«Era una cadena de fantasmas, algún muerto y un verdadero zombie. Hombres y mujeres del pasado»
«Yo no llevaba la contabilidad de la caja del Partido. Lo que llevaba era la contabilidad de la caja B». Llegó a la Audiencia Nacional como un león con cicatrices en el lomo y el brillo aristocrático de la venganza. Supongo que los cimientos de Génova 13 comenzaron a temblar otra vez cuando Bárcenas comenzó la mañana del lunes a tirar de su manta. En su declaración había algo espectral. Era una cadena de fantasmas, algún muerto y un verdadero zombie. Hombres y mujeres del pasado. Toda la historia de los últimos 25 años del PP y entre los citados por el contable, se encontraba Francisco Álverez Cascos, el hombre, según declaró Luís, que había sistematizado los pagos en B tras su llegada a La Moncloa en 1996.
Acebes, Arenas, Trillo, Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, Arriola y más. Bárcenas nombró prácticamente a un buen número de ex ministros que conformaron el primer gobierno de José María Aznar, cuando el aznarato había alcanzado su primera mayoría absoluta, y algunos otros destacados del primero de Rajoy. Todos ellos representan el iceberg del que Pablo Casado es sólo la punta. Qué absurdo y ridículo debe sentirse el Presidente del PP si cree que vendiendo la sede, zanja todo con la ley. En este asunto no hay paz ni tampoco gloria. Solo difícil porvenir.
Como digo, no hay borrón ni cuenta nueva, porque la única cuenta es la que Bárcenas iba anotando mes a mes en sus papeles mientras fue tesorero del PP. Afirmó ayer en la Audiencia Nacional que la caja del partido quedó a cero cuando entregó a Rajoy y Cospedal 50.000 doblones de vellón de oro para que terminaran de repartirse el botín. El botín venía de las comisiones que pagaban constructores, favores prestados en campañas electores, concesiones…o sea, todo el desarrollismo y todo el espectáculo de la política de las campañas electorales de la derecha. Entonces España iba bien, a manos de trujamanes, conseguirdores, trileros y gente de mal vivir con choza en el barrio de Salamanca o Goya. La rapiña terminó cuando estalló definitivamente el caso Gürtel.
«Hay otros como Aznar que son auténticos espectros«
Y después, los años en Soto del Real y la venganza. Una venganza que ayer se ejecutó, como una bomba de relojería. Lo interesante de los papeles del PP es que nos sirven para hacer arqueología de la España aznarí. De cuando Cascos, según afirma Bárcenas, se lo llevaba calentito. Cascos que había pasado de ser un general secretario aun boxeador noqueado capaz de volver a fundar un partido para su propio interés. Ahora Bárcenas lo devuelve al ring. Suponemos que habrá réplica, aunque los abogados de la defensa han dicho ayer que el tesorero no ha cantado nada nuevo. Lo veremos.
En cualquier caso, la solemnidad de Cascos en cada uno de su pronunciamientos siempre ha sido proporcional al grado de repugnancia que produce escucharlos. Y no lo dice uno por lo soez, sino por lo hipócrita. El doberman del PP se convirtió en un zombie tras abandonar el gobierno asturiano. Hay otros como Aznar que son auténticos espectros, pero Cascos es el cadáver político que cada cierto tiempo emerge de su tumba para dar lecciones o para recordarnos quién fue, cuando no debería salir de ella ni para depurar el aire que respira. Ay.