
POR LUIS MANUEL MADIEDO HONTAÑÓN, CATEDRÁTICO DE INSTITUTO Y ABOGADO
«El semáforo se pone en verde y, de repente, aparece una joven en una bicicleta muy mona con porta paquetes, y se sitúa delante de la bestia de EMTUSA, luego rectifica y se pone delante de mi coche (…) sin sacar la mano señalando su maniobra, ni nada que se le parezca»

Conducir en Gijón un automóvil se ha vuelto un deporte de riesgo. Estamos en un ecosistema indómito.
Intentas creer que estás en una ciudad del primer mundo donde existen reglas para todos y límites para todos.
Al parecer, no es así. Los límites y las reglas son exclusivamente para los y las conductores de automóviles.
El resto, entiéndase, bicicletas, patinetes, autobuses, tienen licencia para hacer lo que les parezca sin limitaciones.
Escena: calle Libertad, entrada en plaza del Carmen. Se abre el semáforo y en esto, esquivando los coches eléctricos que están cargando frente a Unicaja, aparecen dos circulantes: una señora en bicicleta oficial del Ayuntamiento de Gijón haciendo eses, ya que no puede con ella al arrancar del semáforo, y un par de jóvenes en patinete, uno de servicio de comida a domicilio y otro, por libre.
Continuamos adelante y entramos en la ‘zona cero’ del central de autobuses frente a la Gota de Leche. Mucho cuidado entonces; la señora que hace eses ha conseguido controlar la bicicleta unos minutos, y decide tirar hacia Magnus Blikstad, mientras los de los patinetes siguen adelante, y a todo esto tienes que decidir a qué carril accedes, ya que mi intención es ir hacia El Molinón y los autobuses, estos dobles, no se paran y, por supuesto, los automóviles que buscan un destino, tampoco.
Por fin he encontrado mi carril, rodeado de autobuses bestiales y, parado en el semáforo, veo como los del patinete se juegan la vida. Es más, observo como uno de ellos se mete en una acera para esquivar el semáforo y, luego, vuelve a la calzada pero, ahora, en dirección contraria a la circulación. Probablemente no vaya muy lejos.
El semáforo se pone en verde y, de repente, aparece una joven en una bicicleta muy mona con porta paquetes, y se sitúa delante de la bestia de EMTUSA. Luego rectifica y se pone delante de mi coche, hasta que decide irse hacia la plaza de Europa. Y cambia de rumbo por las buenas sin sacar la mano señalando su maniobra, ni nada que se le parezca.
También me encontré ciclistas que iban de ruta; esos arrancaban mas rápido que yo y sabían por dónde se la estaban jugando.
Conclusión…
¿Eso es movilidad sostenible en Gijón? Eso es un timo que lo deja todo al buen hacer del ciudadano.
Pensemos a lo grande: terminemos el Metrotrén, que está muerto de risa, por no decir de dineros, eduquemos y multemos a los ciclistas y usuarios de patinetes, sean o no autónomos, cuando entran en dirección contraria o circulan por las aceras. Para eso hace falta valor también, y podemos ir liquidando bestias de EMTUSA y reconstruir algo más amable, como un tranvía en las zonas saturadas del centro de Gijón.
Catedrático de lo suyo pero un señoro de tomo y lomo que escribe la ciudad como lo hacen todos los Señoros: desde su coche.
Y lo más gracioso es que evita hablar de cómo los que conducen como el culo son los conductores, puedo aportar todas las pruebas gráficas que requiera este señoro de cochorro
Y los señores que iban de ruta, tambien eran monos? Les quedaba bien la lycra?
Caballero, igual el que molesta no es el bus de emtusa, ni el de la bici, sino usted con su coche. Para hacer ese mismo recorrido, si no quiere o puede usted caminar, puede coger el bus número 1 o el 10, dependiendo de la altura de la calle libertad a la que se encuentre. De esta forma no le molestará nadie y habrá un coche menos contaminando por la ciudad y así, contribuirá usted a que Gijón se parezca menos a Calcuta: menos coches por las calles, más transporte público y menos peligro para los ciclistas.
No hay por dónde coger este artículo. Es que vamos, se ve que hay que dejarte la carretera para ti. Mira, si sales tarde sal antes, ponle paciencia o mejor, coge un bus que vas a llegar a tiempo, contaminarás menos y no te llevarás a nadie por delante como una calcamonia en tu 6 cilindros. con esa actitud machirula y de matón, que hueles a barón dandy desde aqui. Lo que sois los seres como tú es un peligro para peatones, otros coches más lentos, bicis y medio pensionistas en monociclo.