La delegación de la entidad en la ciudad trata así de conciencias a la población sobre la necesidad de proteger los océanos y cauces frente al doble riesgo de contaminación y desertificación del planeta
Cuesta imaginar que, llegando a sumar la inabarcable cantidad de 1.386.000.000 kilómetros cúbicos, y ocupando como ocupa el 70% del planeta, el agua sea uno de los recursos más frágiles de cuantos existen en la Tierra. Por eso estos días, y desde que el pasado viernes se celebrase el Día Mundial del Agua, el Programa de Medio Ambiente de Cruz Roja de Gijón ha ejecutado diversas actividades en la ciudad destinadas, a la postre, a conciencias sobre el riesgo que existe de que el acceso al agua se vuelva prohibitivo, incluso, en países que nunca han sufrido carestía. Un peligro tan apocalíptico como real.
En ese sentido, el abanico de iniciativas está siendo variado. Así, en el puesto informativo instalado en la plazuela del Marqués, ante el palacio de Revillagigedo, se ha creado un mural conmemorativo de la efeméride, en cuya elaboración han participado los más pequeños, y se han repartido decenas folletos para aleccionar sobre el buen uso del preciado líquido. Pero la apuesta más llamativa, y más exitosa, ha sido una degustación de distintas aguas, lo que ha permitido al público entender hasta qué punto la mala utilización y el deterioro del elemento pueden llegar a perjudicar la vida en el planeta.