«Lo de la chimenea de 60 metros de Arcelor para dispersar el veneno que respiramos lo podría firmar Groucho Marx con aquello tan celebrado de los huevos duros»
Mi fascinación por los Monty Python se remonta a lejanos viernes en mi adolescencia tardía. Apostado en los pasillos de mi videoclub de confianza, allí descubrí: ‘Los caballeros de la mesa cuadrada’, ‘La vida de Brian’ y ‘El sentido de la vida’. Y me parece que no estoy solo en el club de admiradores del fabuloso grupo cómico. Creo que unos cuantos políticos asturianos con cargo cuelan en sus discursos velados homenajes a ‘El sentido de la vida’, una de las obras maestras de estos británicos geniales. Juan Manuel Cofiño González ( Vicepresidente del Principado y Consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático ) hizo esta semana un ejercicio de malabarismo inaudito avanzando «una promesa» de inversión por parte de Arcelor Mittal para mejorar la calidad del aire en Gijón con la construcción de una chimenea de 60 metros de altura. Y el tipo se quedó tan ancho.
Nuria Rodríguez (Podemos) solicitó la comparecencia de Cofiño para que «aportara luz» sobre la dudosa calidad del aire en Jovellanos City. Ese aire contaminado que no entiende de barrios, ni de fronteras y que azota a la capital de la Costa Verde y la zona centro de Asturias. Todavía recuerdo la presentación con fanfarria incluida del camino verde de la nueva Arcelor, con Adrián Barbón y Pedro Sánchez en su papel de palmeros ilustres. » Por el camino verde que va a la ermita, que va a la ermita o al cajón». El cáncer de pulmón no perdona entre los jubilados de la industria y aquellos que sin «maldición genética» alguna o adicción al tabaco suman nuevos expedientes en el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPA). Trabajo e industria sí, pero que esa misma industria no termine por matarnos.
Ya puede usted imaginar que lo del filtro de mangas en el Sínter B se archiva en el olvido y del 2022 pasarán al 2025 pidiéndonos paciencia, vendiendo el cambio verde de Arcelor. Y la inversión comprometida que no acaba de llegar… lo de la chimenea de 60 metros para dispersar el veneno que respiramos lo podría firmar Groucho Marx con aquello tan celebrado de los huevos duros. «Una chimenea de 60 metros y también dos huevos duros». Y después están nuestros inefables Batman y Robin (Aurelio y Ana), exigiendo que aparquemos para siempre el coche del pobre, que contamina. Pidiendo que separemos nuestra basura antes del encuentro con el contenedor y controlando las calefacciones de la zona oeste en un plan contra la polución que podría llamarse «la parte contratante de la primera parte».
Nos toman por gilis y Arcelor Mittal tiene todas las cartas marcadas, como un buen tahúr. Naipes del presente y naipes del futuro…Yo seguiré sacando la basura de madrugada, como en el confinamiento, y contemplaré apoyado en uno de los cañones de Cimavilla como las altas chimeneas escupen nuestra sentencia de muerte. A lo mejor ya somos fiambres o zombies o estamos a punto de entrar en el cielo. igual que en la peli: «El sentido de la vida». Mi vecina de Honesto Batalón preguntará: «¿ya es navidad?» y un San Pedro entrazado cual presentador de televisión, le responderá: «siempre es navidad en el cielo».
El motivo de exigir a la ciudadania que contamine menos es simple es para que arcelor puede seguir contaminando igual o un poco mas, segun lo que deje el proletariado de contaminar