Gijón es una ciudad enamorada de sus bares; y sus noches no serían lo mismo sin estos locales y las historias que en ellos se vivieron. Hoy, como en todo el país, sus bares de copas atraviesan el peor momento, pero durante décadas generaciones de gijoneses disfrutaron de ellos por todo lo alto. Muchos han bajado ya la persiana, pero tal y como asegura Manrique Saras, socio de La Abadía, “forman parte de la historia de la ciudad”. Lo que ocurrió entre sus cuatro paredes allí se quedó, y cuando cerraron nos dejaron un poquito huérfanos de lugares donde empezar las noches o terminarlas. Repasamos algunos de los pubs más míticos de Gijón.
Pubs míticos de la noche gijonesa
El Soho
El emblemático local del barrio de Cimavilla ha sido el último en echar el cierre después de tres décadas de exitosa apuesta por la música española ochentera. Muchos dicen de él que fue el bar alternativo número uno de Gijón, incluso cuando lo alternativo no era una moda. En su interior siempre había buena música, risas y canciones que todos se sabían de memoria. A su propietario Carmelo Luna lo definen como comprometido, profesional incansable y gran trabajador, sin embargo ni siquiera eso ha sido suficiente. El 30 de septiembre la COVID-19 le obligó a bajar la persiana. Como él mismo dijo en sus redes sociales , “ojalá solo sea un hasta pronto”.
El Players
Este emblemático local de la calle Aguado, a tan solo unos metros del paseo del Muro, marcó toda una época del ocio juvenil. La taberna se fundó en 1989 por varios jugadores del equipo de rugby que el Sporting tenía por entonces; y más tarde lo regentaron los hermanos Toño, Manolo y Fernando Rodríguez Acevedo. Muchos fueron los que pasaron gran parte de su juventud en él celebrando aprobados, festejando amores y compartiendo penas entre amigos. De hecho, llegó a ser uno de los bares de España que más litros de cerveza vendía al año.
El Jardín
Durante más de 60 años hizo disfrutar y bailar a muchas generaciones de gijoneses. Sin embargo, la evolución de la parroquia de Somió -asentada como zona residencial- y la nueva normativa para este tipo de locales obligó a la familia García-Rendueles a echar el cierre definitivo el 23 de junio de 2018, coincidiendo con la noche de San Juan. El local se abrió en los años 50 como un merendero que quería llamar la atención de los bañistas de La Ñora y Estaño. Y tras una década de éxito, en los 60 decidieron apostar también por la música. Gracias a ellos que Gijón tuvo el privilegio de acoger durante aquellos años a artistas como Víctor Manuel, Serrat o Camilo Sexto. Marcó, sin darse cuenta, un antes y un después en los locales de fiestas de la ciudad. En ningún otro lugar los gijoneses movieron tanto las caderas.
El Escocia
Cautivó a miles de gijoneses desde su apertura en 1981 hasta su cierre, tras un litigio con la propiedad del edificio, en junio de 2010. Veintiocho años plenos de bullicio nocturno y casi diario, pues el Escocia triunfaba incluso un martes en pleno invierno. Siempre sonaba buena música y la decoración le daba al lugar una indiosicrasia única: las mesas de madera de castaño, los grandes bancos forrados con telas kilt (con lo que se hacen las tradicionales faldas varoniles escocesas), el futbolín que tantas partidas permitió disputar, la barra de madera con escudos tallados de los clanes escoceses, las lámparas de barco… o incluso los billetes que colgaban del techo provenientes de varios países gracias al público variopinto que se dejaba ver por allí. El pub de la calle Óscar Olavarría en Cimadevilla, icono de varias generaciones playas, fue el gran éxito de Alfredo González, fallecido en el 2016.
El Molinucu
El establecimiento hostelero abierto en 1971 por el salmantino Manuel Fernández Prieto, conocido por todos como Manolo ‘el Camioneta’ y fallecido en 2009, fue para muchas generaciones de asturianos uno de los locales de referencia de la movida asturiana. Durante décadas fue punto de encuentro, tertulia y buena comida. Amalia Regalado, mujer del Camioneta, siempre destacó por su buena mano en la cocina y eran muchos los que se acercaban hasta allí para degustar sus platos. Más tarde, con el paso de los años, el local fue cada vez cobrando más protagonismo en la noche. Pasó entonces a ser lugar de peregrinaje de la juventud en sesiones nocturnas, de cientos de jóvenes que empezaban sus fiestas en este mítico establecimiento jugando al duro. Finalmente cerró sus puertas en 2016, pero un libro de Alfonso Peláez recoge muchas de sus anécdotas.
Manrique Saras, socio de La Abadía, es consciente de que los locales de Gijón no atraviesan hoy su mejor momento, pero confía “en que la clientela se adapte a los nuevos horarios y responda para que muchos podamos subsistir”. La ciudad, asegura, siempre ha destacado “por una oferta hostelera de calidad” y estos bares que acabamos de repasar son solo un ejemplo. Él disfrutó de sus noches como muchos otros gijoneses y en ellos, recuerda, vivió “muy buenos momentos”. Finalmente, diferentes motivos les obligaron a echar el cierre. Saras sabe muy bien que “siempre aparecen otros locales de referencia para los clientes”, pero estos “marcaron una época y son parte de la historia de Gijón”.
Genial!!!!y todavía seria mas mas mas genial:si tarde o temprano pudiésemos (el pasado pasado esta)disfrutar o mejor dicho:pasar momentos,que ahora anhelamos y tanto echamos de menos por esta put …..que estamos pasando!!!PD:la birra mola y de momento REPITO:”de momento la tenemos ,pero en particular a esas familias que perdieron algo muchísimo más importante:algún ser QUERIDO!!!👏👏👏
EL ESCOCIA abierto en 1981 ? Por favor ¡¡¡ hacia 1972 ya lo frecuentaba yo como Boite.
La Tayuela..🤣👍
Y dónde está el mejor pub de la historia de Gijón?? Él AMNESIA EN EL NAUTICO
Cierto¡¡¡¡ Unico pub en el que he escuchado a Nitzer Ebb
Es inexplicable que se obvie al mejor chiringo de Gijón de toda la historia !!!AMNESIA
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