El Antroxu es el horizonte temporal marcado para la reapertura, después del fin del primer tramo de obras, del colegio público gijonés cerrado desde el 12 de enero de 2023 por el hundimiento de noche de un aula de Infantil ; «estamos todos deseándolo», afirma su directora, Pilar Álvarez Iglesias

Hay precaución a la hora de fijar la fecha exacta, pero ya se puede decir que el regreso de la actividad escolar dos años después al Colegio Rey Pelayo es una realidad depués de finalizar las obras de sustitución y reparación de los forjados de la planta baja. El concejal de Deportes y Educación, Jorge Pañeda, afirmaba el lunes que «vamos a ser prudentes y plantearnos el plazo que teníamos en un principio, que era empezar justo después del Antroxu», aunque reconocía que «hay mucha gente trabajando» y que podría adelantarse, mientras que su directora, Pilar Álvarez Iglesias, declaraba ayer a miGijón, después de afirmar desconocer todavía el día concreto, que «será en febrero; en marzo estaremos allí fijo».
Lo que es seguro es que este Antroxu (del 27 de febrero al 4 de marzo), ya sea el regreso antes o después de esta celebración tradicional asturiana, será muy especial para el centenar de alumnos del centro que ahora están recibiendo clase en El Llano y La Escuelona. Tornan a su casa, y no lo harán solos: «Tenemos 5 matrículas nuevas desde que saben que volvemos», celebra Álvarez Iglesias, que vio como con el cierre perdió cerca de 150 alumnos y a muchos profesores. «Está claro que la gente quería volver, que el Rey Pelayo es un cole que en Gijón pega. Estuvimos cerrados, pero ahora volvemos con fuerza. Estamos todos deseándolo», añade.
De momento será con la planta baja y con tres aulas útiles en la de arriba. «Nos gustaría que hubiera más abiertas, pero entendemos que con la obra que nos va a hacer el Ayuntamiento, que nos dijeron que se haría durante el verano, tendremos todo el centro a nuestra a disposición. Ahora vamos un poco apretados, pero la cosa es volver a nuestro cole, poder estar todos juntos, hacer nuestras actividades y llevar a cabo todos los proyectos del Pelayo que habíamos empezado y habíamos perdido por el camino porque era complicado, proyectos que ahora vamos a poder continuar. Tenemos muchas ganas e ilusiones por eso», destaca la directora, que avisa que los alumnos «están encantados» con la noticia.
Actividad sin pausa en el centro
Mientras llega ese momento, queda por delante mucho trabajo. En estos momentos el Rey Pelayo es un hervidero de gente. «Está EMULSA, electricistas, fontaneros, con la caldera, la pintura… Es un cole que lleva dos años sin funcionar y que hay que poner todo en marcha, desde el ascensor a la caldera, el agua o la luz. Hay que comprobarlo todo», relata.
También el momento es estresante para el personal del centro, pendiente de la mudanza. «Hasta que no lo llevemos todo para allá y lo coloquemos, no podemos empezar. Los profes siguen dando clase y las cosas que están usando allí son las que van a usar aquí el día siguiente», explica Álvarez Iglesias, que recuerda que todo lo que se movió en la planta baja, la afectada por el derrumbe del aula de Infantil la madrugada del 12 de enero de 2023, que «fue arreglada entera», ahora «hay que volver a colocarlo». «Estamos rascando horas de donde podemos», destaca sin esconder la felicidad por un regreso que llegará con la alegría del Antroxu.
