«En la FELIX, agotamos los libros disponibles a la hora y media de empezar a firmar y tuvimos que reponer al día siguiente. También hay librerías que han repuesto varias veces y eso es increíble»
«Compartir cartel en el Celsius con gente como Joe Abercrombie, Naomí Novik, Carlos Sisí… Es un lujo»
Su pluma escribe sobre la realidad por el día, pero al igual que la protagonista de su ópera prima (‘El Roble Azul’), a menudo entra en un mundo de fantasía, el de la ficción novelada, que hace volar su imaginación y la de los lectores. Dam Fernández (Gijón, 1984) está de gira. Los ‘robles’ volaron de sus manos en la Feria del Libro de Madrid, en la FELIX, y, en breves, en el festival Celsius de Avilés. Ediciones Radagast apostó por el talento de este contador de historias, que lleva tiempo fajándose y juntando letras. El Mundo, Metro, La Nueva España, El Comercio y ahora miGijón son las ventanas por las que este periodista y escritor describe la realidad, mientras la literatura fantástica aguarda al fin de su jornada, para abrir sus alas y volar a un mundo imposible.
Es tu primera novela, pero puedes decir que ya has pasado por la Feria del Libro de Gijón, la de Madrid y que estarás en el Celsius, ¿cómo estás sintiendo la acogida de ‘El Roble Azul’?
Pues un poco sobrepasado. La editorial (Ediciones Radagast) y yo teníamos en mente que saliera para las próximas navidades y Nicolás Bardio, el editor, me propuso adelantar el lanzamiento para intentar ir al Celsius. Casi sin planearlo me fui a Madrid y se vendieron casi todos los libros disponibles. El Roble Azul fue el séptimo título más vendido de 197 en la Caseta del Gremio de Escritores de Asturias. En Gijón, en la FELIX, agotamos los libros disponibles a la hora y media de empezar a firmar y tuvimos que reponer al día siguiente. También hay librerías que han repuesto varias veces y eso es increíble. Ya sólo nos queda el Celsius como fecha importante del calendario y eso son palabras mayores. Compartir cartel con gente como Joe Abercrombie, Naomí Novik, Carlos Sisí… Es un lujo.
¿Tanta importancia tiene el Celsius 232?
Junto con el de Nantes, es el festival de fantasía más importante de Europa. George RR Martin pasó por allí cuando ya había explotado el fenómeno de Juego de Tronos. Brandon Sanderson, que ha vendido más de veinte millones de copias del primer libro de Archivo de Tormentas, ha dicho que a los únicos festivales que irá a partir de ahora es a la CometCon de San Diego, la de Nueva York y el Celsius. Abercrombie, que es el rey del grimdark, ya lleva viniendo unas cuantas veces. No sabemos lo que tenemos en Avilés cada año…
Te confiesas gran aficionado del género, ¿crees que has escrito la novela que te hubiera gustado leer?
Sí, de eso estoy seguro. La escribí sin más pretensión que volver a escribir. No tenía pensado enviarla a ninguna editorial. De hecho, pasó diez meses en el cajón, durmiendo el sueño de los justos, que diría aquel. Luego me dije, ¿por qué no intentarlo? La editorial me ha dado plena libertad, apenas unos comentarios para mejorarla, pero siempre libre de aplicarlos. A día de hoy volvería a escribir la misma novela.
También ayuda las críticas que me están llegando. Varias personas cuyo criterio valoro mucho me han dicho uno de los mejores piropos que puede recibir un escritor novel: “No parece una primera novela, es muy sólida”. Que alguien con la trayectoria de Rudy Martínez, por ejemplo, diga algo así me llena de orgullo.
¿Cómo se consigue publicar una primera novela hoy en día? A decir por sus últimos comentarios en redes, en tu editorial -Ragadast- están encantados con tu libro.
De Radagast sólo puedo decir cosas buenas. No han mirado mi currículo, han apostado por alguien totalmente fuera del círculo literario. Sólo les ha importado la calidad de la novela. Eso dice mucho de la editorial.
¿Cómo se consigue publicar? Según con quien hables, hay muchos caminos. Unos te dicen que la autoedición es lo mejor, supone más libertad y retienes más derechos de imagen. Algunos grandes autores como Brandon Sanderson recurren a ella. Otros te dicen que a través de un agente. Mi caso es un poco más tradicional: me dediqué a enviar la novela a editoriales. Radagast tardó muy poco en responderme, en apenas unas semanas estaba todo cerrado. Luego llegaron otras ofertas, pero para mí era muy importante cómo había apostado por mí Nicolás Bardio, el editor.
Cuando hablas de fantasía juvenil mucha gente rápidamente lo cataloga como un género “menor”. ¿Por qué crees que sigue ocurriendo? ¿Es un desprecio a todo lo que se dirige a los más jóvenes?
Quien piense eso demuestra una ignorancia total sobre el género. La fantasía juvenil ha evolucionado mucho, se ha convertido en Literatura con mayúsculas. Hay obras con nivel extraordinario que han ayudado a muchísimos lectores jóvenes a iniciarse en la lectura. Esos críticos olvidan que los chicos que hoy tienen quince años, mañana tendrán treinta. Hablar de que “El juego de Ender” es literatura menor es absurdo, igual que pensar que la riqueza de los personajes de Seis de Cuervos no es alta literatura. Por no hablar de las sagas de Escuadrón o Reckoners, de Brandon Sanderson. Hay muchos ejemplos de grandeza en la literatura juvenil de fantasía: La historia interminable, Las Crónicas de Narnia, Los Juegos del Hambre… En Literatura no hay géneros menores, hay autores y obras menores.
También pasa con los comic, por ejemplo. Hace unos meses, cuando Francia decidió dar un cheque cultural a los jóvenes, un periodista de la SER comentaba que eso era “cultura menor”. Eso demuestra una falta de cultura y una ignorancia absoluta.
Qué lleva a alguien con un trabajo, una familia, una rutina… a sentarse frente a una hoja en blanco y pensar “voy a escribir mi primera novela”.
En realidad no era mi primera novela, aunque sí es la primera que publico. Pero el objetivo era cumplir un sueño. Siempre quise escribir, por eso estudié Periodismo. Al final el miedo al fracaso, a hacer el ridículo, a no gustar… me había frenado. Un buen día decidí que necesitaba escribir, volver a agarrar ese sueño. Suena muy cursi, pero es así. Mi padre siempre me dice que “el no ya lo tienes”.
No se recomienda empezar un libro por el final, pero creo que el último capítulo del Roble Azul esconde una anécdota muy especial.
Sí, el último capítulo es un regalo. Me faltaban sólo unas páginas para terminarlo y llegaba el cumpleaños de mi mujer. Le imprimí el primer boceto de la novela a falta de ese capítulo. Terminarlo ese día fue el regalo.
El Roble es precisamente el protagonista de esta historia, la llave a ese otro mundo ¿dónde querremos quedarnos a vivir?
Más que el protagonista, es el centro, donde todo comienza. Es el armario de Narnia, o el desván de La Historia Interminable. Una temporada en Mealladh, el mundo donde todo sucede en la novela, está bien. Pero para vivir, ¿qué mejor que Gijón?
¿Y por qué un roble?
No sabría decirte. Siempre fue un árbol muy especial para mí. Es un árbol muy asturiano, con raíces fuertes, que vive muchos años. Transmite cierta magia. Para los celtas, una cultura que siempre me ha atraído mucho, es el centro de sus ritos, es símbolo de fuerza y sabiduría. Además, durante mucho tiempo fui fotógrafo del Jardín Botánico y uno de mis lugares favoritos era la carbayera. Hay algo en los robles que me hace sentir en paz.
Dicen que a toda novela le acompaña una banda sonora, ¿cuál elegirías para esta?
Música con toques celtas, de cualquier tipo. Hay escenas que escribí sonando en mi cabeza “I’m Shipping Up The Boston”, de Dropkicks Murphys, la canción principal de Infiltrados. También hay una canción que suelo ponerme cuando estoy bloqueado, siempre me ayuda: “Cerca de las vías”, de Fito.
No solo la música, sino que el mundo nos rodea acaba colándose en las páginas de los mejores libros. ¿Qué hay de ti, de tu entorno y de Gijón en ella?
De mi hay poco, la verdad. O eso creo. Es habitual que los autores vuelquen un poco de sus personalidades, pero yo huyo de eso, no creo que tenga madera de héroe, ni de villano. Sí que hay mucho de lo que me gustaría ser, y muchísimo más de lo que he leído. Dice Reverte que las lecturas moldean tu forma de ver el mundo, y eso sí que está reflejado, en cierta medida, en El Roble. Julia es imperfecta, pero es valiente, competente y dura. Me gustaría parecerme a ella en eso. Hay un punto de inseguridad en ella, que creo que es lo más cercano a mí que tiene.
¿Esperamos secuela?
Yo creo que sí. El Roble está teniendo buena acogida de venta, aunque yo sea un escritor novel desconocido, sin una masa importante de seguidores en redes, sin estar en el círculo literario. De hecho ya estoy trabajando en ella, aunque estoy al mismo tiempo con un proyecto más adulto, más grimdark. Pero El Roble tendrá continuación, aunque me estoy replanteando si será, finalmente, una bilogía o una trilogía, depende de cómo vaya evolucionando el borrador. En mi mente hay dos fechas, octubre para el proyecto grimdark y navidades para la continuación de El Roble.
En hora buena te lo mereces, te quiero y por todas 👍