La cortadora gijonesa Paula Díaz llama la atención sobre el gran intrusismo laboral presente en el sector

En un sector dominado tradicionalmente por hombres, la gijonesa Paula Díaz se ha abierto camino con esfuerzo, dedicación y talento. A sus 28 años -una de las personas más jóvenes en el sector-, es una de las pocas mujeres de Asturias dedicada al arte del corte de jamón, una profesión que exige técnica, precisión y conocimiento del producto. Su presencia en eventos como el Gijón Arena ha dado a conocer su talento a miles de personas y ha contribuido a visibilizar a las mujeres en esta disciplina.
«Gracias a un compañero mío que me llamó para este evento y que siempre me tiene en cuenta como profesional, pude trabajar en el Gijón Arena. Aunque soy joven en el sector, él sabe todo el recorrido que llevo y siempre me ha valorado muchísimo», explica Paula. Este reconocimiento le ha permitido demostrar su talento en escenarios importantes, donde el público ha respondido: «Me felicitaban, me han ofrecido trabajo, me han dado voz. Cosa que en muchos eventos no pasa».
El hecho de ser mujer en un sector tan hermético sigue siendo un reto. «A la gente le llama muchísimo la atención ver a una cortadora mujer y me parece muy surrealista», comenta Paula. Su experiencia le ha demostrado que existen grandes profesionales femeninas, pero pocas oportunidades de visibilidad: «En los grandes eventos y galas de Asturias rara vez se ve a una cortadora. Es un círculo muy cerrado y que te dejen mostrar tu trabajo es muy complicado».
Paula no solo ha luchado contra los prejuicios, sino también contra la infravaloración de su trabajo y el gran intrusismo laboral presente en el sector: «Muchas veces ponen a un perfil que la gente cree que es un profesional y no tiene nada que ver. Colocan a un camarero a cortar jamón en una boda y ya está. Pero, ¿cuánto he tenido que trabajar yo para llegar hasta aquí?». Asegura que la falta de profesionalización en algunos eventos afecta la calidad del servicio y el valor del producto.
Enfatiza la importancia de contar con un cortador profesional para evitar riesgos, ya que “trabajar con cuchillos es muy peligroso” y la falta de técnica puede causar accidentes. Explica que la mayoría de las lesiones ocurren con la puntilla, “el infierno de perfilar el jamón”, ya que un mal movimiento puede hacer que “te lo puedas clavar en el estómago”. Destaca que, aunque parezca fácil, el corte de jamón requiere “experiencia, sabiduría y técnica”. Subraya que “parece que lo hacemos fácil y que no pasa nada, pero no lo es”, por lo que la profesionalización es clave.
Su trayectoria en el mundo del corte de jamón comenzó de manera inesperada. «Estaba estudiando pedagogía instrumental, especializada en violonchelo, y para pagarme el alquiler trabajaba media jornada en un negocio de jamones. Descubrí que me gustaba más cortar jamón que tocar música», recuerda.

Con el tiempo, Paula ha perfeccionado su técnica. «Lo más difícil es llevarlo recto y mantener la simetría de las lonchas. También es importante saber controlar el ritmo de corte en función del flujo de gente en un evento».
Además de ser cortadora, fue jugadora de fútbol americano y ahora es actual directora de publicidad del Gijón Mariners: «Me gustan los retos. Cuando escucho que algo no es para mujeres, me motiva a demostrar lo contrario».
A futuro, aspira a convertirse en formadora para nuevas generaciones de cortadores: «Me gustaría dar la oportunidad a quienes tienen actitud y ganas, y que no les pisen, sino que les impulsen a seguir adelante».
Actualmente, Paula trabaja con la empresa Magaya, donde se ha consolidado como distribuidora comercial: «Ellos confiaron en mí y me dieron voz. Gracias a ellos, puedo trabajar en eventos y seguir creciendo en este sector».
Su mensaje es claro: «Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Hay que ser persistente, trabajar duro y luchar por lo que crees. No todo el mundo reconocerá tu mérito, pero lo importante es no rendirse»