El encuentro, organizado por la Asociación Vecinal del barrio, se salda con un éxito de participación y, sobre todo, de sano intercambio entre ambas culturas; ya se planifica una segunda edición protagonizada por emigrantes senegaleses

Son días de luto en el seno de la cristiandad desde que, el pasado 21 de abril, su Sumo Pontífice, el papa Francisco, falleciese a los 88 años, dejando tras de sí un rico legado… Que incluye cierta reflexión aplicable a cualquier persona, independientemente de la fe que profese: el secreto de la virtud pasa por buscar, aprovechar y disfrutar lo que nos une, no en recrearse en lo que nos diferencia. Una filosofía que, a tenor de lo visto y vivido el pasado sábado, ha calado muy hondo en Serín. A instancias de su Asociación Vecinal, habitantes del barrio gijonés y representantes de la comunidad saharaui participaron en un encuentro concebido como un intercambio cultural, en el que la historia, las tradiciones, la gastronomía y la muy particular personalidad de ese segundo colectivo se erigieron en protagonistas.
En un clima de extremo hermanamiento y, entre los nativos españoles, de abierta curiosidad, los asistentes al acto quedaron cautivados por los detalles referentes a un pueblo que, si bien lleva décadas en el foco de numerosos movimientos reivindicativos, es un gran desconocido en lo que a sus costumbres cotidianas se refiere. En ese sentido, no faltaron las explicaciones sobre la realidad que se vive en el Sahara, condicionada por la presión ejercida por Marruecos, y el ambivalente papel de España y, más recientemente, de Estados Unidos en la independencia de esos territorios. De nada de ello perdieron atención las decenas de presentes… Aunque, sin duda, el momento más aplaudido fue el de la cata de alimentos saharauis., debidamente compensada con una oferta de productos asturianos. Incluso los más pequeños pudieron divertirse en un taller de artesanía capilar.

Satisfecho por haber cumplido con creces su objetivo de “dar a conocer otras culturas en la zona rural”, José Luis Fernández, presidente de la Asociación, adelantaba al término de acto que ya se está diseñando un segundo encuentro, protagonizado por la comunidad senegalesa. Una oportunidad única, a su juicio, para que la zona rural de Gijón no se queda al margen de unos intercambios culturales “de los que, a menudo, estamos apartados, pero que nos abren los ojos y los corazones a todos”.