El DJ Dani Vieites repite como encargado de animar la última noche de 2024 y la primera madrugada de 2025, que volverá a estar precedida de las ya clásicas Peque Campanadas, pensadas para los más pequeños de la ciudad
Es 27 de diciembre. ‘Todavía’ para algunos, ‘sólo’ para otros, quedan cuatro días para que el 2024 llegue a su fin. Y, por estas fechas, el que más y el que menos ya comienza a recorrer los pasillos de las fruterías y los lineales de los supermercados contemplando con deseo los racimos de uvas, o las latas de las mismas, que se erigirán en grandes protagonistas de la noche del 31. Que sí, que hay quienes optar por reemplazarlas por cacahuetes, anacardos, peladillas… Pero las uvas ganan por goleada. Lo que es más variables es el dónde, el lugar escogido para despedir el año aún en curso y dar la bienvenida al que viene. Muchos se decantan por sus casas, o por los hogares de familiares y allegados. Otros, por espacios naturales alejados del mundanal ruido. Y, en Gijón, una legión creciente opta por reunirse en la plaza Mayor, seguir las Campanadas, comerse las uvas en comunidad y, de paso, gozar de esa gran fiesta de transición de un año a otro. La misma costumbre que este año regresará a la urbe asturiana, de la mano del incombustible DJ Dani Vieites, cabeza de un cartel lúdico adaptado a grandes y pequeños.
Tal como el propio Gobierno gijonés ha hecho público, las celebraciones en la céntrica plaza comenzarán a las 18.30 horas de este martes, enfocadas, en su primera fase, al público infantil. Así, hasta las 20 horas se desarrollarán allí las no menos tradicionales Peque Campanadas, que permitirán a los más pequeños jugar, bailar, disfrutar y, por descontado, decir adiós al 2025 con su propia cuenta atrás y su brindis… Sin alcohol, por supuesto. Tres horas después, a las 23, será el turno de los adultos, al ritmo del primer pase del mencionado Vieites. Con los relojes marcando la medianoche, su música se detendrá para escuchar los cuatro cuartos y las doce Campanadas, uvas mediante, antes de retomar la celebración, con la mirada puesta en que se prolongue hasta, al menos, las tres de la madrugada. Lógicamente, a lo largo de esas horas habrá alrededor de la plaza un importante dispositivo de seguridad, a fin de evitar el acceso a la misma con recipientes de vidrio y objetos peligrosos, y la Policía Local reforzará su presencia; dos detalles que serán concretados en los próximos días. Y, como cada año, desde el Consistorio se apela al respeto, al civismo y a la atención a las normas, sin por ello renunciar a la diversión.
Una diversión que, sin embargo, en años previos ha generado alguna incomodidad a los habitantes del cercano barrio de Cimavilla, quienes han señalado la existencia de comportamientos incívicos. La acumulación de basura, las micciones contra portales y vehículos estacionados, y algún que otro altercado han copado el grueso de las quejas, para las que se han pedido reiteradamente actuaciones preventivas concretas por parte del equipo de Gobierno. Ahora, a sólo cuatro días de la ‘hora H’, la esperanza de los vecinos vuelve a ser la misma de cada Nochevieja: que el disfrute de los muchos congregados en la plaza Mayor no impida la sana existencia de quienes residen en el ‘barrio alto’ de Gijón.