La asociación vecinal teme que «potencien aún mas el consumo de alcohol en la calle y aglomeración de personas» y aboga por «remar hacia lo contrario tal y como está la situación del barrio ahora mismo» con «botellón, destrozos, ruido y vandalismo»

El proyecto de construcción de un graderío en la Cuesta del Cholo, en el espacio junto al muro donde ahora hay instalados cuatro bancos, dos corridos de piedra y otros dos de los habituales en la ciudad, no agrada a los vecinos de Cimavilla. En la reunión del consejo de distrito celebrado esta semana la asociación vecinal del barrio pudo confirmar que la «adecuación de instancias» reflejadas en los presupuestos con 200.000 euros se trataba de la promesa electoral de Foro para actuar en este punto tan transitado de Claudio Alvargónzalez. «Vemos innecesario y hasta contraproducente hacer una gradas que potencien aún mas el consumo de alcohol en la calle y aglomeración de personas. La idea es remar hacia lo contrario tal y como está la situación del barrio ahora mismo, con botellón destrozos, ruido y vandalismo», apuntan desde el colectivo.
Además, considera que se trata de un gasto excesivo teniendo en cuenta de que es una intervención «efímera» al quedar condicionado su futuro a la actuación en el entorno por el hotel planificado en el lugar. «El Ayuntamiento ha defendido un proyecto, Cimavilla 2030, con varias actuaciones que atienden a necesidades reales de barrio y en ningún caso aparece ninguna partida para poner una gradas ahí», apuntan desde la Asociación Vecinal Cimavilla, que añade que «viendo que no se consiguieron los fondos europeos y que hay compromiso de ir desarrollando el proyecto con presupuesto municipal, ese dinero —en referencia a los 200.000 euros— por propia coherencia debería de ir a una de las actuaciones reflejadas en el plan de acción, por ejemplo a vivienda». De igual forma, «nos parece una actuación que modifica el entorno rompiendo la estética tradicional de la cuesta. Por tratarse de un barrio BIC, Patrimonio debería de considerar con mucho rigor esa actuación».
Por otro lado, y entre otras cuestiones, el colectivo vecinal preguntó en el consejo de distrito por el acondicionamiento e iluminación de la zona de perros en el cerro de Santa Catalina, a cargo de los presupuestos partipativos, que está en fase de licitación, y se trasladó la petición de que las obras para el ascensor en la Casa’l Chinu se realizaran en periodo estival o cerca de éste para interferir lo menos posible en la actividad del barrio.