El sujeto, de 29 años y vecino de la ciudad, asaltó a un hombre frente a un cajero de El Llano y le obligó a sacar cincuenta euros, que luego trató de sustraerle; la pareja del agredido alertó a la Policía Local, que arrestó al joven

Hay caras que lo dicen todo por sí mismas. Expresiones faciales que, sin necesidad de palabras, sintetizan a la perfección el efecto provocado por un determinado hecho. Y, entre ellas, una de las más comunes, incómodas y pintorescas es la clásica que se podría definir como «Me han pillado…». La misma que debió de poner, en la madrugada de este mismo viernes, I. D., de 29 años, vecino de Gijón… Al ver cómo convergían sobre él varios agentes de la Policía Local, decididos a detenerle. No sin razón, desde luego. El joven era arrestado tras ser sorprendido in fraganti coaccionando violentamente a un hombre para que sacase dinero de un cajero automático de El Llano, y se lo diese. Pero no acaba ahí la cosa… Por si fuese poco, sobre el sujeto pesa una pena de localización permanente que, en esencia, le prohíbe estar en Gijón… Y que, sobra aclararlo, quebrantó.
Según fuentes municipales, el suceso se produjo alrededor de las seis de la mañana. La víctima, en compañía de su pareja, caminaba por una calle del barrio gijonés, a escasos metros del cajero, cuando, de súbito, fue asaltada por el ahora detenido. El atacante asió por el cuello al hombre y comenzó a zarandearle, exigiéndole que retirase efectivo para entregárselo… Pero cometió el error de ignorar a la mujer. Esta última, presa de los nervios, echó a correr y, al llegar a la avenida Gaspar García Laviana, se topó con una patrulla de la Local, a la que relató lo sucedido. De inmediato, los agentes pusieron rumbo al escenario del robo, donde sorprendieron al caco aún ocupado con el pobre hombre, que había llegado a extraer cincuenta euros del cajero. Por fortuna, y pese al susto general, una vez aprehendido el presunto delincuente ese dinero le fue devuelto a su legítimo dueño.