Un centenar de vecinos, arropados por los representantes políticos de la ciudad, se concentran en el Arbeyal para exigir al presidente autonómico, Adrián Barbón, que «dé la cara», y para reclamar que sean «los políticos los que cojan la pancarta»
Gijón todavía permanece en un estado cuasi comatoso desde que, este miércoles, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible anunciase la supresión del soterramiento del futuro vial de Jove. Y no es para menos; el cambio de rumbo de un proyecto tan necesario como demorado caía como una losa sobre los habitantes de la ciudad, especialmente los de la Zona Oeste. Y si los partidos políticos locales eran los primeros en alzar la voz para expresar su indignación, mediada la tarde de ayer era la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) la que pasaba a protagonizar las protestas. Así, mientras medio centenar de vecinos, acompañados por los representantes de las fuerzas políticas presentes en el Pleno, se concentraban en la rotonda del Arbeyal, la directiva de dicha plataforma iniciaba ya los preparativos de su respuesta para después de Semana Santa, tomando como modelos la del año 1995, y contemplando como posibles acciones desde manifestaciones y acampadas, hasta cortes de carreteras y marchas a Madrid.
«Esto es un juego de trileros», sentencia Manuel Cañete, recientemente reelegido presidente de la FAV. Veterano de la lucha vecinal contra la contaminación, él mismo presenció como, «hace un año, la ministra Raquel Sánchez estuvo aquí, presentando a bombo y platillo un proyecto que estaba definido. ¿Qué pasa, que los técnicos que lo hicieron no eran profesionales? ¿Acaso lo hicieron en un café, riéndose mientras lo escribían? Es de una falta de rigor y de seriedad tremendas». Esa experiencia adquirida durante décadas también le lleva a creer que el proyecto del vial en superficie, muy similar al presentado en 1995, y entonces rechazado por la Comisión Europea, será aún más inaceptable en la actualidad. «El movimiento de camiones es infinitamente superior al que había entonces», reflexiona. «Estamos mucho peor, en el límite de que nos piten penalti en Europa, pero volvemos a lo que se tenía pensado hace 35 años, y no vale. Deberíamos estar en la calle todo el día«.
No obstante, por lo que a las movilizaciones respecta, la consigna es la prudencia. Y no por temor a la reacción institucional, sino para evitar un más que previsible desgaste anímico si las acciones se llevan a cabo demasiado deprisa, con demasiada fuerza y sin suficientes resultados. Tal como aclara Cañete, no «no vamos a quemar todos los cartuchos; sobre todo, porque ya estamos cansados, hartos de ser nosotros los que pongamos la tienda de campaña, los que paguemos la pancarta… Si bajamos a Madrid, no podemos hacerlo con dos autobuses, o un tren. Hay que desbordar Madrid«. Para lograrlo, por supuesto, es imprescindible una cohesión con los grupos políticos; la misma que la FAV espera lograr el lunes, en el marco de un encuentro con la alcaldesa, Carmen Moriyón (presente ayer en la concentración) que servirá para definir una estrategia conjunta. «Si el Ayuntamiento tiene claro que se trata de defender Gijón, tienen que ser sus miembros los que lleven la pancarta. Y ya. Olvidémonos hasta de las procesiones. La gente necesita ese respaldo ahora».
Pero la mirada política de Cañete no se detiene en el Consistorio. El gran foco de decepción para él y sus representados es, sobre todo, el Gobierno autonómico, presidido por Adrián Barbón. «Es vergonzoso lo que estamos viendo a nivel de desidia… Todavía no se ha leído ninguna palabra de ofuscación de ningún político regional, y Barbón sigue sin tener agenda para recibirnos. ¿Para qué se presenta a las elecciones? No puede estar pensando en clave nacional; representa a los asturianos, no a su partido», clama. Por ello, entre las tácticas a ejecutar una vez acabadas las festividades de la próxima semana, además de realizar una asamblea abierta en Jove y de cortar el tráfico en puntos la avenida Príncipe de Asturias y de la ronda, está «ir a donde esté Barbón, y exigirle explicaciones. No podemos vivir sumisos. Claro, luego vienen los ministros, los llenamos de sidra, fabada y cachopo, y se van riéndose de nosotros. Los paseamos bajo palio«.
Con la batalla por el vial de Jove recrudeciéndose, el mayor temor de Cañete es que, si no se revierte la situación, lo sucedido sea síntoma de que otras obras jamás se llegarán a completar. «Hemos sido ninguneados con el Plan de Vías, y el Metrotrén no lo vamos a ver», vaticina. «Si en Madrid son cicateros con una inversión de estas características, que es en beneficio de la salud en una de las ciudades más contaminadas de Europa, ¿no lo van a ser con obras de 500 o 600 millones de euros? Parece que basta con poner 70 millones, una infografía, unos arbolitos… Y aquí nadie se siente responsable de nada». Es por eso que su última llamada, aunque repetida, es a la unidad de todos los agentes sociales y políticos de Gijón. «Las palabras de la alcaldesa, del PSOE local y del resto de partidos han sido claras y contundentes, sin pie a interpretaciones. Tenemos que salir a la calle por esto, por la falta de futuro que se nos está imponiendo».