En materia de cuidados, la legislación discrimina entre hijos menores y demás familiares

La propuesta del Ministerio de Trabajo para ampliar los permisos por fallecimiento y cuidados y crear uno nuevo por eutanasia ha reabierto el debate sobre la conciliación y el reconocimiento legal del duelo. Antes de que estas medidas puedan ver la luz, el marco vigente sigue regulado por el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores, que establece unos derechos mucho más limitados que los que plantea Yolanda Díaz.
Actualmente, los trabajadores tienen derecho a dos días de permiso retribuido por fallecimiento, accidente o enfermedad grave de un familiar hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, es decir, padres, hijos, hermanos, abuelos, nietos, cuñados o suegros. Si el empleado necesita desplazarse, el permiso se amplía a cuatro días. “Este marco es muy rígido y se ha quedado atrás respecto a la realidad social actual”, explica el abogado asturiano Adrián Rivas, de Servanda Abogados. “Dos días apenas permiten asumir las gestiones y el impacto emocional de una pérdida cercana”.
En materia de cuidados, la legislación discrimina entre hijos menores y demás familiares, dado actualmente un no existe permiso retribuido específico para acompañar a un familiar en fase terminal o en cuidados paliativos, excepto para el caso de menores, la C.U.M.E., que podría ser la solución extenderla a familiares convivientes. A día de hoy los trabajadores solo pueden acogerse a reducciones de jornada —con la consiguiente reducción de salario— o a excedencias no remuneradas. “Esto deja en una situación de vulnerabilidad a muchas familias, especialmente cuando los cuidados se prolongan en el tiempo”, señala Rivas.
Tampoco existe hoy ningún permiso que contemple el acompañamiento en procesos de eutanasia, un derecho reconocido a los pacientes desde la aprobación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia en 2021, pero que no tiene reflejo laboral. “La normativa sanitaria protege la libertad del paciente, pero el entorno laboral sigue sin adaptarse a esa realidad”, apunta el letrado.
En resumen, el marco actual se caracteriza por permisos cortos, falta de flexibilidad y ausencia de cobertura para situaciones de cuidado prolongado o acompañamiento al final de la vida. Las medidas que plantea el Ministerio —diez días por fallecimiento de un familiar directo, quince por cuidados paliativos y uno por eutanasia— supondrían un cambio sustancial respecto a esta situación. “Si se aprueban, España pasaría a estar entre los países europeos con una regulación más avanzada en este ámbito”, concluye Rivas.