hasta ahora, las carencias de un equipo desunido, desconfiado de quien se sienta a su lado, repleto de aprensión entre siglas. La manera de trasladar los errores, convirtiéndolo casi en aciertos, es lo que está evitando las protestas públicas ante la pésima gestión de estos primeros meses de Carmen Moriyón en la alcaldía. Sobre esa manera de edulcorar los contrasentidos a la ciudadanía se construyó la campaña mundialista pagada con dinero público, en uno de los pocos errores departamentales, pues la reacción ante el despropósito hace ver que no todo vale.
Si hacemos un repaso de los errores de estos meses podemos empezar con promesas incumplidas. Pelayo Barcia dijo en el Pleno sobre la avenida de El Molinón: «Si llegamos de nuevo al Gobierno, volveremos a dejarlo como estaba antes. Da igual que planten árboles milenarios, porque entraremos con las excavadoras». Ya han llegado al Gobierno, gracias a la extrema derecha, y el señor Barcia tiene responsabilidades de Gobierno. Lo único que ha hecho hasta ahora es ganar unas decenas de aparcamientos a costa de empeorar las entradas y salidas de los centros educativos, dificultando la vida de familias, alumnado y docentes.
Siguiendo con promesas incumplidas, la propia alcaldesa se comprometió con el Consejo de Mujeres a no pactar con Vox para formar gobierno. Bien, duró lo que duró su lícita ambición de poder; duró lo que duró, hasta que se apoyó en la ilícita mentira. Una vez logrado el bastón de mando, puso a trabajar al departamento de comunicación para vestir la mentira, justificando el embuste con la escucha a los gijoneses y gijonesas, ya que así lo habían pedido las urnas. A las pocas semanas, se rompe la relación con su socia de gobierno, Sara Álvarez Rouco, preguntándome si la alcaldesa escucha según le interese.
A medida que va pasando el tiempo, se van acumulando mentiras o falta de compromiso. Foro firmó el Pacto Antitransfuguismo junto con varios partidos. Este código de conducta política fue, siendo Carmen Moriyón presidenta forista, uno de los elementos incluidos por el partido de la plaza de Colón dentro de las negociaciones para la reforma del Estatuto del Principado. Todavía se pueden leer en la página web del partido las palabras de Adrián Pumares: «La reforma del Estatuto debería contemplar el cumplimiento de los Pactos Antitransfuguismo para que puedan aplicarse plenamente en la Junta General del Principado de Asturias». Carmen Moriyón consiguió la alcaldía y gobierna gracias a los votos de la ultraderecha; en junio de la mano de Vox y, ahora, de la mano de un tránsfuga. Ante tal cúmulo de embustes, siempre se encuentra el departamento de comunicación. Tapemos nuestra falta de compromiso y palabra dilapidando la imagen de una empresa pública. Distraigamos generando dudas sobre EMULSA, embarrando la labor de los trabajadores y trabajadoras y personal directivo, desviando la atención del transfuguismo y poniendo el foco sobre una empresa que facilita la estancia de Xixón en el pódium de las ciudades más limpias de España (por lo que a mí me toca, gracias, EMULSA).
Si de equivocaciones hablamos, perdón, de mentiras, no debemos enterrar la de El Muro. Soterramiento en la campaña electoral, bombardeo de noticias, opiniones y modelos de llevarlo a cabo, para, ahora, dejarlo en el olvido. Sus palabras con respecto a la obra, realizadas previo al paso por las urnas, eran «muy estudiado y medido, y es perfectamente abordable con el presupuesto actual del Ayuntamiento de Gijón». Sus palabras con respecto a la obra, realizadas tras el paso por las urnas, son que no es una prioridad «presupuestaria». ¿Cómo es posible que algo que era primeramente abordable presupuestariamente, prometido, defendido y anunciado como un proyecto de ciudad, tras unos meses no se pueda hacer? Porque Carmen ye mundial.
En otro capítulo de inadecuación de las promesas hechas, por no decir mentiras, palabra demasiado repetida, va en clave de impuestos. De nuevo, en 2022, en Pleno, Foro sacaba a relucir «el PSOE sube impuestos y Foro los baja o congela sin comprometer la prestación de servicios públicos; no es magia, es buena gestión». Foro, en 2023 sube, por ejemplo, las tasas en la recogida de basuras un 30%. No es magia, es una mentira electoral. ¿Cómo tapamos esto?. Departamento de comunicación al canto: echar la culpa al antiguo Gobierno municipal, a las exigencias del Principado de Asturias, volver a polarizar, volver a meter a la política en un pimpampum.
Cambiamos de las mentiras a las equivocaciones de este Gobierno, provocadas por la dejadez. Se renunció a albergar el mundial de 2030 de la misma manera que se hizo con respecto a la Capitalidad Europea de la Cultura. Debo decir que hasta en los adioses foristas no miran para la cultura. Sin mupis en las calles, sin frases diciendo ‘Xixón ye cultura’, sin ver a la alcaldesa dar explicaciones, o al Gobierno compartir en redes la decisión. Lástima de dejadez, pues la capitalidad europea, su dinamismo y capacidad transformadora, hubiera permitido cambiar la ciudad, no sólo un espacio de la misma. Y, sin embargo, nuestra amada cultura fue abandonada de manera semejante a como lo hacen aquellos que viven en una relación a distancia, por un mensaje de WhatsApp. Departamento de comunicación al rescate. Saquemos Tabacalera, depósitos de agua, refugio antiaéreo, albergue juvenil, museos… Un plan cultural que, debo decir, tiene sobre el papel buena pinta, pero… ¿Por qué no haber luchado por la capitalidad si la ciudad tenía los mimbres? Porque el departamento de comunicación hace sus deberes, y el Gobierno, no.
Veremos cómo justifica la posible pérdida de Fondos Europeos destinados a la mejora de los centros educativos. De momento, ya están sembrando culpas: del Ministerio, por no aceptar la prórroga; del anterior equipo de Gobierno; del alumnado, por dejar las mochilas mal puestas… Todo vale para no asumir, tras más de medio año de gobierno y, por tanto, de la planificación establecida, errores en los tiempos. Si uno asume el gobierno de una ciudad, lo asume con todas las consecuencias, con lo bueno y lo malo. Si uno asume el gobierno de una ciudad, debe conocer rápidamente qué es necesario y qué no. El gobierno de Foro consideró más importante volver a llenar de humo El Muro, sacar un contrato para los toros y el maltrato, eliminar bolardos de los colegios… Que trabajar para licitar los contratos y las obras de las que dependen muchos millones de euros.
Podríamos seguir con esa falta de rigor en el Gobierno, con esos aquí y allí, con esos digo Diego, con esos no tener nada claro si para adelante o para atrás. Posturas inseguras en muchos aspectos que se dan por dos motivos: no tener un proyecto de ciudad para el hoy y el mañana, y convivir, en la Junta de Gobierno, dos derechas y una extrema derecha. Si a estos elementos, tremendamente negativos para Xixón, se une la dejadez de algunas figuras con puestos de responsabilidad en el Consistorio, y lo que no debe pasar desapercibido: la realidad ilógica de tener una alcaldesa con contrato a tiempo parcial (Carmen Moriyón trabaja, como regidora de una de las veinte mayores ciudades de España, tan solo el 90% de su tiempo), está claro que el resultado, si esto sigue con este caminar, será cuanto menos ‘mundial’.