Cosas pendientes

La foto fija de las inversiones en Gijón en septiembre de 2024 es más bien una foto carente de impulso municipal

Con el comienzo del curso escolar damos por iniciado también el curso político y es por tanto un buen momento para colocar la lupa sobre la política municipal que se está ejecutando en Gijón. Después de un verano de toros, juras, desfiles, bendiciones, terrazas y terrazonas, vamos a intentar vislumbrar qué es lo que está por venir en Gijón.

Por un lado, tenemos uno de los temas que ha ido cogiendo carrerilla con el paso de las semanas: la falta de aparcamientos en la ciudad. Sin entrar en un análisis más profundo de las necesidades reales, y de las necesidades impuestas, en un municipio que continua en el lado oscuro de la movilidad al no tener ningún Plan de Movilidad, vigente ni previsto en un horizonte próximo, la “solución” para empezar a dotar de plazas de aparcamientos en zonas determinadas ha llegado con el inicio de las obras del aparcamiento disuasorio de la Avenida Portugal. Estas obras están capitaneadas por el Principado de Asturias, quien recabó los dineros suficientes para su ejecución de los fondos europeos. Si pensamos, como decíamos al inicio, qué ha planteado el Ayuntamiento sobre esta cuestión de aparcamientos de coches, de momento, la única propuesta que se ha hecho es la que se carga un proyecto de Escuela Infantil en el entorno del Campus Universitario.

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Lo que sí avanza es la renaturalización del río Piles, con las obras ya iniciadas; lástima que en este caso tampoco sea un ‘debe’ que podamos adjudicar al gobierno actual, puesto que fue una propuesta gestionada y trabajada en el anterior mandato. Así que, más allá de mover papeles y no meter la pata, la labor del actual gobierno es más bien poca. 

Pero volvamos a otro tema candente como es el vial de Jove, del que ya hemos escrito en numerosas ocasiones. Este es el caso de una obra que no depende del Ayuntamiento de Gijón, así que por ese lado nada que decir, pero que sin duda está levantando muchos recelos en la ciudad. De una inversión de más de 200 millones de euros y un boulevard arbolado, hemos pasado a una autopista a cielo abierto con un coste de 40 millones de euros. Los pupilos de Oscar Puente nos están intentado vender lo más barato y de peor calidad de su cartera de inversiones en infraestructuras. ¿Para qué pararnos ya a hablar del Plan de Vías? esto mejor dejémoslo, que no quiero herir sensibilidades a quienes esperen, como yo, con 45 años sobre los hombros, ver construido algo antes de jubilarme.

Sigamos con el repaso de la actividad inversora del actual gobierno municipal, veamos.

De Tabacalera, más allá de anuncios millonarios, seguimos a la espera de que las asignaciones presupuestarias municipales se traduzcan en algo tangible para una obra que, sin duda, deja de lado el barrio en el que está y olvida cualquier necesidad vecinal. La “vía gijonesa”, ese término con el que el gobierno municipal denomina a su gestión cultural y museística, no deja de consistir en meter dinero público en una caja grande para que algún mecenas aterrice dentro con su colección privada de cuadros. Vamos, algo súper moderno y disruptivo si estuviéramos en los años 80, ya no tanto en 2024.

Pero déjenme que siga, que ahora he cogido carrerilla: del soterramiento del Muro, seguramente estén en ello, de la playa verde del entorno del Risk (un espacio verde público junto al mar) nada se conoce tampoco, por no mencionar el asunto de los terrenos de Naval Gijón o la inversión en la mejora del Estadio de El Molinón, ahora que ya sabemos que del mundial de fútbol nada de nada. 

La foto fija de las inversiones en Gijón en septiembre de 2024 es más bien una foto carente de impulso municipal, muy propio del estilo de algunos gobiernos de la actualidad como el de la vecina Oviedo o de nuestro querido Gijón. No hacer nada para que no pase nada, y poder seguir anunciando todo lo que va a pasar.