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El problema de esta calle es que aunque se circula con alegría en el acelerador, no tiene el ancho ni las condiciones para soportar grandes velocidades
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Recientemente han aparecido varias noticias y cartas en los medios a raíz de la problemática de la velocidad y el cruce en los pasos de peatones en la calle Anselmo Solar, atropello de una menor incluido. Si ustedes la tienen en mente, hablamos de una calle que va en dirección al centro de Gijón, que vertebra los barrios del este y que parte de la famosa “Rotonda del Caballo” y acaba en las proximidades de la Plaza de Toros, cruzando brevemente la avenida de Villaviciosa.
El problema de esta calle es que aunque se circula con alegría en el acelerador, no tiene el ancho ni las condiciones para soportar grandes velocidades. Además, hay una serie de servicios, como colegios, hostelería, equipamientos generales y zonas verdes del barrio, que se ven interrumpidos por el intenso tráfico en ella durante las horas puntas del día. No funciona como una calle residencial, sino como una entrada y salida relativamente rápida.
Por ejemplo, esto hace que cruzar la senda del Fluvial, la zona verde del canal del Molín, en las inmediaciones del colegio Begoña o en cualquier otro punto desde El Coto hacia la zona de Las Mestas, y viceversa, sea a veces complicado y poco seguro, tanto para personas adultas como para menores que abundan en el barrio. En ocasiones, porque los pasos regulados tienen una espera interminable; en otras, porque directamente no hay pasos de peatones o los semáforos no se respetan y generan aglomeraciones en puntos sensibles y horarios punta, como en la parada de autobús situada cerca del colegio Begoña. Esta parada, además, cuenta con una acera ridículamente estrecha, que debería ampliarse con urgencia. Esta problemática, no es nueva, se pueden encontrar noticias del 2018 con atropellos, quejas o reivindicaciones de los vecinos y vecinas, por diversos problemas similares a los señalados.
Hay que recordar que el barrio de Viesques y la zona limítrofe con El Coto y Ceares tienen una característica en común: es posible dar vueltas o tomar múltiples alternativas en todas las direcciones cuando se circula en coche. La base de este planteamiento surge de una especie de parche tras parche urbano, que no responde a una planificación coherente de la movilidad de ambos barrios en esa zona, sino a una expansión paulatina en diferentes fases donde se han ido superponiendo las calles. Algunas con graves planteamientos iniciales en cuanto al ancho de la calzada, aceras, etc.
De ahí que los problemas de velocidad, atropellos, siniestros o tráfico intensivo en determinadas horas no se deban tanto a un planteamiento erróneo de la movilidad del barrio, sino más bien a una falta total de él, de una forma integral.
En el caso de Anselmo Solar, además, se suma la idea de que es una “entrada” a la ciudad, y muchos conductores la utilizan principalmente para dirigirse al centro, en especial hacia la calle Feijóo y, más allá, hacia la avenida de la Costa. También da acceso al resto de calles desde las cuales se permite el giro, que son la mayoría, con algunas excepciones.
¿Qué sentido tiene que esa calle sea una «entrada» o «salida» más?
Si analizamos un poco todas las entradas a la ciudad por la zona este, veremos que existen múltiples opciones, desde la entrada que divide el tráfico hacia la zona del Llano y Ceares hasta la ya mencionada rotonda del “Caballo”, donde además es posible continuar hacia La Guía o bien volver a adentrarse en el barrio para entrar por la calle Albert Einstein, que a su vez desemboca en la misma calle a través de Poeta Ángel González. Es decir, contamos con múltiples accesos en un territorio relativamente pequeño, lo que provoca que en horas punta de entrada y salida de la ciudad todos los barrios de la zona se vean inundados de coches. Además, muchas de estas vías tienen mucha más capacidad que Anselmo Solar, como ocurre con la carretera de Ceares o la avenida Justo del Castillo.
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La psicología al volante entra en juego
A falta de datos claros sobre los flujos de tráfico, lo que parece sospechosamente evidente, si uno observa el mapa de Gijón, es que la calle de la que hablamos aparenta ser el camino más corto hacia el centro de la ciudad. De acuerdo, pero… ¿es el más eficaz? ¿Se tarda significativamente menos? Probablemente no, pero la sensación basta. No se preocupen, ocurre constantemente.
En muchas partes de la ciudad donde, en teoría, el límite debería ser 30 km/h, encontramos señales en calles que permiten circular a 50 km/h. Sin embargo, la velocidad media real se acerca más a menos de 30 km/h que a 50 km/h. Y la diferencia es importante, porque cualquier reducción de la velocidad tiene un impacto exponencialmente positivo a la hora de evitar que un siniestro sea grave para los peatones, por ejemplo. ¿Por qué se sigue entonces señalizando a 50 km/h cuando los semáforos u otros obstáculos no permiten alcanzar esa velocidad media? Quizás sea una cuestión para otro artículo, pero tiene mucho que ver con los problemas de falta de planificación de los que hablamos.
No en vano, abordo el tema de la velocidad porque algunas de las soluciones que he escuchado que han sido propuestas «desde el coche» para esta calle, ha sido la de convertirla en doble carril y eliminar el doble sentido. Esto se plantea con el foco puesto en la «fluidez» del vehículo y esto necesariamente viene acompañado de intentos por ganar velocidad. Por lo tanto, ninguno de los problemas comentados se resolvería.
El plan de movilidad
El plan de movilidad recoge algunos cambios y ordenaciones del tráfico que resultarían interesantes, ya que abordan esta cuestión con un análisis general de todos estos detalles, poniendo el foco en la pacificación del tráfico. Seguro que les suenan viejas polémicas, como la generada con el intento de establecer doble sentido en la calle Usandizaga, donde los vecinos se opusieron a que esta albergara más tráfico del actual.
Esta idea pretendía repartir el tráfico y modificar el doble sentido de Anselmo Solar, convirtiéndola en una vía de entrada pacificada y trasladando la vía de salida a Poeta Ángel González. Es importante señalar que, aunque a menudo se reclama fluidez en el tráfico, quienes tienen la oportunidad de disfrutar de calles con poco tránsito cerca de sus casas no suelen estar dispuestos a ceder. Es lógico. En todo caso, esta es una posible solución, pero estoy seguro de que habría más si se estudia con detenimiento.
En conclusión, los problemas de seguridad, ruido y contaminación en la calle Anselmo Solar son ampliamente conocidos, también por las diferentes autoridades competentes. Las soluciones para mitigarlos pueden ser parches temporales, pero si no hay una revisión integral de la movilidad en esa zona, seguirán existiendo problemas.
Este artículo olvida mencionar que desde que se cerró el tráfico en la Avenida del Molinon todos los vehículos que quieren salir de Gijón por el Esté acaban haciéndolo por Pablo Iglesias y Anselmo Solar, cuando antes lo hacían por el Muro y la Avenida del Molinon, donde la circulación era fluida por no haber edificios ni semáforos. De este efecto se lleva escribiendo varios años en foros de tráfico de Gijón y en artículos en otros medios de comunicación, sorprende que al autor se le haya escapado este detalle.
El principal problema de esa calle es de entrada, no de salida. Ese corte tiene ninguna relevancia en la calle Anselmo Solar. Excusilla para traer otro tema que huele a lo huele.