Este jueves la sesión se ha celebrado a puerta cerrada
Nueva jornada del juicio por el asesinato del concejal de IU en Llanes Javier Ardines en agosto de 2018. En esta sesión el Tribunal y los miembros del jurado han podido escuchar las explicaciones de la mujer cuyo ADN fue encontrado el lugar del crimen, así como en el coche, la ropa y el cuerpo de la víctima. Según los abogados de la defensa la mujer ha asegurado ante el Tribunal que fue advertida por los agentes de la aparición de su ADN antes de su segunda declaración.
La testigo, que por petición propia ha declarado a puerta cerrada durante cerca de 45 minutos, ha indicado que cuando fue a prestar declaración por segunda vez para explicar que mantenía con la víctima relaciones sexuales y que habían estado juntos el día antes de su muerte, los agentes le realizaron «ocho, diez o quince preguntas», y no sólo dos, que son las que constan en diligencias según han recordado los letrados de la defensa de Jesús Muguruza, Maamar Kelii y Djilali Benatia.
«Le dijeron que convenía que explicara ciertas cosas sabiendo que había ADN en ciertos sitios, y de alguna forma se le dirigió sobre lo que tenía que decir en cuanto a este asunto», ha relatado la defensa de Jesús Muguruza, ejercida por Luis Mendiguren. En el banquillo de los acusados se sientan Pedro Nieva como supuesto inductor del crimen, Jesús Muguruza, acusado de ser el intermediario con los dos supuestos autores materiales de la muerte de Ardines, Maamar Kelii y Djilali Benatia. Los cuatro se enfrentan a una pena de 25 años de prisión.
Acusaciones a la Guardia Civil
En sesiones anteriores, varios agentes que participaron en la investigación negaron ante el Tribunal de manera rotunda que hubiesen comunicado a la testigo de la aparición de su ADN en la escena del crimen o en el cuerpo, coche y ropa de la víctima antes de llamarle a declarar por segunda vez. «Nosotros estábamos convencidos de que lo que había dicho la Guardia Civil no se ajustaba a la realidad, hay cuatro o cinco guardias civiles que dicen una cosa y hay una testigo que dice lo contrario, eso tendrá que depurarse, si bien miente la Guardia Civil o la testigo. Hoy la testigo ha sido muy clara pero los agentes también han sido muy vehementes al negar que se hubiesen informado sobre la existencia de ADN», ha manifestado el abogado de la defensa de M. Kelii, Fernando Baruttel.
Según el letrado con esta declaración de la testigo de hoy se abre «otra más de las que estamos acostumbrados por parte de la Guardia Civil«. «Lo que no se puede es informar e influir en la declaración de una persona cuyos restos de AND han aparecido en la escena del crimen», ha insistido Baruttel. Durante su declaración la mujer corroboró su relación sentimental y sexual con la víctima.
Conflictos vecinales
Los conflictos que por su condición de político mantenía la víctima con vecinos del municipio han sido otra de las cuestiones abordadas este jueves por las defensas de los cuatro acusados. Así ha declarado el dueño de un restaurante de las inmediaciones de la playa de Guadamia que había tenido enfrentamientos con la víctima, después de que decidiese como edil del Ayuntamiento, prohibir el acceso de los vehículos al citado arenal. El mismo ha relatado que en el momento que ocurrieron los hechos «el estaba enfadado con la víctima porque prohibió el acceso a los coches a la playa en la que se encuentra su restaurante sin fundamento a su entender«, ha dicho el hombre, que ha indicado que denunció al consistorio por esta cuestión.
Ha reconocido que si bien estaba enfadado no llegó a enfrentarse con él y ha negado que dijese jamás que «iba a matar a ese hijo de puta«. «Yo creo que es mentira que dijese eso, pude decir alguna frase, pero nunca dije que iba matar a nadie, a lo mejor dije cosas como quiero que se muera sufriendo», ha manifestado el testigo, que ha indicado que «es muy de decir la frase de quiero que se muera«. Previamente ha comparecido un primo carnal de la víctima que ha indicado que, si bien Javier Ardines era una persona reservada que no entraba en discusiones y que su cargo como concejal lo llevaba con mucha discreción, si que le habían surgido algunos conflictos.
En concreto se ha referido al enfrentamiento con el dueño del restaurante al que el testigo oyó decir en una ocasión «este tío –en referencia a Ardines– me quiere joder la vida». «Estando yo comiendo en su restaurante me llegó a decir ‘a ese hijo de puta –en referencia a Javier Ardines– lo voy a matar’ y salió su mujer de la cocina y le mandó callar diciéndole que estaba loco», ha explicado.
Este testigo también ha relatado a preguntas de la defensa de Pedro Nieva, que en su día, cuando fue llamado a declarar comentó a la Guardia Civil el rumor que en el grupo de senderismo al que pertenecía existía de la relación que supuestamente mantenían la víctima y la mujer cuyos restos de AND se encontraron en la escena del crimen. «Yo mismo sospechaba porque ella estaba siempre muy pendiente de Ardines y luego, después del suceso ella desapareció unos días y en las siguientes rutas nunca más nos acompañó, cuando estaba Javier siempre estaba ella en la pandilla. Pero yo nunca he visto ninguna escena que confirmase mis sospechas», ha explicado.
Otro de los testigos que ha prestado declaración ha sido un amigo de la víctima desde la infancia que ha corroborado que Javier Ardines mantenía algunos enfrentamientos con vecinos del concejo por discrepancias de estos con las decisiones que tomaba como edil. También ha indicado que en su momento Javier Ardines le comentó que por sus problemas respecto a las decisiones que tomaba en el Ayuntamiento le estaban poniendo «fama de mujeriego». Dos policías locales de Llanes y un ex trabajador municipal también han pasado este jueves por el juicio para responder a las preguntas de los abogados de la defensa de los cuatro acusados. Todos ellos negaron haber mantenido conflictos personales con el fallecido.
Médico de guardia
Ha declarado también el médico que el día de la muerte de Javier Ardines estaba de Guardia en y fue requerido al lugar del suceso que ha manifestado Fernando Fernández Tamargo: El médico que acudió en primer lugar. Casi no intervine, trabajaba ese día en el centro de salud de Nueva y esa mañana el 112 contactó con la administrativa para comunicar que había una persona joven inconsciente. Se dispone de una ambulancia y cuando llegamos un Guardia Civil ya nos paró para decirnos que estaba muerto. Comprobé que el cadáver era de Javier y estaba muerto, me comentó la Guardia Civil que ya habían avisado a los forenses. Estaba de cúbito supino en el camino. A los cuatro o cinco minutos marchamos porque tenía que seguir trabajando, y cuando marchamos llegaba la hija de Javier.