«Esta es una muestra muy especial y en ella están los artistas con los que he trabajado a lo largo de todos estos años»
“De ayer y de hoy. Cuarenta años de Cornión”, así se llama la nueva exposición colectiva de esta galería gijonesa y que puede visitarse ya hasta el día 16 del mes de septiembre.
No es una muestra más de las casi quinientas que ha realizado Amador Fernández, siempre acompañado de su mujer Isabel de la Rosa. Es un relato pictórico, escultórico y fotográfico de los cuarenta años que lleva ya con las puertas abiertas. Es además un “antes y un ahora” de los treinta y tantos artistas que exponen frecuentemente en las paredes del bajo de la calle de La Merced 45 y que en esta ocasión muestran más de sesenta obras.
¡Mucho lienzo colgado en todos estos años!
Abrimos el 11 de mayo de 1981 y el 24 nació nuestra hija Elsa.
Así que Isabel tuvo, digamos, un poco de lío…
Digamos que un poco sí.
Cuéntenos la historia de Cornión.
Era la librería Atalaya. Yo comencé a trabajar con Eduardo Vigil, el dueño, en el año 1968.
Muchos años…
Vine de chavalín y estoy haciéndome vieyu.
Y desde entonces siempre aquí.
Con un parón de siete porque estuve trabajando en IDOM que era una ingeniería vasca. De esos siete años, los tres últimos la empresa me envió a Talavera de la Reina.
¿Cuál era su trabajo?
Estaba en la central nuclear de Almaraz, como diseñador de soporte de teorías.
¿Casado ya?
Sí, fabricando a Elsa.
¿Y por qué volvió?
Porque Eduardo se jubilaba y me animó a quedarme con la librería.
¿Arrepentido?
La verdad es que en la central me mandaban ir para Holanda, si llegan a proponerme ir a Suiza, como se sabe soy un apasionado de la montaña, no estaríamos aquí.
Cierto.
Fui presidente del Club Montaña Asturiana Torrecerredo veintidós años y cinco de la Federación.
Remontémonos entonces a esa época.
Era una librería con todo tipo de contenidos, pero teníamos una sección de Asturias muy potente, también de viajes, arquitectura, cartografía y arte.
Y referente a lo último ¿Cuándo decide meterse un poco más en el arte?
Desde el primer día. Inauguramos con una exposición colectiva de pintura y escultura muy potente, con nombres como Melquiades Álvarez y Antonio Suárez.
Hace un par de años, cierra la librería.
Cuando cumplo 65 años.
Pero no se jubila…
El seguir con la librería abierta era una esclavitud, mucho trabajo, un horario…ahora vivimos mucho más tranquilos.
Se palpa al escucharle a usted y a su mujer Isabel, que les gusta mucho este mundo…
La librería también nos gustaba, pero no era momento para seguir.
Son tiempos complicados ¿verdad?
Salimos de una crisis brutal que comenzó en el año 2008 y ahora que estábamos retomando, llega la pandemia.
¿Sigue haciendo catálogos de las exposiciones?
Ahora es todo digital, las cosas han cambiado mucho.
¿Qué nos vamos a encontrar en esta exposición aniversario?
Esta es una muestra muy especial y en ella están los artistas con los que he trabajado a lo largo de todos estos años. Hay dos obras de cada uno y se puede apreciar claramente su evolución, su sentimiento… por eso se llama “De ayer y de hoy”
¿Nombraremos a los artistas no?
Ahí voy: Amancio, Ernesto Knörr, Pablo Maojo, Tadanori Jamaguchi, Camín, Legazpi, Manolo Valdés, Fernando Peláez, Javier Ortea, Javier Vitorero, José Arias, Josefina Junco, Luis Fega, Marcos Tamargo, Miguel Galano, Miguel Watio, Nicolás Cancio, Núñez Arias, Pelayo Ortega, Rodolfo Pico, Santamarina, Dis Berlin, Francisco Fresno, Marcos Morilla, Vicente Pastor, Edgar Plans, El Roto, Díaz Roy, Ramón Prendes, Esteban Prendes, Vladimir y Covadonga Valdés Moré.
Que sea todo un éxito, Amador.
Estaremos con ella hasta el día 16 de septiembre.