En Gijón no estamos para celebraciones: a pesar de que la bicicleta o el VMP es ya habitual en las calles, contamos con apenas algo más de 20 km de carriles bici, que sólo crecerán tímidamente con los proyectos en marcha
Tras varias entregas este año de #Contralamovilidad, en las que hemos intentado divulgar sobre aspectos clave para mejorar la movilidad urbana, llegamos a la última de este 2024. En esta ocasión, toca hablar de una pieza emergente que gana presencia en nuestras ciudades en inevitable transición. Ciudades de todos los tamaños que avanzan hacia una movilidad más humana y menos dependiente de los combustibles fósiles, se quiera o no.
Aunque el carril bici es ya algo común en cualquier zona urbana, su presencia varía considerablemente en nuestro país. Todo depende del impulso que los gobiernos locales le hayan dado a la bicicleta. Así encontramos ciudades como Barcelona, con 209 km de vías segregadas o Albacete, mucho más pequeña pero con 190 km. Para ponerlo en perspectiva, ciudades europeas como Helsinki, Estocolmo, Berlín, París o Viena superan ampliamente los 900 km, alcanzando incluso más de 1.000 km en muchos casos.
En Gijón, sin embargo, no estamos para celebraciones: a pesar de que la bicicleta o el VMP es ya habitual en las calles, contamos con apenas algo más de 20 km, que sólo crecerán tímidamente con los proyectos en marcha. Y es más, si sometemos nuestras infraestructuras a un análisis más riguroso, probablemente quedarían homologables aún menos kilómetros.
Pero entremos en la harina: ¿Para qué sirve un carril bici protegido?
Un carril bici es una infraestructura pensada para ofrecer un espacio seguro, cómodo y accesible a quienes se desplazan en bicicleta o en VMP por la ciudad. Está diseñada para adaptarse a todas las edades y capacidades, desde niños hasta personas mayores. Su objetivo principal es permitir una circulación tranquila, sin la presión ni el temor de compartir espacio con coches y vehículos de gran tamaño, cuyas velocidades y dimensiones generan inseguridad para muchos.
Por tanto, estamos hablando de un sistema de transporte, no un espacio para practicar deporte en bicicleta. Es importante este detalle del que muchos de sus críticos se suelen olvidar, bien convenientemente o simplemente por desconocimiento. No en vano, muchas ordenanzas de movilidad establecen un límite de velocidad, que suele ser de 25 km/h. El mismo límite legal que pueden alcanzar los patinetes y las bicis eléctricas y que es habitual que cualquier ciclista de carretera, que esté practicando deporte, lo supere.
También es importante señalar que la bici es un vehículo donde se aprecia la velocidad y la agilidad, pero no es lo primordial, ni mucho menos. Desplazarse en bici permite moverse de una forma similar a la que tenemos cuando vamos andando, incluyendo paradas, diferentes ritmos y un contacto mucho mayor con el entorno.
Existen otras razones de salud en las que no profundizaremos pero que también son relevantes, como que al separarse unos metros y no ir exactamente detrás de las emisiones habituales de los vehículos, la exposición a estos contaminantes se reduce exponencialmente. Y eso siempre es una ayuda, ya que en bici o VMP, no llevamos ninguna carcasa que nos proteja del aire contaminado.
¿Por qué no es obligatorio salvo que esté señalizado?
En primer lugar porque si estás practicando deporte, es probable que ya superes la velocidad máxima de un carril bici y seguramente ya circules a la velocidad media de cualquier vehículo en ciudad. Mucho más ahora que el límite habitual es de 30km/h en muchas vías.
En segundo lugar, un carril bici no siempre conecta con todos los destinos y es frecuente que necesites girar o circular fuera de él para llegar a ciertos lugares. Además, en muchas calles no hay espacio suficiente para un carril bici o estas ya están pacificadas por su diseño, lo que permite compartir el espacio de forma segura sin necesidad de delimitarlo.
Por último, cabe destacar que la normativa de tráfico reconoce que las bicicletas o VMP’s son vehículos, por lo tanto tienen el mismo derecho a usar la calzada que los demás vehículos. Normalizar la bicicleta y los VMP en entornos urbanos, es también parte de las políticas de movilidad actuales.
¿Para qué sirve también un carril bici en el espacio urbano?
Un carril bici en el espacio urbano no sólo sirve para proporcionar una vía segura y directa para la bicicleta o VMP, es también una infraestructura que cambia la jerarquía de la calle, dando prioridad a medios más sostenibles, de ahí las quejas habituales de quien solo se desplaza en coche.
El ejemplo lo tenemos en carriles bici construidos recientemente en Gijón, como el de la calle Suarez Valdes. El trazado no sólo proporciona una manera segura de subir la cuesta existente, sino que además permite bajar de una manera que los coches no pueden. Paralelamente, es evidente que su implantación ha bajado considerablemente la velocidad de la calle, evitando fitipaldis y por tanto bajando el ruido y la contaminación.
El carril bici ha sido en este caso una pieza más que ha cambiado el uso patrimonial de la calle por parte del coche. Y no debería de quedarse ahí, ya que es un eje comercial del barrio que es importante y se podría potenciar mucho más reduciendo el tráfico innecesario.
Las excusas
Es habitual todo tipo de excusas y razonamientos vagos para evitar seguir proporcionando vías seguras para la movilidad no motorizada. Más aún cuando sistemas de transporte como #GijónBici cobran bastante relevancia en Gijón, como ya hemos apuntado en anteriores artículos.
Sin pretender profundizar en ellas, porque no merece la pena, hay gente que argumenta, parece que desde la ventanilla del coche, que siempre están vacíos, algo que depende mucho de la relevancia del tramo ya que existen algunos en la ciudad en la que es posible ver circular más bicicletas y VMP que vehículos a motor, transportando a la misma gente. Misteriosamente, nunca se lo preguntan cuando un alto porcentaje de las calles apenas se circula si no es para buscar cómo aparcar. Tampoco se preguntan si esos carriles bici están conectados o si realmente llevan a algún lado relevante y por tanto sí hay motivación para usarlos, algo que no siempre ha sido así viendo la deriva y la poca gana de quitarle un metro al coche con el que se han diseñado hasta ahora. Más en Gijón.
La más absurda de todas las excusas es la de que la bici “no se usa”, mientras un gran porcentaje de calles son, o auténticas autopistas o aparcaderos para coches sin más motivación que almacenar vehículos que en teoría son privados, sobre el espacio público que es de todos y todas, tengamos coche o no. ¿Quitamos los bancos en las calles porque no están ocupados constantemente? ¿Asfaltamos las zonas verdes porque tampoco se circula por ellas? ¿Cómo se va a usar más si no se desarrolla la infraestructura y se proporciona la seguridad y la pacificación suficiente para moverse, por ejemplo en familia, con seguridad?.
Cambiemos el foco
Diseña una ciudad para coches y la gente irá en coche, teniendo que lidiar con los problemas que esto supone. Diseña una ciudad para un transporte más sostenible y tendrás inevitablemente más bicis, más autobús, más tranvía y más gente andando en un entorno más saludable y menos contaminado. Afortunadamente, esa mentalidad está cambiando más allá de aspectos ideológicos y otros intereses que a menudo poco tienen que ver con el bienestar común. ¿Es buscar una mejor salud, ideología?
En las siguientes entregas, analizaremos más en detalle cómo es la infraestructura ciclista gijonesa, ya que requiere de un análisis más profundo y seguramente podemos aprender sobre cómo lo hacen otras ciudades más avanzadas. Como ya será el año que viene, no querría dejar pasar la oportunidad de desearles unas buenas fiestas y una mejor entrada del año.
Feliz año Román. Es un placer leer tus columnas, tan propositivas y razonadas.
Muy buen aporte. Ojalá se difunda y el debate se torne en utlidad pública, en vez de argumentario político.
Toda la razón. En Gijón empezaremos a dejar el coche en el garaje (y no en la calle por oereza), cuando haya que pagar, al menos, un euro al día. Mientras sea gratis, seguiremos tirando el 🚗 en la calle. Son los okupas de la vía pública. Cuando cambien un cordón de aparcamiento en Manuel Llaneza y Pablo Iglesias por carrilbici, reduciremos sustancialmente nuestra dependencia del coche, ganando autonomía y seguridad.
El gobierno de FORO fatal, se les nota el tufo fascistoide a distancia, muy mal.